Se dirigieron a los fans con frases en español
One Direction aplaca la histeria de sus fans regalándoles un buen concierto en el Vicente Calderón
viernes 11 de julio de 2014, 07:47h
Cuando el sol ya se ponía, miles de adolescentes lanzaron un grito al cielo que hizo temblar el Vicente Calderón. No hubo mejor prueba que esa para saber que habían cumplido un sueño, que tras meses de ilusión y nervios por fin estaban sus ídolos One Direction sobre el escenario y que esa sería sin duda la mejor noche de sus vacaciones.
Porque estos cuatro veinteañeros ingleses,
más un irlandés, no tienen ahora rival en el pop juvenil. El fenómeno
One Direction vive sus días más dulces, en los que todo lo que toca es
oro, destrozando récords de ventas con sólo tres discos, arrasando en
conciertos en medio mundo, como anoche ante las 45.000 personas de
Madrid que podrían repetirse en el concierto de mañana.
La fiebre
que provocan estos chavales es digna de estudio. Ha habido fans
acampadas durante semanas para conseguir el mejor sitio en el concierto y
hoy las colas han dado la vuelta al estadio, pese al sofocante calor
que sólo las sombrillas y el agua de los bomberos han podido aliviar. En las horas previas, los nervios acumulados han chocado con la
desorganización en el acceso, confuso y con mucho retraso. Así, la
figura local y telonero hoy, Abraham Mateo, ha actuado ante menos de la
mitad del aforo.
Luego fue el turno de los australianos 5 Seconds of
Summer y su punk de instituto, que quizá sean la próxima sensación de la
volátil escena musical adolescente. Pero por atractivo que fuera
el aperitivo, One Direction eran el plato principal y la única y
verdadera atracción de la noche.
Atractivos, modernetes, sin
grandes extravagancias, tipos normales, o eso quieren parecer, no es que
jugaran anoche con ventaja: es que salieron a un estadio rendido sin
condiciones, fascinado con cada uno de sus gestos, capaz de cantar de
principio a fin cada una de las canciones en inglés, lo que no deja de
ser una buena noticia para futuros informes Pisa.
No se puede
negar ingenio a las fans. Se pintaron mil y un mensajes de amor,
personalizaron sus camisetas del grupo, prepararon pancartas, cantaron
sus canciones antes del concierto... Incluso hubo alguna que se vistió
de novia, por si había boda de emergencia. Los excesos de emoción, que
los hubo, fueron atendidos convenientemente por los servicios médicos
del recinto.
Las bazas más potentes
Los fuegos artificiales dieron pie a un comienzo
enérgico, capitaneado por "Midnight memories", una de las canciones más
roqueras de un grupo que tiende al pop y a la balada, pero que guardó
sus bazas más potentes para la primera mitad del concierto.
"¡Buenas tardes, Madrid!", "sois un público fantástico". Y cada frase en
español era inevitablemente contestada por un nuevo chillido de unas
seguidoras que no dejaban de agitar sus lucecitas. El pasillo
central que unía el escenario con una plataforma en mitad del campo fue
el lugar perfecto para carreras, saltos y carantoñas a fans desmayadas
por besos lanzados al aire.
El concierto no tuvo ni un segundo de
pausa, que para eso son jóvenes y están en forma. Encadenaron medios
tiempos como "Why don't we go there" con tímidos arrebatos folk, a lo
Mumford & Sons, como "Through the dark", aunque quizá están más
cómodos con baladas como "Moments", en las que se sientan melancólicos y
miran al infinito como si estuvieran al atardecer frente al mar.
One Direction no van a reinventar nada y tampoco lo pretenden. Tienen
cinco buenas voces con unas canciones hechas a su medida, pegadizas
hasta decir basta, y con un envoltorio comercial impecable. Frente a sus
referentes noventeros, véase Backstreet Boys, renuncian a la
coreografía y se centran en cantar, porque para la parte musical ya
tienen una banda de acompañamiento.
El espectáculo también ayuda,
con una puesta en escena generosa e impactante, pero sin apabullar. Las
pantallas gigantes cedieron el protagonismo a un nuevo escenario que se
elevó, casi por arte de magia, pasada la mitad de la noche y que fue
uno de los momentos más visuales. "What makes you beautiful"
marcó uno de los puntos culminantes en una noche en la que era palpable
la euforia. Para los bises dejaron dos de sus temas más exitosos: "You
& I", el enésimo canto romántico del repertorio, y "Story of my
life", con un toque épico perfecto para el karaoke final.
Y
cuando las luces se apagaron y se despidieron One Direction, quedó claro
que el presente es suyo y que por el mañana nadie parecía preocuparse
anoche. Con la luna llena como testigo, el concierto fue una
exhibición del amor juvenil, loco, quizá fugaz, pero intenso de unas
fans que llevaban mucho tiempo esperando a su grupo preferido, que se
fueron a casa con una gran sonrisa en la boca y a las que seguro les
costó dormir tras una noche soñada.