lunes 15 de septiembre de 2014, 08:26h
Se fue el caimán, se fue el caiman pero no a Barranquilla
sino a Rabat a darle un abrazo a Mohamed VI cubierta por el hijab árabe
mientras dejaba aquí como encargado del cortijo de San Telmo a Diego "Ausonia"
Valderas quien ya se sabe que ni se mueve ni traspasa mientras le
mantengan en el cargo de vicepresidente de la Junta a cargo de las subvenciones
a palestinos, cubanos y venezolanos y de las Casas de Andalucía en Gaza. El
caso es que Susana, la única e irrepetible Susana emprendió su
viaje de Estado a Marruecos coincidiendo ¡oh casualidad! con la firma del
acuerdo pesquero entre la Unión Europea y el vecino país alauita que afecta
principalmente a la flota pesquera andaluza, mientras la oposición del PP le
reclamaba un pleno en el Parlamento para hablar de los falsos cursos de
formación del ex consejero Angel Ojeda. Como suele ser habitual en ella,
cuando hay un asunto que le pudiera afectar la mejor solución es quitarse de
enmedio y, dicho y hecho, viajecito a Marruecos no se sabe bien a qué
acompañada de una amplia cohorte de periodistas para que dieran fe con crónicas
y fotos de sus estupendas relaciones con el monarca norteafricano, todo un
dechado de democracia y de respeto a los derechos de la mujer.
Mientras, aquí, su partido hacía saltar las alarmas de la disensión
interna por el complicado asunto de Podemos. Mientras el pseudolider
nacional, el tal Pedro Sánchez, reafirmaba publicamente su rotunda
oposición a pactar con el partido de Pablo Iglesias tildándole de
demagogo y populista, diversos dirigentes socialistas, que le están viendo las
oreja al lobo del fracaso electoral, apostaban por ese "frente
popular" que propugnan sus camaradas y socios de IULV-CA. Y en ese lío
estábamos cuando Susana, como César, "llegó, vio y
venció". Llegó el domingo al Palacio de Congresos de Sevilla donde la
esperaban ansiosos miles de militantes socialistas trasladados en autobuses
desde todos los pueblos de Andalucía ansiosos por escuchar a su lideresa en la
conmemoración de su primer año como presidenta de la Junta. Y, claro, Susana no
les defraudó. Volvió a decir lo de seimpre, ya saben, "combatiré la
corrupción venga de donde venga y caiga quien caiga". De dónde viene la
corrupción lo sabemos todos gracias a la jueza Alaya y, que yo sepa,
caer, lo que se dice caer por las medidas tomadas por la Junta, no ha caído
nadie. Al contrario hasta han tenido que indemnizar al ex director general de
Trabajo, Francisco Javier Guerrero, por despido improcedente. La frase
esta vez, tras autodefinirse como "roja y decente" fue "quien la
hace la paga se llame como se llame". Pues esperemos que no se llame Griñán,
Chaves, Zarrías, Moreno, Fernández, Martínez
Aguayo, Recio, Vallejo, Avila, o Viera porque
conforme pasa el tiempo, va aumentando el número de papeletas que tiene
el PSOE en esta rifa de la corrupción institucionalizada de la que Susana,
según dice ella, nunca se enteró pese a sentarse en la misma mesa del Consejo
de Gobierno que buena parte de los presidentes y consejeros imputados. Será
"roja y decente" pero, visto lo visto, más parece que sea
"encarnada, sorda y ciega" u otro calificativo aún peor como
ignorante y tonta.
Hombre yo comprendo que sus fieles, que son muchos en una Andalucía de guitarra
y pandereta viviendo del cuento de la política durante muchos años, se pongan
en pie, aplaudan a rabiar y la vitoreen cuando su gran Susana dice esas cosas
en los mítines, pero después de un año de mandato, se podría ver algún hecho,
aunque fuese mínimo, que nos confirmase sus intenciones y que diese algo de
visos de realidad a sus pomposos discursos. Hasta el momento todo han sido
palabras, palabras, palabras y aquí seguimos coleccionando más y más casos de
corrupción, EREs fraudulentos, falsos cursos de formación, facturas falsas, en
una vergonzosa carrera de despropósitos sin que nadie, excepto la magistrada
Mercedes Alaya, mueva un solo dedo para recuperar los miles de millones de
euros defraudados a unos ciudadanos (y ciudadanas) que sufren en sus carnes y
en las de sus familias la lacerante lacra del paro y la pobreza. Y, desde
luego, Marruecos por muy vecino que sea, no es el mejor sitio al que acudir
para buscar inversiones en nuestras tierra.