David Álvarez
emprendió su camino empresarial con gran ilusión, esfuerzo y trabajo,
alcanzando el éxito con la fundación del grupo Eulen dedicado a prestar
servicios para otras empresas. Hace más de 50 años desde que se colocasen los
primeros cimientos de este emprendimiento y hasta día de hoy todo han sido
beneficios.
El éxito
garantizado se encuentra al satisfacer necesidades, sin tan siquiera ser una
idea revolucionaria. De este modo
David Álvarez Díez (León, 1927) ha logrado
triunfar como empresario, llegando a crear el Grupo Eulen de la nada allá por
1962 en Bilbao. Imaginó que la limpieza de los centros de trabajo podía ser una
actividad que llegase más lejos sin que se quedase en una pormenor, conformando
así uno de los grupos dedicados a prestar servicios para empresas más
importantes de España, y siendo hoy
un gigante empresarial presente en catorce países alrededor del mundo,
con una plantilla total de más de
80.000 personas y logrando facturar 1300 millones de euros anuales.
David
Álvarez al finalizar sus estudios tuvo claro su deseo por ser empresario. Tal
fue así que su primera acción fue la creación de una academia para formar a
jóvenes a principios de los años cincuenta. Observando a través de las ventanas
de la escuela, que daban a una calle comercial muy transitada en Bilbao, se
percató de cómo llegaban a determinados locales personas muy diversas, y sin
horarios, a realizar tareas de limpieza en los mismos. Fue de este modo cuando
pensó que ese trabajo podría agilizarse y realizarse de manera mucho más
ordenada.
Creó su
primera empresa de servicios hace ya 52 años con ilusión y mucho esfuerzo,
denominándose en principio El Sol cuyo foco era la limpieza de edificios y
locales. Estableció en Bilbao la sede, trasladándose luego a otras ciudades y
variando el negocio a medida que avanzaba el tiempo para adaptarse a las
necesidades del mercado, siendo esto lo que más diferencia a Eulen del resto de
empresas, unida a la especialización de la infinidad de servicios prestados.
Las
atenciones continuas por parte de Álvarez y su grupo para satisfacer la demanda
de los clientes conformarían con el paso del tiempo un búho como logo de la
empresa, siendo Eulen su traducción al alemán y el nombre definitivo para esta.
Debido a
las grandes dimensiones que iba alcanzando su apuesta emprendedora con el paso
del tiempo, el empresario leonés se vio en la obligación de ir creando ramificaciones
empresariales para gestionar el grupo Eulen con calidad. Así, podemos encontrar
Inserhig (limpieza de centros sanitarios), CLM (Conservación, Limpieza y
Mantenimiento), Demasa (para cubrir las necesidades de los productos de
limpieza de los empleados), la Escuela de Métodos y Tiempos para formar a los
empleados (más tarde se convertiría en Eulen Formación), Prosesa (empresa de
servicios integrales), entre otras muchas.
Ante tal
diversificación, la dificultad para dirigir el grupo iba siendo cada vez mayor,
pero Álvarez no ha dejado punta sin hilo. Está viendo crecer su empresa como si
de un hijo se tratase, al que no permitiría que le faltase nada. Pero, ¿qué es
lo que mayormente le ha preocupado a David Álvarez?
La creación
del Instituto Eulen responde claramente a la inquietud que el empresario
siempre ha tenido en mente en relación con la formación.
Actualmente, el
instituto es miembro de organizaciones internacionales de formación
profesional, y uno de los más importantes a nivel europeo.
Además, Eulen
necesita también de gente que detecte qué quiere la sociedad y aporte
soluciones mediante proyectos e ideas a llevar de la mano con el grupo. Es el
propio Álvarez el que reconoce que el crecimiento de su empresa se debe a todas
esas personas que se acercan aportando lo mejor de ellas. Con lo cual, las
puertas quedan abiertas a todos aquellos que lo deseen.
Siguiendo esta técnica,
son dos los casos destacables y recientes en Eulen que han formado parte de
este gran imperio. Por un lado, se ha creado un departamento de medicina
dirigido al mantenimiento de equipos en hospitales que supone una importante
complejidad; y por otro lado, un departamento de gestión de patrimonio cultural
para el cuidado de obras de arte que acumulan muchas instituciones y necesitan un seguimiento.
Cuando a estas
dos personas se les pregunta por qué deciden llevar a cabo su propuesta con el
grupo Eulen y no de forma individual (emprendiendo con una empresa propia)
hacen referencia a los seguros de responsabilidad civil que implican estas
innovaciones. Decisión acertada de dos ejemplos de personas que han querido
sacar adelante eso que un día brotó en sus cabezas, y han encontrado salida a
pesar de las dificultades que se les han presentado.
David
Álvarez no concibe su empresa sin una base sólida fundamentada en valores
claros como el de la familia y el de la propiedad, mostrando siempre lo
positivo, adquiriendo así una buena imagen a nivel personal que le conducen por
un camino de éxito y felicidad, ajeno al dinero; todo ello con honradez,
compromiso, trabajo, esfuerzo y gran dedicación hacia todo lo que le rodea.
Sumándole además la gran labor social que realiza en cuanto a formación se
refiere, siendo reconocida con varios galardones.
No cabe
duda de que ha luchado sin descanso por cumplir el sueño de dirigir su propia
empresa y con ello facilitar las tareas de servicios a otras empresas, con todo
lo que supone. Lo que jamás pensaba es que alcanzase tal expansión, pero todo
esfuerzo acaba teniendo recompensa y el secreto está en las ganas y el trabajo
que le dediques a eso que con tantas fuerzas deseas.
Puede que
tengas ante ti la mayor oportunidad de negocio jamás pensada, tan solo hay que
detectarla y aprovecharla, como en su día hizo el fundador del grupo Eulen que
partió de una idea muy sencilla que le abriría paso a un futuro prometedor.
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