Equipo versus individualidades. El esfuerzo, la lucha, la solidaridad y la fe, versus la individualidad genial y el dinero galáctico. Un clásico español elevado a la enésima potencia, al mayor y mejor altar futbolístico del mundo. Pongamos que se habla/escribe de la más original, mediática, atractiva y potente finalísima de la Liga de Campeones. Pongamos que se habla/escribe del Madrid-Atleti. Eso sí: la capital de España, que ya ha ganado el trofeo, se convierte a 600 kilómetros de la sede lisboeta donde se disputa el partido en la capital mundial del deporte rey.
La finalísima más original y diferente de todas, que ya han ganado Madrid y España, dos superpotencias futboleras -recordemos que la Europa League acaba de apuntársela el Sevilla- en graves problemas económicos, sobre todo el paro. Sin embargo, al margen de esto, es indudable que en víspera de las elecciones continentales, Europa tiene otra a despejar este sábado: el mejor equipo futbolístico, que es como decir a la vez el mejor del planeta.
De modo que el histórico y renovado estadio Da Luz de Lisboa pondrá en
juego el derbi más grande de la historia entre Real Madrid y Atlético en
el mejor escenario posible, la final de la Liga de Campeones, en un
apasionante duelo entre la obsesión de la 'Décima' Copa de Europa blanca
y el entusiasmo y la ambición rojiblanca por la 'Primera'.
Todo
el mundo del fútbol pendiente de un partido, de una cita para la
historia y la eternidad para la ciudad de Madrid, por un trofeo ansiado
por el equipo madridista desde hace doce años y una ocasión anhelada por
el Atlético desde hace 40, desde 1974, cuando perdió aquella dolorosa
final frente al Bayern Múnich en Bruselas.
Las individualidades y
el poder ofensivo del Real Madrid, el campeón de Copa del Rey esta
temporada, contra el bloque, la intensidad, la firmeza defensiva y la
fortaleza del Atlético, subido en una ola de buenas sensaciones en su
formidable campaña, en la que el pasado sábado festejó un campeonato de
Liga 18 años después.
Un nuevo 'combate', seguramente el más
transcendente, entre dos rivales 'eternos', un duelo táctico entre el
italiano Carlo Ancelotti y el argentino
Diego Simeone y el cuarto
enfrentamiento entre los dos equipos en este curso. Dos lo ganó el Real
Madrid, uno el Atlético y el último, a primeros del mes de marzo,
terminó 2-2.
El premio para el ganador, ahora, es grandioso en
Lisboa, donde el Real Madrid encara el momento más esperado tras doce
años que han dado forma a una obsesión llamada 'Décima', en la
oportunidad de oro de una generación de culminar un crecimiento
progresivo tras años en los que se alejó del sitio que le correspondía
en una competición en la que es el equipo más laureado. Los seis años
sin pasar de octavos de final fueron una losa para un buen puñado de
entrenadores hasta que aterrizó
José Mourinho.La 'Tercera' para AncelottiCon el portugués
se rompieron barreras pero se crearon otras nuevas, unas semifinales en
las que tropezaron tres años consecutivos hasta que
Carlo Ancelotti ha
enseñado el camino, conduciendo al madridismo a su decimotercera final.
Desde la tranquilidad, siempre cerca del jugador y con un perfil muy
similar al de
Vicente del Bosque, último técnico que dio una Copa de
Europa al madridismo.
Ancelotti puede convertirse en Lisboa en el
técnico más laureado si vence. Igualaría las tres Copas de Europa
conseguidas por
Bob Paisley con el Liverpool. Ha sabido sacar partido de
las virtudes de sus jugadores, con una apuesta ofensiva bajo un 4-3-3,
explotando el juego directo con la velocidad de jugadores como
Cristiano
Ronaldo, Gareth Bale o
Ángel Di María y con una personalidad de salir
siempre a por el balón.
Tras la exhibición en la fase de grupos,
con récord goleador del equipo y de Cristiano Ronaldo, el Real Madrid
tuvo que desmitificar la 'maldición alemana' para sembrar su camino a la
final. Vapuleó al Schalke, se vengó de su último verdugo, el Borussia
Dormund, y sacó los colores al vigente campeón, el Bayern Múnich. La
brillantez de la semifinal y el 0-4 firmado en un terreno donde jamás
había vencido, el Allianz Arena, provocaron la relajación final en Liga.
El verdadero objetivo lo tenían ante sí. La oportunidad de conseguir la
'Décima' tras doce años de sequía era una realidad.
