Era lo que se temía: que el presidente venezolano llevara la farsa de forma patética a todos los aspectos de las relaciones bilaterales. Mientras su embajador en Madrid, Alfredo Toro, le transmitía al jefe de la diplomacia española, Miguel Ángel Moratinos, el "respeto" que Hugo Chávez tiene por el Rey y el jefe del Gobierno, un Chávez más iracundo que nunca anunciaba en una televisión local venezolana que está “sometiendo a una profunda revisión las relaciones, políticas, económicas y diplomáticas" con España tras su incidente con el Rey Juan Carlos.
Las declaraciones han sido en la televisión local TVO y en las mismas, Chávez afirma que “eso significa que las empresas españolas van a tener que empezar a rendir más cuentas y que yo voy a meterles el ojo a ver qué están haciendo aquí a todas las empresas españolas que estén en Venezuela".
Según datos oficiosos, las compañías españolas habrían invertido en ese país más de 1.700 millones de euros brutos desde que Chavez llegó al poder, al principio por un golpe de Estado. Las empresas de mayor presencia en Venezuela son el Banco Santander, BBVA, Repsol, Telefónica y MAPFRE y el Grupo Prisa, editor del diario El País que tiene en Caracas Radio Caracol.
En su declaraciones televisivas, Chávez explicó que la 'revisión' a la que va a someter a las empresas españolas se debe a que el Gobierno se ha alineado con un 'fascista', en alusión al ex presidente José María Aznar, a quien se refirió con el mismo calificativo en la última Cumbre Iberoamericana de Chile, lo que provocó las protestas del Gobierno español y del Rey.
Y en alusión a Don Juan Carlos, quien le mandó callar en Santiago de Chile cuando Chávez intentaba interrumpir a Rodríguez Zapatero mientras éste exigía respeto para la figura de Aznar, reiteró que el Rey debió de estar al tanto del "golpe (de Estado) de abril de 2002" en Venezuela y calificó su reacción como una "explosión" de soberbia": "Cuando el Rey de España pretende hacerme callar allí está la prepotencia de quien se cree más que lo demás (...) El machismo, el imperialismo", añadió. Y se preguntó: "¿El embajador español fue a Miraflores a apoyar al Gobierno de transición por cuenta propia? Imposible. El Rey ha debido estar al tanto de eso".
No contento aún con tanta palabreja, Chávez se ha referido también a Rodríguez Zapatero, llamándole "insensato". "El no está siendo consecuente, porque ha repetido y descalificado una legítima acción de defensa que estoy asumiendo en nombre de Venezuela. Cuando señalo que Aznar es un fascista estoy diciendo una verdad del tamaño de la catedral de Barcelona", ha dicho Chávez en la televisión local, añadiendo que tampoco comparte el argumento de que Aznar merece respeto porque fue elegido en su día por el pueblo: "Entonces no podrás criticar a Hitler porque fue electo por el pueblo alemán". Y remató: "Lo triste es que Zapatero haya salido a defender al fascista Aznar, dime con quien andas y te diré quien eres".
España quería rebajar la tensión
Tras el incidente con el Rey el presidente Rodríguez Zapatero en la pasada cumbre iberoamericana de Santiago de Chile, la diplomacia española ha intentado echar tierra sobre el fuego, pero Chávez se ha encargado de echar gasolina sobre la tierra de Moratinos.
Moratinos llegó a afirmar públicamente en la mañana de este miércoles que el embajador de Venezuela en España, Alfredo Toro, le había el "respeto" que el presidente Hugo Chávez tiene por el Rey y por Rodríguez Zapatero. Lo hizo en una improvisada rueda de prensa en el Congreso de los Diputados para informar sobre la entrevista mantenida en la Cámara Baja entre Zapatero y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.
Pero sólo unas horas más tarde Chávez le respondió con lo que más se temía en círculos empresariales: que Venezuela siguiera el camino de otros ‘amigos’ de Zapatero, como Rafael Correa, en Ecuador, Daniel Ortega, en Nicaragua, Evo Morales, en Bolivia, atentando –o anunciando intervenciones- contra los intereses económicos españoles.
Ante esas nuevas declaraciones de Chávez, que aumentan la tensión hasta límites casi de ruptura, Moratinos convocó a la prensa en el Congreso de los Diputados para hacer una brevísima declaración en la que dijo que las últimas palabras de Chávez "no ayudan a salir del desencuentro de Santigao de Chile, sobre todo su referencia a las empresas españolas".
Dicho lo anterior, Moratinos sólo le pidió a Chávez "respeto, respeto a las instituciones españolas y a las empresas".
De juzgado de guardia
Horas antes, y ajeno a las manifestaciones de Chávez chantajeando a España con las empresas, Moratinos había llegado a decir, también en el Congreso de los Diputados -asiste al debate sobre los Presupuestos Generales del Estado para 2008- que de todas las declaraciones realizadas por Chávez –algunas habían sido ya realmente de juzgado de guardia- él se queda con aquellas de sus palabras en las que "expresó el respeto al Rey y al presidente Zapatero" y dijo querer "mantener el mejor nivel de relaciones bilaterales". "Ese es el mensaje que su embajador me transmitió y en el que puso énfasis", relató Moratinos antes de ser conocidas las intenciones de Chávez con respecto a las empresas españolas que han invertido, y mucho, en su país.
Fuentes diplomáticas digeron a lo largo de este miércoles que el ministro español telefoneó al embajador venezolano, Alfredo Toro, para reiterar a Venezuela el "mensaje" de que el Gobierno español tiene que velar por los intereses de España en ese país y que la mejor forma de hacerlo es superar cuanto antes este desencuentro.
Es cierto que Moratinos dijo entonces que aún "no" da "por zanjado" el desencuentro vivido con Venezuela en la XVII Cumbre Iberoamericana, pero sí recalcó en su mensaje previo a conocer la postura final de Chávez que se está "en el camino correcto", a pesar de que también haya habido "otras declaraciones". "Por nuestra parte”, ha dicho el ministro, “vamos a hacer todo para recuperar el clima de normalidad y de relación positiva con Venezuela".
Lo curioso es que pocas horas antes de estas mismas declaraciones de Moratinos -en la mañana de este miércoles- el mandatario venezolano había enarbolado otra vez la tea de incendiario para declarar, a través de un comunicado del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, que el Rey de España debía presentar sus "excusas" por haberle mandado callar para evitar que el incidente deteriore las relaciones.