¿Políticas de contratación o buñuelos de viento?
lunes 08 de septiembre de 2014, 08:16h
Las empresas -españolas o no, esto da
lo mismo- se jactan en todo momento de ser la vanguardia en políticas
de RSC y, más aún, en lo relativo a la contratación de mujeres
y en la participación cada vez mayor de éstas en sus órganos de
decisión. Pero, como casi siempre, una cosa es predicar y otra muy
distinta dar trigo.
Sin ir más lejos, hace muy poco tiempo,
el "Daily Mail" anunciaba como unos ejecutivos canadienses de
la multinacional de la tecnología informática IBM, presumían en
público de su atino en la política de no contratación de mujeres
jóvenes en su empresa porque son más propensas a largos periodos
de baja como consecuencia de sus embarazos, y que por eso la
compañía prefiere que esos contratos para cubrir la cuota de lo
políticamente correcto sean con otras mujeres de edad más avanzada
y, a ser posible, con hijos ya creciditos, para asegurarse de su
mayor permanencia y dedicación
a la causa de la internacional
informática.
Afortunadamente Lyndsay
Kirkham, una australiana de 36
años, estaba sentada en una mesa contigua a la de los ejecutivos
canadienses en un restaurante de Toronto para celebrar su
cumpleaños. Al oír semejante declaración, le pareció mucho más
importante y urgente hacerse
eco de la conversación a través de
las redes sociales, y primero medio Canadá y más adelante medio
mundo, pudimos conocer también el criterio de esos altos ejecutivos
canadienses de IBM.
La hipocresía y la RSC -lo he dicho ya
más de una vez- creo que están extraordinaria y desgraciadamente
unidas. Pero la alianza de las nuevas tecnologías y el compromiso
social y ético de ciertos profesionales, como Kirkham,
hacen posible que salga a la luz la
verdadera política de contratación de esta multinacional
informática. No he visto las memorias anuales de actividad o de
RSC, que seguro que también elabora IBM, pero les sugiero que se
den una vueltecita intelectual por sus páginas para constatar
cuanto digo acerca de la hipocresía en el tema.
Probablemente ninguno de nosotros (usted
o yo tendríamos decenas de ejemplos que traer al caso) escapa a
esta realidad y seguro que ha sufrido en carne de su misma familia
o amigos, más de un episodio machista relacionado con el mundo
laboral, en general, y con esta política misógina de contratación
en particular. Por eso, desgraciadamente, creo que a los ciudadanos y
consumidores de productos y servicios no nos queda más que una vía
de reacción frente a estos modos trasnochados, caducos y
deleznables: no volver a comprar jamás ni un solo componente de
ordenadores y cualquier otro artilugio que provenga de IBM. Y lo
mismo que con IBM, obrar con respecto a cualquier otra empresa o
institución (independientemente de su lugar de origen ) que
proclame una cosa, y luego actúe en dirección contraria. Quizás
así aprendan a ser consecuentes y coherentes. No nos queda otra
forma de desenmascarar y castigar las políticas de buñuelos de
viento con las que muchas empresas tratan de engañarnos a todos.
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
29578 | María Luisa - 09/09/2014 @ 09:21:16 (GMT+1)
Por desgracia, se sigue funcionando así, pese a las políticas de igualdad y de conciliación. Si eres mujer, encuentras esos obstáculos. -
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