El verano
nos trae siempre una cierta laxitud. Es el calor, que baja la tensión, y es el
cansancio de un curso tan duro como éste. Pero también nos trae la calle, el
aire libre -si, libre- y el adelanto de las novedades que nos sorprenderán en
la rentrée. A celebrar. Yo, la aparición de
El
atentado hueco, novela hasta ahora inédita de
Miguel Angel Molinero.
La publicará
etc/el toro celeste, la revista y
editorial que dirige en Málaga el poeta y novelista
Rafael Ballesteros, a lo mejor porque la vida de los dos, la de
Molinero y la de
Ballesteros, estaban ligadas además de por la amistad, por la
excelencia. Los dos han sido modelo de políticos -ya ves, ahora que hacen falta
los ejemplos de integridad, lo digo-, los dos han bregado con la literatura,
los dos han sido animadores culturales de primer nivel.
Miguel Ángel Molinero,
más conocido como periodista, murió el 18 de diciembre de 2007, y dejó buena
parte de su obra literaria inédita. En estos años su mujer,
Soledad Orozco, se ha ocupado de que
salga a la luz. Y así, en 2009 apareció su novela
Historia del Justiciero que le decían Cristo (Trama Editorial),
poco después lo haría
El sentido de la
Experiencia, su tercer y seguramente más importante libro de poemas, y en
2012, publicada por el Centro de la Generación del 27, aparecería su
Poesía Completa, que incluía los dos libros anteriores,
Venir de lejos (Adonais, 1978) y
Tinieblas exteriores (Los Poetas del
Dragón, 1988). Ahora, enseguida, aparecerá
El
atentado hueco.
El atentado
hueco es una novela iniciática, que cuenta la
adolescencia de un grupo de chicos de su generación: la España de los últimos
cincuentas y primeros sesenta, recordada ya en plena juventud -el 68 y
aledaños. Con una prosa jugosa y barroca,
Molinero
hace un fresco a la vez íntimo y a la vez "social" de estos chavales, la Célula
Pensamiento, y su intento de atentar contra el mismísimo dictador. Pero es esa
España sórdida y oscura, en contraste con la vitalidad exuberante de los
protagonistas, y su curiosidad intelectual, la que nos trae el recuerdo casi
infantil de esos entonces. Y es un libro muy oportuno, me parece a mí. Que a
los que recordamos y nos reconocemos no se nos olvide, y que los que no tienen
por qué, se lo aprendan. Que corren malos tiempos para la memoria.
Rafael
Ballesteros ha dedicado los dossieres de dos números de su
revista
El toro celeste, el 4 y el 5,
a la obra de
Miguel Angel Molinero.
La revista, excepcionalmente bien diseñada, con unos contenidos y un cuidado
que podéis ver aquí
http://www.eltoroceleste.com/category/revistas/ es de las que crean adictos: a la buena poesía y a la buena prosa. A la buena
pintura y a la buena fotografía. De publicación digital, hará cada año una
edición en papel, para los que somos emigrantes en el mundo cibernético, y para
aquellos que disfrutan de un papel bien impreso. Y ahora, casi inaugurando su
quehacer editorial, publica esta delicia de novela.
Desde aquí, quiero saludar esta iniciativa
estupenda. A la revista, porque ocupa un hueco de calidad y de buen hacer. A la
editorial
etc/el toro celeste, por lo
mismo. Estoy segura de que nos dará muchas y grandes alegrías, desde esa Ciudad
del Paraíso que cantara
Vicente
Aleixandre. Este toro celeste, que lleva el nombre constelado de aquel que
se llevó por delante a Enkidu, el amigo-hermano de Gilgamesh, es en si mismo
una declaración de principios. Y de belleza.