¡¡¡Cumpleaños feliz, presidenta!!!
miércoles 03 de septiembre de 2014, 08:00h
Susana,
la inigualable, la estupenda, la formidable, la única, acaba de cumplir un año
al frente de la Junta de Andalucía. Un año como presidenta andaluza, claro
está, porque su verdadero cumple es dentro de algo más de un mes, el 18 de
octubre, fecha en la que alcanzará ya los cuarenta tacos. No es por lo tanto
una joven promesa como algunos nos quieren hacer creer por su fulgurante
carrera, sino una política profesional con más kilómetros a sus espaldas que el
Ferrari de Fernando Alonso. El caso es que hace sólo un año Pepe
Griñán decidió dimitir como presidente para que el escándalo de los EREs
falsos instruido por la juez Mercedes Alaya no le cogiera in fraganti como
primer mandatario andaluz, secretario general del PSOE-A y presidente del PSOE
y le dejó el cargo en herencia, ya se sabe que en el PSOE-A la Presidencia de
la Junta es como la monarquía española de los Borbones o como la Casa de
Windsor inglesa, algo que va de padres a hijos sin solución de
cotinuidad, a su entonces consejera de Presidencia y mano derecha, Susana
Díaz Pacheco, que ya comenzaba a apuntar maneras como referencia nacional
dentro de un partido que buscaba denodadamente nuevas caras y urgentes relevos
a las viejas glorias de los Rubalcabas, Chaves, Zarrías,
Griñanes y compañía. Si a Griñán no lo eligió la mayoría de los
andaluces, que en 2012 votaron al PP, y tuvo que apoyarse en IULV-CA para poder
gobernar, a Susana es que no la ha elegido nadie porque no se ha
presentado nunca al cargo en unas elecciones. Bueno, miento, nadie no, sí la ha
elegido una persona, su antecesor en el cargo, Pepe Griñán, por el
democrático método del dedazo. Y ahora resulta que, pese a todo ello, pese a
sus más que evidentes carencias, se ha convertido de la noche a la mañana en la
presidenta que más alabanzas y elogios concita en todo el estado autonómico y
en la referente nacional de su partido. Increíble, pero cierto. Ello es un
ejemplo palmario del estado en que se encuentra la actual clase política
española. Bajo mínimos. Con este panorama no me extraña el éxito de Podemos.
Porque vamos a ver si nos centramos. ¿Alguien me puede decir qué ha hecho Susana
Díaz en estos 365 días de mandato al frente del bipartito de la Junta de
Andalucía ademas de figurar? Sí, de acuerdo, ha prometido acabar con la
corrupción, ha prometido transparencia en la Administración autonómica, ha
prometido crear miles de empleos, ha prometido no recortar ni un euro en
Educación ni en Sanidad ni en Políticas Sociales. Todo eso no lo ha dicho una,
sino cien mil veces en Sevilla, en Málaga, en Almería, en Barcelona, en Madrid
en Bruselas y hasta en Ibiza. Yo no he visto en mi vida una política que repita
más su discurso de promesas. Ni tampoco he visto una que cumpla menos lo que
promete. Porque aquí, en Andalucía, esa tierra que ella dice defender por
encima de sus aspiraciones personales (el tiempo dira si es verdad), sigue la
corrupción política a la órden del día ya no sólo con los famosos EREs
fraudulentos, en los que ya van más de doscientos imputados, sino con las
falsas facturas de la UGT, con el Caso Invercaria o con los falsos cursos de
formación. Mas de tres mil millones de euros defraudados con los que se podía
haber pagado mucha Educación, mucha Sanidad -que, no hay que olvidarlo,
dependen directamente de ella al estar transferidas y no del Gobienro de Rajoy-
y hasta haber creado algún que otro puesto de trabajo para reducir ese millón y
pico de parados. Hombre, para estar combatiendo denodadamente la corrupción
política como ella dice, los resultados son bastante insatisfactorios y
deficientes. A la vista está. Solo cabe darle un clamoroso suspenso y ponerle
de rodillas en un rincón con las antiguas orejas de burro como la última de la
clase. Y ésta es la gran referente del socialismo hispano que aspira en un
futuro no muy lejano a liderar el partido e. incluso, a gobernar España. Pues
estamos aviaos.
En fin, a lo que íbamos, que Susana Díaz cumple su primer aniversario al
frente de la Junta de Andalucía amenazando con convocar elecciones anticipadas
en otoño, no porque crea que deben de ser los andaluces quienes elijan a su
presidenta, que sería lo lógico en este caso, sino por peleas internas con sus
socios de Gobierno, los comunistas, como ella los llama, que pretenden
apretarle las tuercas con los Presupuestos de la comunidad para 2015. En este
último año su Gobierno, en estado cataléptico, apenas si ha adoptado alguna
medida y aprobado algún proyecto que haya redundado en beneficio de la
comunidad y de los andaluces (y andaluzas, claro). La presidenta, eso sí, ha
estado pendiente de la cuestión catalana, del federalismo asimétrico, de la
reforma constitucional, de las prospecciones petrolíferas y del nombramiento de
Pedro Sánchez como secretario general del PSOE. Como ven, todo ello muy
andaluz. ¡¡¡Felicidades presidenta. Y que (no) cumplas muchos más!!!