Más reformas. Es la recomendación que hace el FMI para
mantener la recuperación en la zona euro. En un documento monográfico de 52 páginas que ayer se hacía público, la institución
analiza la situación económica de la zona euro. Hay recuperación, pero advierte
que cualquier nuevo impacto podría detener el avance, empeorar la
confianza del mercado y posiblemente inclinar al bloque hacia la deflación. Aunque
se ha visto que las consecuencias han sido muy limitadas, recordemos que la
semana pasada las irregularidades detectadas en el grupo Espirito Santo
elevaron el coste de endeudamiento de algunos países en la zona euro y
revivieron recuerdos de la crisis de deuda de la región. El FMI
recuerda que la producción y la inversión todavía están en
niveles pre-crisis. Alto desempleo, altos niveles de deuda, altos tipos de
interés real, débil sector bancario y crédito que no termina de crecer,
constituyen obstáculos para la recuperación de la demanda. El dato de
producción industrial que ayer se conocía de mayo le reafirma en su análisis,
al retroceder un 1,1% respecto al mes de abril, con caídas en las tres mayores
economías, Alemania, Francia e Italia. La caída del 1,4% en Alemania fue la mayor
desde mayo de 2013. El dato aislado no marca ninguna tendencia, pero podría
apuntar que el sector manufacturero de la zona euro tiene dificultades para
generar y sostener la
recuperación. Por todo ello, el FMI insta a la zona euro a
impulsar la demanda, a completar la unión bancaria y avanzar en reformas
estructurales. Un euro más débil, apunta, ayudaría a impulsar la
economía.