La "solución Feijóo" de Rajoy para sacarnos del embrollo catalán
miércoles 16 de julio de 2014, 12:25h
Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta y uno de los
futuros del PP, puede tener la clave para desactivar la consulta soberanista
catalana sin tener que tocar el diseño territorial de la Constitución y salvar
el estado de las Autonomías. Cupo para todos. O casi. Se trata de llegar al
corazón del bolsillo de Artur Mas sin provocar agravios en el resto del país
con un nuevo sistema de financiación en la que cada Comunidad negocie con el
Gobierno central sus propias cifras de gastos e ingresos y, como en Navarra o
País Vasco, cada una se lo guise y se lo coma y la final de año sacer el saldo
de caja. Todo ello, por supuesto, salvando la solidaridad interterritorial. Es
prácticamente la única competencia que le falta a Cataluña para presumir de
autogobierno.
Artur Mas no sabe
cómo salir del lío en que se ha metido de la mano de ERC con una consulta
soberanista que la cruda realidad económica la deja en un mero brindis al sol,
como le han dicho sus propios asesores. Y el PP no puede perder la "batalla
ideológica", en palabras de Feijóo, dando la iniciativa al plan de reforma
federal del PSOE. El político gallego cree, por el contrario, que el estado
autonómico ha funcionado y lo que necesita es una actualización que no precisa
reformar la Carta Magna.
De gallego a gallego, la "solución Feijóo" estará sobre la mesa de Mariano Rajoy y Artur Mas, que ya ha movido ficha: está dispuesto a
cambiar la pregunta y la fecha de la consulta. Incluso adelantarla a este mismo
mes de julio.
Feijóo ya ha propuesto, con Andalucía, Asturias y alguna
otra comunidad, una Conferencia de Presidentes para empezar a hablar de una
nueva financiación sobre la base de un pacto con el Estado sobre los servicios
públicos que deben prestar las comunidades sin que les lleve a la asfixia
económica. Se trata de decidir cuáles son prioritarios y cuáles no en función
de la capacidad de gasto disponible.
"Si no podemos pagar todo, si tenemos que bajar el
déficit público, si tenemos que bajar la deuda y tenemos que atender los
servicios públicos esenciales, pues pactemos los gastos", ha declarado
esta misma semana el presidente de la Xunta.
La lengua no es problema
En el caso catalán harán falta, por supuesto, algunos
detalles para redondear el 'pack', por ejemplo el problema lingüístico, que ya
no es tal como se ha podido ver esta misma semana con la visita de Societat
Civil Catalana, la plataforma antiindependentista, a La Moncloa.
Este es otro tema en la que también tiene mucho que aportar Núñez
Feijóo, presidente de una comunidad con lengua propia no menos usada que el
catalán, en la que impera la normalidad desde hace tiempo y se han acallado las
voces del fundamentalismo castellano. No hay que olvidar, además, que la
coexistencia entre las cuatro lenguas oficiales fue una de las "advertencias" y
"consejos" que señaló Felipe VI en su discurso de coronación.
El plan de Mariano Rajoy puede ser un punto de partida con
el Govern y, en el orden interno, le da argumentos frente al sector más
intransigente de su partido al no ceder a la estrategia socialista con unas
elecciones a la vuelta de la esquina. Eso sí, como presidente del gobierno está
obligado a sentarse con Artur Mas, a escuchar y no a negociar, palabra que se
cuida mucho de usar.