Qué bonito es tener memoria
viernes 12 de septiembre de 2014, 09:15h
Esto
es que lo que me decía este fin de semana mi buena amiga Ramona, una "senior"
ilustre y muy ilustrada de..., bueno, quedémonos con que cuenta con poco más de 80
años, aunque no los aparenta en absoluto; me contaba que se estaba disfrutando
de un paseo con sus dos hijos por las calles del pueblo de su madre y de su
abuelo. "¡Qué bonito es, Jesús, poder tener memoria!", "acabo de pisar las
mismas calles del pueblo que pisaron antes mi madre y mi abuelo y además, lo
estoy haciendo disfrutando con mis dos hijos".
Estaremos
en crisis económica y de empleo en España, y quizá incluso de políticos
íntegros, pero desde luego no hay "crisis de valores", porque a buen seguro que
Ramona es capaz de transmitir estos sentimientos y estas emociones, fruto de la
buena memoria, como valores esenciales en la vida tanto a sus hijos como a su
nieto.
Precisamente
esa memoria, es la que se pierde poco a poco cuando se padece una Enfermedad de
Alzheimer, esa "enfermedad del olvido" que solo recuerda la sociedad en general
y los medios de comunicación en particular, el día 21 de Septiembre, porque es
el Día Mundial de esta triste enfermedad, o bien cuando la estrategia de
marketing de alguna industria farmacéutica lo tiene entre sus objetivos como
consecuencia de alguna de sus investigaciones. Son pacientes, las personas que
padecen una Enfermedad de Alzheimer, que necesitan casi desde el principio de
su diagnóstico del cuidado directo y continuo de un familiar, amigo o
voluntario, los que se conocen desde siempre como "Cuidadores Informales", a
pesar de ser especialmente formales en todos los sentidos: nunca faltan a su
trabajo, siempre acuden de forma puntual, todos los días de guardia, de día y
de noche y todos los fines de semana, sin días libres, sin vacaciones, sin
derecho a la baja laboral y sin el más mínimo salario. No son cosas mías,
aunque también, si les propongo que cambiemos de forma de pensar y modifiquemos
el título que le podemos otorgar desde la sociedad por el de "Cuidadores
Principales". Y "Principales", porque lo son. Son sin duda alguna, el eslabón
necesario, imprescindible y principal, entre el paciente, los profesionales
sanitarios y el propio Sistema Nacional de Salud. Nadie quiere pensar en las
consecuencias que tendría una posible "huelga de cuidadores" para el Sistema
Sanitario. Es más que posible que se colapsaran totalmente y en muy poco tiempo
todos los servicios de urgencias hospitalarios y todos los centros de salud.
Tranquilos, esto no sucederá, solo se trata de una personal malicia,
sencillamente porque como digo, son los más formales de cuantos nos dedicamos
al cuidado de los pacientes crónicos, de Alzheimer o de cualquier otra
enfermedad, y bajo ninguna circunstancia dejarían al paciente sin los cuidados
que precisa, y son los que en definitiva ayudan de una forma indiscutible a
mantener y mejorar si cabe, la sostenibilidad de nuestro Sistema Nacional de
Salud.
Y
termino esta tribuna de opinión agradeciendo sinceramente a Ramona sus
pensamientos, porque sin duda son los que me han llevado a escribirla.
Dr. Jesús Sánchez Martos
Catedrático
de Educación para la Salud
Universidad Complutense de
Madrid
Catedrático de Educación para la Salud; Universidad Complutense de Madrid.
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