lunes 30 de junio de 2014, 10:45h
Antes
de las pasadas elecciones europeas los observadores razonables suponíamos que
Jean-Claude Juncker, de origen democristiano, de larga experiencia y amigo de
España sería el candidato mejor situado para presidir la Comisión Europea,
según propiciaban Merkel, Rajoy y Renzi y hasta veintiséis países de la Unión.
Juncker, del grupo más votado del Parlamento se perfilaba como presidente de la
Comisión y Schulz, del segundo grupo más votado, como presidente del
Parlamento. Pasaron los trances electorales y, por primera vez, se eligió por
mayoría de países a un candidato sin vetos por parte de ninguna potencia y,
también, por primera vez, la Eurocámara ratifica los nombramientos por una
cumplida mayoría basada en las dos grandes familias democráticas, populares y
socialdemócratas. Es decir, que se ha elegido, lógica y correctamente, a un
europeísta para presidir la representación de los pueblos de Europa.
Solo
se manifestaron en contra los jefes de gobierno de Gran Bretaña y Hungría. Se
explica la peculiar postura de Hungría con un gobierno de extrema derecha pero
resulta más ofuscada la actitud del conservador David Cameron, con su Estatuto
diferenciado, pretendiendo contrariar la voluntad de la mayoría de naciones de
la Eurozona desde un país que mantiene su aislada política monetaria insular.
Quizá asediado por un nacionalismo insolidario y euroescéptico ha pretendido no
perder votantes asumiendo postulados extremistas. Es el error en que caen en
estos tiempos muchos políticos que creen que pierden votos por los extremos sin
darse cuenta que por donde pierden es por el centro, por la abstención y la
indiferencia que provocan sus piruetas de aproximación a los arcenes marginales
de la política. Ha intentado torpemente desacreditar al veterano político y a
la legitimidad de su elección con argumentos más propios de un "indignado" que
de un líder británico. Se ha permitido dudar de la evidencia del apoyo popular
al Partido Popular y la Socialdemocracia, obstaculizando un paso importante en
la democratización de las instituciones europeas. No ha sido capaz de digerir,
cual un "perroflauta" cualquiera, que la voluntad popular se manifiesta con los
votos y no con banderolas y asambleas de plaza. Cameron se propone seguir el
camino de un referéndum en 2017, consulta que siempre ha sido el mejor
procedimiento para bautizar el totalitarismo y la exclusión a través de la
historia. Nigel Farage, el demagogo, se frotará las manos, pensando que
"podemos", como otros de aquí de signo contrario, esperar sentado a que Cameron
pierda antes sus propias elecciones.
Frente
a estos reaccionalismos contracorriente, Juncker, consumado experto de una
"buena casta" de políticos procedentes del movimiento obrero socialcristiano y
convencido promotor de la integración de las naciones de Europa, va por la
senda ondulada del progreso y Cameron por la cuesta abajo del fracaso. Los
resultados de las elecciones europeas, tras unos años social y económicamente
críticos han demostrado que no era cierta la campaña obstruccionista de Cameron
en la que se dijo que había que tener en cuenta "el profundo descontento de los
votantes con el status quo". Los votantes prefieren el "status quo" de los
hombres de la Eurozona que la incertidumbre de los políticos de "la casa de
tócame Roque". La ciudadanía europea respirará más tranquila con Juncker
en Berlaymont que si tuviese que soportar la burla de un imaginario presidente
dependiente de las ocurrencias de cualquier grupo dispuesto a disolver la
unidad monetaria, la unidad de mercado o la unidad política de cualquiera de
los grandes estados que constituyen la arquitectura de Europa.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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