Tanto
en La Moncloa
como en Génova se piensa que esa reducción sería 'técnicamente imposible', que
no existe plazo para llevarla a cabo en esta Legislatura -porque compromete
muchos estatutos autonómicos y precisaría una reforma del artículo 102 de la Constitución-y que la
idea tendrá un efecto 'boomerang' cuando el Gobierno, forzado a presentar una
propuesta concreta, tenga que reconocer que el número de desaforados será mucho
menor que el citado por Gallardón.
En
el Partido Popular no falta quien admita que el titular de Justicia se
encuentra en una "situación difícil" dentro del Ejecutivo, por más que Mariano
Rajoy parece completamente decidido a no hacer ninguna remodelación ministerial
en la presente Legislatura, salvo casos de 'fuerza mayor'. Si, como todo parece
indicar,
Alberto Ruiz-Gallardón no consultó sus respuestas a la entrevista en
'El País' con sus 'superiores' en el Gobierno, ¿sería este un caso de 'fuerza
mayor'?
Lo
cierto es que, en su trayectoria al frente de Justicia, Ruiz-Gallardón ha
pisado ya demasiados callos, y no hay prácticamente togado que no critique sus
pretendidas reformas sobre el poder judicial o la elevación de tasas que
propuso. Para no hablar ya de la polvareda levantada con su proyectada reforma
del aborto, que probablemente tampoco entrará en vigor esta Legislatura, dado
que aún no ha llegado a oficializarse, mientras que ha suscitado una intensa
polémica justo cuando Rajoy quería 'vender' a la opinión pública sus logros
económicos.
Para
colmo, la 'propuesta Gallardón' en cuanto a la reducción de aforados ha
suscitado las iras de prácticamente todas las asociaciones judiciales, que
entienden que esta manera de acabar con un sistema vigente desde 1931 sería
altamente inconveniente, al posibilitar que un juez sea juzgado por sus
compañeros, y no por una instancia superior.
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