Trece a cinco, una goleada superior a la que nos endosó Holanda en el
primer partido del Mundial de Brasil, ese ha sido el resultado del
primer asalto en Andalucía de los dos candidatos que se disputarán la
herencia de
Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE.
Pedro Sánchez ha obtenido nada más y nada menos que trece mil avales de sus compañeros socialistas andaluces, ocho mil más que su rival
Eduardo Madina. Y eso que, con la boca chica, la presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE-A,
Susana Díaz,
afirmó publicamente que no apoyaría a ninguno de los aspirantes. Anda
que no. Se la tenía guardada a Madina por lo de las primarias abiertas y
ha movido sus hilos en las distintas agrupaciones para que Sánchez dé
un paso de gigantes hacia el flamante despacho de Ferraz. Y es que por
más que el vasco sea el candidato oficilista del aparato, en España no
hay quien mejor domine y controle el aparato del partido que la gran
Susana Díaz que lo ha estado mamando en Sevilla desde que alcanzó la mayoría de edad. Y no sean mal pensados.
Así las cosas, y por más campaña que haga
Eduardo Madina en Jaén y Granada, el madrileño
Pedro Sánchez
va a llegar al congreso extraordinario de finales de mes con todos los
triunfos en la mano para recoger la antorcha que Rubalcaba le ha dejado
medio apagada y que Susana le va a poner en bandeja de plata. Si obtiene
finalmente el apoyo más o menos unánime de la todopoderosa Federación
andaluza, y todo parece indicar que Susana tocará a arrebato unos días
antes para cerrar filas en torno a su candidato, Sánchez, que tiene toda
la pinta de poder ser un nuevo
Rodríguez...
Zapatero, sucederá a
Pérez...
Rubalcaba en
la dirección del principal partido de izquierdas de España. Hombre, hay
que reconocer que los líderes socialistas no pueden confundirse con
personalidades extranjeras. Eso les honra. Hemos tenido un
González Márquez, un
Rodriguez Zapatero, un
Pérez Rubalcaba y ahora un
Sánchez Pérez-
Castejón.
Todos ellos con sus primeros apellidos típicamente españoles. Sólo nos
falta un García y un Fernández para poder completar la nómina de los
principales de la guía telefónica.
Pero dejemos a los socialistas
que se sigan matando entre ellos con mensajes en busca de la izquierda
perdida como los de Madina a favor de ETA o los de Sánchez en contra del
concordato, porque en Andalucía siguen pasando cosas verdaderamente
alucinantes sin que los grandes medios de comunicación de ámbito estatal
y los habituales tertulianos los traten con el debido nivel. Lo de la
UGT y la Junta es para que los ciudadanos, sobre todo el millón y pico
de los que están en paro en esta comunidad, salieran a la calle en
manifestación multitudinaria para pedirle cuentas tanto al sindicato
amigo como a la Administración sobre el fraude institucional y
organizado del dinero destinado a los desempleados. Uno pone en la
balanza otros casos de corrupción que están un día sí y otro también en
todos los informativos de radio y televisión (desde
Bárcenas y
Gürtell al
Caso Noos de
Urdangarín y la
Infanta Cristina),
y es que no le llegan ni a la suela del zapato al menos en cuanto a la
cantidad defraudada de lo que ha ocurrido con los EREs o los cursos de
formación en Andalucía. ¿Se imaginan la que se hubiera formado en toda
España si lo del escándalos de los EREs de la Junta lo hubiese hecho un
Gobierno del PP y lo de las facturas falsas de la UGT, los empresarios
de la CEA o la CEOE? No quiero ni pensarlo. Ya se habrían convocado
cientos de manifestaciones, alguna huelga general y los gemelos
sindicales
Toxo y
Méndez estarían pidiendo las cabezas de la derecha fascista, explotadora y corrupta.
Bueno,
pues pese a todo lo que está pasando en este particular mundo del sur
de Despeñaperros ya verán como las urnas vuelven a respaldar de nuevo al
PSOE si, como es previsible, Susana convoca las elecciones andaluzas en
otoño o junto a las municipales del año que viene. Dicen que la culpa
la tiene el "régimen" que los socialistas han conformado en los últimos
cuarenta años de mandato. Es posible. Pero también la tiene un PP que no
acaba de conseguir que el ejemplo de sus alcaldes en las capitales y
grandes ciudades andaluzas cale lo más mínimo en los pueblos de la
Andalucía profunda. Alguien tendría que ponerse las pilas cuanto antes
para evitar que la listísima Susana le dé un revolcón histórico a la
épica victoria conseguida por Arenas en el 2012.
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