El gospel, en estado de gracia con Rebeca Rods y el Black Light Gospel Choir
martes 01 de julio de 2014, 08:17h
La música gospel,
ese canto religioso de carácter popular de la comunidad negra
estadounidense desde finales del XIX, hoy no
se vincula a una raza ni a un
país. El nuestro, tiene, al menos desde hace
unos años, una voz y una figura singular que
está atrayendo a un público cada vez más joven, la de Rebeca
Rods, y con un objetivo
muy claro: disfrutar de la música
y ser un poco más feliz en cada concierto.
El pasado sábado, 29 de junio, sin ir más lejos, Rebeca Rods y su grupo, Black Light Gospel Choir, volvió a
salir por la puerta grande del Galileo Galilei,
de Madrid. Y eso que la
directora y cantante viguesa compareció con
solo una parte de su
amplio coro (seis voces, cuatro masculinas
y dos femeninas, además de la de la propia Rebeca, y cuatro músicos -batería, percusión, bajo y
teclados-).
Rebeca, que produce, dirige, hace los arreglos vocales de los temas y además canta,
llegó, subió al escenario, levantó los brazos para
que coro y músicos se dispusieran a
comenzar y, a partir de ahí, generó un estado
de complicidad absoluta
con el público, que le hizo
embarcarse hasta el final en la constante oleada de energía, encanto,
ritmo y swing de cada una de las canciones que, a lo largo de hora y media, fue presentando durante el concierto.
Rods, aunque no nació en el
Harlem neoyorquino, sino al borde
de la ría de Vigo, tiene el
duende del ritmo en las venas y posee la habilidad
de conectar con el público
inmediatamente, engancharlo y
hacerle discurrir por los mismos espacios
que el coro que dirige.
Imposible seguir uno de sus conciertos sin
moverse, dar palmas, bailar y
cantar esos temas clásicos del gospel, los
compuestos por Rebeca o sus
adaptaciones de clásicos del pop
y el rock, como la versión de "Imagine"
de John Lennon, o la del tema
"Stairway
to Heaven", del grupo de rock británico Led Zeppelin que
supuso el punto más álgido del último concierto en la Sala Galileo.
Los fans estuvieron allí (no todos, porque, como buena
parte de su coro, muchos de ellos
han iniciado sus vacaciones) y
salieron un poco más sonrientes de lo que habían entrado. Todos aquellos que
no hayan acudido aún a alguno de
sus conciertos pueden ir apuntando la
fecha del 18 de julio en Madrid, en la
Sala San Pol, en donde podrán escuchar
buena parte del tercer y último
disco del grupo, que se grabó íntegramente
en directo en la Sala Joy Eslava
de la capital.