lunes 23 de junio de 2014, 09:23h
Con
la llegada del verano se están cumpliendo las formalidades legalmente
establecidas para el ingreso en la que ellos llaman "la casta" de unos pocos
nuevos eurodiputados, elegidos democráticamente por una suficiente minoría de
ciudadanos. No han escogido mal su acomodo en "la casta". Son los escaños mejor
remunerados, menos comprometidos, mas viajeros y de menos jornadas de trabajo.
El
inconveniente de verse obligados a prometer cumplir una Constitución, que dicen
detestar, han pretendido subsanarlo alegando que lo hacen "por imperativo
legal", como si los demás diputados jurasen o prometiesen por afición o por
capricho. El más destacado de los cinco, que lleva el nombre de Pablo Iglesias,
pero nada tiene que ver con la solera obrerista del fundador del PSOE, se
expansionó en el acto de acatamiento, celebrado en el Congreso de los
Diputados, sede de la denostada "casta", diciendo que prometía "acatar esta
Constitución hasta que los ciudadanos de mi país la cambien para recuperar la
soberanía y los derechos sociales". Esta perogrullada se la podía haber
ahorrado, pues todos los políticos saben que acatan la Constitución en cuanto
está en vigor y, si la inmensa mayoría de los ciudadanos la cambiase o
reformase por los procedimientos previstos en la misma, deberán acatar un nuevo
texto, cosa que no parece nada probable que se produzca en tiempo previsible, a
juzgar por los porcentajes del voto ciudadano que se vienen produciendo
reiteradamente y el criterio preponderante de la mayoría de los representantes
elegidos por los mismos procedimientos, aunque con muchos más votos detrás, que
aquellos que les han abierto a ellos cinco un huequecito en el muy numeroso
Parlamento Europeo donde, por otra parte, no se tratan temas referentes a las
Constituciones internas de los Estados miembros de la Unión Europea.
Esa
"casta", como ellos apodan a la, también mal llamada, "clase política" no
parece que proceda de un grupo establecido por una división en categorías
sociales, como en la India, ni por superioridades de raza o de secta, sino por
el mismo sistema electoral que les ha permitido acceder a dicha "casta" a ellos
y a otros excéntricos personajes hasta los confortables hemiciclos, a pesar de
manifestarse contrarios al sistema constitucional o a la unidad del Estado que
los acoge, alimenta, y financia.
Cuando
estos personajes piensan en una "casta" no constatan que, en el mundo
contemporáneo, lo único verdaderamente "castizo" reside en las "nomenklaturas"
que gobernaban antaño en los paraísos soviéticos y hogaño resisten, en algunos
países orientales o caribeños donde, en ningún caso, se abriría un huequecito
tan confortable para los enemigos de sus sistemas monocolores. Estos tienen la
suerte de vivir y colear públicamente en una renovada y reforzada monarquía
parlamentaria donde lo mismo se puede llevar corbata por delante que coleta por
detrás. Debemos congratularnos de ello, cual símbolo de una libertad magnánima,
y esperar que el roce con los otros más numerosos miembros de "la casta" en el
Parlamento Europeo les aporte mejores modales y menos demagogia. "Podemos"
soportar sin rascarnos estas adherencias sobre la fuerte piel de "la casta"
española. Lo que no "podemos" evitar es que el referéndum de la historia
relegue a estos neófitos de "la casta" a la zona marginal de la política.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
28784 | Rosa Paredes - 24/06/2014 @ 19:19:34 (GMT+1)
Don Gabriel, lo que no "podemos" es seguir aguantando durante mucho más tiempo, la "desfeita" que tenemos en este pais. Claro que a los que no les afecta la misma y no conocen los problemas del día a día y como poder semi llenar ese frigorífico porque ellos tienen la "panza llena" y usan corbata de seda y no se peinan con coleta y sí lo hacen con brillantina, pues dejan oir su santa palabra y escribir lo que ellos creen "su verdad"
¡En fin, está todo tan mal en la "casta política" que parece que tenemos en la mesa un revuelto de ajete con champiñones... ¿a que sí?
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