Y por ella
los jugadores que más justos han llegado al final de temporada se han
regulado. Lo ha hecho Di María, el máximo asistente blanco en Europa,
Bale o
Carvajal. Y las lesiones han llegado en el momento más inoportuno
para jugadores referentes como
Pepe, Cristiano Ronaldo y
Karim Benzema.El que más complicado lo tiene para jugar la final es Pepe. Su
lesión de gemelo le deja fuera del partido que todos desean jugar y su
sitio lo ocupará el francés Raphael Varane. Pareja de Sergio Ramos, el
líder del equipo en un final de temporada irregular donde tiró de
orgullo. Carvajal tiene ventaja sobre
Arbeloa en el lateral derecho y
Coentrao sobre
Marcelo. La portería tiene un dueño,
Iker Casillas, el
único madridista que habrá en el campo que ya ha sido campeón.
El
otro,
Xabi Alonso, lo vivirá desde la grada, arrepintiéndose aún de su
entrada a destiempo en el Allianz que provocó una sanción evitable en
una eliminatoria sentenciada. Su ausencia provoca un debate entre
Sami
Khedira, corto de ritmo tras su grave lesión, y
Asier Illarramendi.
Ancelotti se decantará por el vasco. Es el gran día para despejar las
dudas cosechadas en duelos de altos vuelos y llevará el mando respaldado
por
Modric y el esfuerzo generoso de Di María.
Bale atacará por
la derecha, Cristiano forzará sin estar al cien por cien por la
izquierda y Benzema también lo hará en punta. Los dos últimos lesionados
pero en uno de esos días que un jugador apura todas sus opciones de
jugar consciente de que le espera una cita con la historia. Isco
preparado por si el francés no pasa la prueba. La espina clavada por
quitar de Ronaldo en su país, tras entrar ya en la historia como máximo
artillero de una edición de Liga de Campeones.
Diversas posibilidades para SimeoneTambién el
Atlético acude a la cita con jugadores 'tocados', pendiente de la
evolución de dos de sus mejores futbolistas: el imponente Diego Costa,
tan inteligente en el desmarque, tan fuerte en la zancada y tan decisivo
arriba como insistente en la pelea con sus marcadores, y el habilidoso
turco Arda Turan, técnico y astuto.
Una lesión muscular en el
bíceps femoral de la cara posterior del muslo derecho, con visita
incluida a Belgrado esta semana para intentar acortar plazos bajo el
tratamiento de
Marijana Kovacevic, pone en duda la participación del
delantero en la final, más aún en el once inicial, como también le
ocurre al centrocampista, con más opciones pero aún recuperándose de un
golpe en la cresta iliaca.
La incertidumbre sobre su estado
condiciona el once, para el que el argentino Diego Simeone, su técnico,
maneja algunas variantes, entre ellas reforzar el centro del campo.
Piensa el entrenador que esa zona puede ser determinante en el
desarrollo del encuentro y podría incluir ahí a Gabi Fernández, Tiago
Mendes y Mario Suárez, siempre que Diego Costa no esté listo para el
encuentro de mañana.
Koke Resurrección estará en la izquierda. En
la derecha hay más posibilidades. Todo depende de
Arda Turan. Si está
en condiciones formará en el once. Si no, las posibilidades son dos para
suplirle:
Raúl García, más probable, o el argentino
José Sosa, cuya
calidad de minutos en los últimos encuentros ha sido altísima entrando
desde el banquillo.
Otra posibilidad es alinear un 4-4-2, con
Diego Costa, si está recuperado, o con
Adrián López. En ese caso,
Mario
Suárez saldría de una alineación titular en la que son fijos el
delantero
David Villa, los defensas J
uanfran Torres, Joao Miranda, Diego
Godín y
Filipe Luis y el portero
Thibaut Courtois, además de
Koke y
Gabi.Son la opciones del Atlético para la final, en la
que se presenta después de 60 encuentros esta campaña, con sólo seis
derrotas, con un partido perdido de los últimos dieciocho y como el
único invicto en esta edición de la Liga de Campeones tras una docena de
choques, después de superar a Milán, Barcelona o Chelsea.
Campeón de Liga hace una semana, con un 1-1 en el Camp Nou, e infalible
en las finales a único partido con Simeone, con el que ha conquistado la
Liga Europa, la Supercopa, la Copa del Rey y la Liga en dos años,
apunta el club rojiblanco al único título continental que le falta: una
Copa de Europa que espera desde hace 40 años.
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