Debate en la nada sobre machismos y liberticidas
viernes 16 de mayo de 2014, 13:11h
Luego nos acusan, a quienes hemos
de ejercer de mensajeros, de tergiversar las cosas o malinterpretar lo que dicen,
en su omnisciencia, los políticos, que de lo único que parecen no saber es de
autocrítica. Pero mi obligación es escribir que me pareció poco presentable la
reacción de mi amigo -amigo, sí-Miguel Arias Cañete tras el debate 'a
dos', primero y último, con la socialista Elena Valenciano, con quien también
mantengo buenas relaciones de cierta, aunque algo más distante, amistad. Dijo
Arias, perdonando un poco la vida a su adversaria ante las cámaras y ante las
urnas, que un debate entre un hombre y una mujer "es muy complicado",
porque si el hombre demuestra "superioridad intelectual o lo que sea"
da una impresión "machista" ante una "mujer indefensa".
Bueno, no parece que la
señora Valenciano, que, por cierto, ganó de calle el tele-debate, pueda
encasillarse fácilmente en el capítulo de las 'indefensas'. Ni yo situaría
a Miguel Arias en el grupo de los 'machistas'. Ocurre, simplemente,
que se defendió mal ante la derrota e hizo unas declaraciones en las que sacó a
relucir su natural espontaneidad, esa que el asesor Pedro Arriola le reprimió
durante el debate, en el que estuvo tenso, rígido, poco natural, frente a Valenciano,
que exhibió armas de tertuliana, interrumpiéndole constantemente pese a las
reglas pactadas . Y no fue este, por cierto, el único pacto perceptible en un 'cara
a cara' en el que apenas se habló de corrupción, y de Cataluña se trató menos
aún que en el debate previo en Bruselas, donde los cinco grandes candidatos a
presidir la Comisión situaron la tentación secesionista catalana como uno de los
puntos importantes y 'calientes' en el desarrollo de la próxima
Europa.
Remontando ya el puro debate,
debo decir que Miguel Arias tiene mal planteada la campaña, y lo digo aunque
las encuestas aseguren con cierta unanimidad que el PP ganará el 25 de mayo en
las urnas (ganará al PSOE, que no a sus propios resultados de hace cinco años):
la cartelería en azul es atroz, su insistencia en hablar de 'la herencia
recibida', cansina. No es que la campaña del PSOE destaque por su
originalidad y visión de futuro, desde luego, pero me parece que está concebida
en términos más eficaces que la de los 'populares'. Lo que ocurre
es que a los socialistas les crecen los enanos en el circo electoral: los que
se presentarán a las primarias andan ya dando vueltas al ruedo, procurando, eso
sí, y, aunque procuran no hacer mucho ruido, distraen; y el 'barón
socialista' extremeño nos sale con la ocurrencia de presentar una moción
de censura que acabó como acabó y que, inexplicablemente, no fue transmitida
por la tele autonómica.
Pienso que, ahora que enfilamos
la recta final de una campaña átona, en la que el mayor gasto de gestos -efímeros
porque han pasado bastante inadvertidos, por cierto-lo han hecho algunos
de esos tertulianos que encabezan candidaturas 'menores', hay que
corregir algo el tiro. Nada de lo que se dijeron los dos principales candidatos
en el debate mereció los honores de un titular periodístico, y eso es
imperdonable. El personal, que es el que vota -o debería votar-y paga
los impuestos, está claramente aburrido de tanta llamada al recuerdo de la
herencia recibida, de tanto 'y tú más', de tanto sacar a relucir un
proyecto de ley del aborto que jamás entrará en vigor y nada tiene que ver con
el debate europeo, de tanto pacto subterráneo -y negado oficialmente,
claro--- para no tirarse a las respectivas cabezas los casos de corrupción en
los que cada bando haya incurrido.
Estoy impaciente, porque ahí
no hay pacto ni cartón, por ver nuestro propio 'debate televisado a
cinco' nacional, entre los candidatos que ya tienen representación en el
Parlamento Europeo. Hasta ahora, que yo sepa -es posible, desde luego,
que de algunas cosas no me haya enterado, pero eso también sería sintomático--,
no ha entrado en el ruedo de la política nacional ni una idea nueva, atractiva,
para mejorar nuestra presencia en el 'club' europeo. Ya solo queda
una semana para afinar mensajes y propuestas. Nada que ver con lo que nos han
ofrecido hasta ahora. Déjense de machismos, de acusar al otro de liberticidas,
de herencias y de zarandajas y hagan, por favor, que nos interesemos por este
partido, que ya sé que no es precisamente el del Real-Atlético, pero que
seguramente es el más importante de nuestra historia en los últimos treinta
años.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
28074 | maruja - 16/05/2014 @ 17:22:06 (GMT+1)
Tengo para mi que sí que es machista el señor Cañete. Hay cosas que no solo no se deben decir mal, es que no se pueden ni pensar. Es obvio que si el ex ministro argumenta que un debate con una mujer es complicado, ya la premisa inicial es machista, ya piensa que no es lo mismo un hombre que una mujer, ni siquiera para debatir. Es el colmo de la antigualla ese señor. Es un rancio y un mal perdedor. Y no, no soy una feminista al ultranza, soy una persona, soy una mujer.
28073 | Cuquiña - 16/05/2014 @ 17:21:13 (GMT+1)
Reiterativo diciéndonos dos veces en su artículo que ya está bien de la herencia recibida, pues no es así ¿Acaso la marcha de un país se para en seco cuando entra un nuevo Gobierno? pues claro que no, seguimos soportando la peste bubónica de la herencia del cuentanubes y su troupe. Valenciano tertuliana con los resabios socialistas, no dejar intervenir al oponente, desmintiéndole cuando hablaba, es mentira, no es verdad, risitas ¿irónicas o nerviosas? Convertida en Teresa de Calcuta, defensora de la famélica legión, no la de sus compañeros desde luego, de los pobres, de los humildes, de los niños de los cojos y mancos, una oportunista que se aprendió el mitin y lo soltó. Cañete mal asesorado lleno de papeles ¿acaso no recuerdan el fracaso de Borrell por tanto papel?. Ninguno de los dos tendrá mi voto. El debate un pestiño.
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