A vueltas con la Constitución
lunes 22 de septiembre de 2014, 16:50h
Resulta cada vez más
complejo el panorama político español. Cada vez que nos llega una buena noticia
de que la cosa económica mejora, la oposición en pleno lanza a la cara los
millones de parados. Y tienen razón. Pero digo yo que pare que llueva, para que
caigan las benditas gotas en este secarral terrible del paro, tendrá primero
que haber nubes y esas nubes vienen a ser la macroeconomía. Podemos discutir si
este sistema de recorte y tente tieso es el mejor -que muchos creemos que no-
pero los resultado están ahí aunque la lluvia tarde en llegar.
Pero ya todo esto
ha pasado a un segundo plano incomprensiblemente. Ahora lo único que preocupa
es lo que dice Podemos, lo que ofrece Pedro Sánchez, lo que calla Mas, que
aprueba pero no publica su ley de consulta, y Rajoy que sigue comunicándose con
el personal a bese de videos caseros.
A ver; El PSOE
acusa al Gobierno y a la Generalidad de no mover ficha. Pero es que si Mas no
publica oficialmente su polémica Ley, el Gobierno no puede llevar al
Constitucional algo que no existe oficialmente, de forma que a fecha de hoy sólo
hay puestas en escena municipales que carecen de otro valor que no sea el
simbólico. Y mientras, Pedro Sánchez insiste en invitar a algo que no puede
solucionar nada de forma inmediata: hagamos una nueva Constitución para un
estado federal. Pero claro, eso no se improvisa y si de lo que se trata es de
cambiar la Constitución para que les guste a los independentistas catalanes,
pues va a ser que no, porque están hartos de decir lo que quieren: ni federal,
ni confederal, ni autonómico ni otra cosa que no sea la independencia pura y
dura. Y en eso están, así la propuesta del PSOE ni va a frenar ni va a retrasar
nada.
Pero es que
Izquierda Unida reclama la autoría de esa apertura de un periodo
constituyente con un deseo clave y
perfectamente discutible, la instauración de la república y un argumento bastante
peregrino que lo utiliza no solo IU sino también Sánchez y hasta Podemos:
"nosotros no hemos votado esta Constitución".
Ya ¿y qué? No la han votado los que no tenían edad para votar y,
naturalmente los que no habían nacido. Pero es que las constituciones de los
países no son precisamente los presupuestos generales que se presentan cada
año; cuanto más valor tienen es cuanto más perduran y son la base que asegura
el futuro de todos con todas las modificaciones y enmiendas que se quieran
hacer. Y claro que Sánchez no votó la constitución, pero si la votó -y jugó un
papel fundamental- un partido llamado PSOE del que es secretario general para
todo, para lo bueno y para lo malo.
Quizás yo no
entienda mucho de la cosa pero pretender que cada generación abra un proceso
constituyente -con lo que cuesta llegar a
acuerdos- me parece un poco exagerado como realidad posible y un poco
infantil como argumento. Cámbiese lo que
haya que cambiar pero cargarse así por las buenas un acuerdo que ha
proporcionado el mayor periodo de estabilidad y paz en España, me parece
escasamente razonable.