120 días para salvar al PSOE
martes 01 de julio de 2014, 11:43h
Si el PSOE que ha gobernado la España monárquica y democrática durante
21 años quiere salvarse de su autodestrucción tiene 120 días para
conseguirlo. Desde la proclamación de vencedor en las votaciones de los
200.000 militantes para elegir secretario general y compromisarios al
Congreso Extraordinario el próximo 13 de julio hasta la celebración de
Primarias para elegir el candidato a las elecciones generales de 2015,
sean éstas en mayo o en diciembre, ese es el tiempo que tienen los
socialistas para presentarse ante los ciudadanos con una oferta
electoral creíble y de futuro, y con nuevos rostros con los que hacer
frente a las nuevas formaciones que han crecido desde el centro a la
izquierda en España.
El cambio que necesita el Partido Socialista es tan profundo o incluso
más que el que realizó de la mano de Felipe González y Alfonso Guerra
con el abandono del marxismo y su posicionamiento en el centro del
espacio político con una socialdemocracia de tintes liberales que
encarnaban dirigentes como Miguel Boyer, Carlos Solchaga o Javier
Solana. Era el comienzo de la Transición, los partidos no estaban
consolidados y menos burocratizados y la propia estructura del estado,
con sus 17 autonomías no había creado 17 reinos de taifas dentro de las
propias organizaciones políticas. Felipe lo tuvo más fácil que sus
sucesores a la hora de imponerse al resto de secretarios generales de
las distintas Federaciones. Eso lo comprobaron Joaquin Almunia, José
Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. Y lo sufrirá en sus
carnes el nuevo líder que salga elegido de forma orgánica a finales de
julio, ya sea Pedro Sánchez o Eduardo Madina, los dos delfines que
parecen destinos a enfrentarse durante los próximos meses, salvo que el
perdedor sepa aceptar la derrota y de la misma manera que hizo José
Bono con Zapatero se muestre dispuesto a colaborar sin rencores.
Le guste más o le gusté menos, tenga que hacerlo con mas o menos fuerza y
esfuerzo, el secretario general que asuma la dirección del PSOE tendrá
que aprovechar esos 120 días para imponerse a sus compañeros de
dirección, trasladar a sus militantes y votantes que tiene la mano firme
y las ideas claras, obligar a todos y cada uno de los secretarios
generales de las Federaciones a pasar por el trámite de elecciones
internas, e incluso si fuera necesario - y apuesto a que va a ser así en
algunas autonomías - a nombrar gestores que cambien por completo caras y
programas que ofrecer a los ciudadanos. Si no lo hace o si no lo
consigue, la crisis del PSOE se mantendrá y los peores augurios de
Felipe González sobre la posibilidad de que " su " partido desaparezca o
quede reducido a 40 parlamentarios en el Congreso de los Diputados se
convierta en realidad.
El miedo a perder desde la izquierda es notorio en el PSOE. Se piensa
que sus rivales son UPyD, Ciudadanos, Podemos e Izquierda Unida; sin ver
que su auténtico adversario es el Partido Popular de Mariano Rajoy. Es
difícil mantener un discurso de centro cuando la presión desde la
izquierda tras los comicios europeos es tan fuerte, y la falta de
auténticas alternativas al programa del gobierno en una Europa escorada
hacia la derecha apenas permite pequeños movimientos reales, pero o el
Partido Socialista lo consigue o dejará a los populares como dueños y
señores del panorama político durante muchos años y a la izquierda
condenada a buscar fórmulas que recuerden al Frente Popular si quiere
llegar al poder, una situación de crisis muy grave para los intereses
globales de este país.