Antes
de empezar cada campaña electoral, los partidos suelen hacer sus
propios cálculos para intuir cuáles serán los resultados o prever
los posibles escenarios de salida. Es decir, si serán decisivos en
el futuro Parlamento o Gobierno (en este caso, la Eurocámara y la
Comisión Europea) o si, por el contrario, deberán formar parte de
la oposición.
Si
nos centramos en las elecciones del día 25, podemos anticipar
multitud de escenarios más o menos probables. Pero el sentido común
y los sondeos de las últimas semanas nos llevan a pensar, sobre
todo, en dos posibles situaciones:
A.
El bipartidismo se desploma:
Hasta
hace bien poco estábamos acostumbrados a que el PP y el PSOE siempre
aglutinaran entre el 80% y el 85% de los votos. Así venía
ocurriendo en todas las elecciones generales o europeas desde 2004,
hasta que en 2011 los socialistas se hundieron y, como consecuencia,
el bipartidismo tuvo que conformarse con el 73% de las papeletas.
Sin
embargo, los sondeos publicados por el CIS y por los principales
periódicos señalan que los dos grandes partidos podrían quedarse
esta vez en un 62-65%. Sería el resultado de perder conjuntamente 3
o 4 millones de votos respecto a las europeas de 2009, un gigantesco
batacazo que dejaría margen suficiente para el crecimiento de IU,
UPyD y algunos partidos pequeños.
B.
El bipartidismo aguanta:
Las
encuestas son tan pesimistas para el PP y el PSOE que cualquier
repunte de última hora, por pequeño que sea, podría venderse como
un éxito desde Génova o Ferraz. Esto sucedería si, por ejemplo,
los dos grandes rondan el 70% de los votos y la suma de IU e UPyD no
llega al 15%. Pero incluso un resultado como ese significaría que
las formaciones de mediano tamaño están ganando cada vez más peso
y podrían tener una influencia decisiva en las municipales,
autonómicas y generales de 2015.
** José Luis Sanchis es asesor en campañas electorales y presidente de honor de Torres y Carrera. Luis Tejero es periodista y consultor político.
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Especial: '
España, un país en elecciones'