Entrevista a Gaspar LLamazares, diputado de IU por Asturias
Gaspar Llamazares: "La gran disyuntiva de estas elecciones es que la crisis ha puesto en evidencia lo peor de Europa"
domingo 11 de mayo de 2014, 11:57h
El
diputado por Asturias de IU Gaspar Llamazares cree que Europa debe refundarse,
so pena de precipitarse al vacío salvo que varíe el rumbo. En esta entrevista a
su paso por León, el médico asturiano chequea las patologías de una Europa que
ha convertido al Banco Central, dice, en la Cruz Roja de la banca privada. E
insiste en que está mucho en juego, la quiebra social sobre todo. Recuerda que
además de 28 millones de parados hay 125 millones de pobres.
"En
estas elecciones nos jugamos mucho, que Europa sea un convenio de intereses o
una Europa unida y de cohesión"
Empecemos por el principio; ¿hacia
dónde cree IU que camina Europa.
Yo
creo que el secuestro de Europa y la idea de la Europa del capital financiero,
la troika y el gobierno alemán también, han convertido el sueño europeo en una
pesadilla. Y aquellos sueños de una Europa unida, social y en paz se han
convertido en una pesadilla porque la situación actual es de ruptura, sobre todo
social y territorial. Social porque el uno por ciento de los ciudadanos está
pasando factura a la inmensa mayoría y a sus conquistas sociales.
Territorial
porque hay un enfrentamiento que no se producía desde hace cincuenta años entre
norte y el sur, y además está en una situación de conflicto en sus fronteras.
Por tanto, todos aquellos sueños se han convertido en una pesadilla como
consecuencia de ese secuestro y del pago del rescate. Es evidente el secuestro
de la democracia social europea por parte del neoliberalismo o el capitalismo
financiero. Pero peor es el rescate, porque a cambio estamos dando una parte
muy importante del alma europea o de lo que es lo mismo la justicia social
europea.
¿A qué se refiere?
Estamos dando a cambio el modelo europeo
laboral, sometido a una importantísima degradación. Ha pasado de ser un derecho
universal y se está escorando hacia un modelo de beneficencia. Y también del
modelo democrático; si bien es cierto que el Parlamento Europeo ha aumentado
sus competencias, en relación a otros momentos de la historia europea reciente,
la verdad es que manda menos que nunca, porque quien manda la troika. Poco vale
que el gobierno tenga más competencias, porque quien manda son las finanzas.
Después de esta radiografía vayamos al primer asunto que
preocupa en Europa y en especial en España; el paro. ¿Qué propone IU en este
campo?
Yo
creo que estas no son unas elecciones más. No hay una ciudadanía europea y como
el modelo es de un despotismo no sé si muy ilustrado o no, los ciudadanos no se
sienten cercanos a esta construcción, y por tanto corre el peligro de
convertirse en una más. Pero son muy importantes, porque en ellas se juega si
finalmente la Europa por la que apostamos es la de un convenio de intereses o
una Europa unida, política y una comunidad ciudadana.
La
gran disyuntiva de estas elecciones es que la crisis ha puesto en evidencia lo
peor de Europa. Y o bien hay un puñetazo en la mesa y una presencia muy fuerte
de sectores de la ciudadanía europea que está siendo golpeada y marginada, o
bien las cosas se van a poner muy complicadas y va a continuar esta política de
empobrecimiento social, de precariedad laboral, de negación democrática.
Vayamos al empleo
Aunque
el empleo es sin duda es el principal problema de Europa, yo diría que el
problema fundamental es la ruptura social. No sólo hay 28 millones de
desempleados sino que Europa tiene 125 millones de pobres. Y estas cifras
muestran la gravedad de la ruptura social de Europa y debería ser la prioridad
del futuro gobierno. Lo que pasa es que la arquitectura europea está hecha para
otra cosa. Está concebida para desarrollar las políticas neoliberales y
financieras. No sólo hay que cambiar la política, también la estructura.
El
debate es si es posible otra Europa, porque esta es imposible y nos lleva a un
precipicio social. Por tanto para cambiar la política de empleo es necesario
que se convierta en prioritaria, y hoy no lo es. Lo es el saneamiento financiero
y el pago de la deuda. Y luego hay que movilizar recursos. Es curioso que una buena parte del
presupuesto europeo no se haya gastado porque hay una política de austeridad y
restrictiva que nos está empobreciendo. Bastaría con utilizar una parte, en vez
de ser el uno y pico sea el 3% del PIB, durante diez años, y, dicen los
sindicatos europeos, se podrían crear once millones de empleos. Y los recursos
existen en el presupuesto, pero sobre todo en el fraude. En Europa es de un
billón de euros, que se dice pronto, y en España es de 80.000 millones. Es
decir tres veces el recorte que hemos sufrido en los últimos tiempos.
¿Y cuál debe ser el papel del Banco
Central?
Es
decir no habríamos tenido crisis y quedaría dinero para políticas de empleo y
para consolidar el estado del bienestar. Y hay un tercer pilar que son las
finanzas europeas. No podemos, en mi opinión, seguir teniendo un Banco Central
Europeo que es el banco de la banca privada, o, mejor dicho, su equipo de
salvamento. No puede ser por más tiempo la Cruz Roja de la banca privada. Tiene
que recuperar su carácter público que permita, por ejemplo, que la deuda de un
país no lleve a una situación de quiebra. Ya tenemos comunitarizada la moneda,
el euro es de todos, por tanto comunitarizemos la deuda. No habría ataques
especulativos y podríamos financiar el salvamento y la recuperación. Creo que
de seguir en este camino no habrá ni unión ni comunidad. Sólo habrá un espacio
financiero.
Y como intuyo que la corrupción también forma parte de este
juego, cabe preguntar ¿cómo o qué piensa hacer IU para atajarla desde Europa?
Esa
es otra de las grandes hipocresías que se manejan. Por una parte enseña los
recursos, diseña los procedimientos, incluso el plan de reformas para
España -la última propuesta es recortar
aún más, durante los dos próximos años otros 25.000 millones de euros- y luego
lamenta sus consecuencias. Todo un festival de hipocresía. Creo que la
corrupción está íntimamente unida en España y en Europa a la especulación.
Mientras Europa sea un casino de especuladores y mientras España sea el lugar de
ocio y recreo de esa política especulativa, la corrupción será rampante.
Para
luchar contra ella hay que luchar contra un modelo desregularizado, con
finanzas irregulares y oscuras. Y por otra parte hay que agilizar las leyes y
la justicia y hay que evitar cualquier tipo de impunidad. Es lo que está encima
de la mesa y es lo que hay que hacer en un momento en el que los ciudadanos
están tan alejados de la política. Ven a esa Europa de pesadilla y ven la
corrupción como un símil de la política, y no es así.
El ciudadano de a pie percibe que Europa camina por otra
senda muy alejada de sus problemas; ¿Cómo se cambia este rumbo?
Hay
un déficit democrático enorme. Esa idea de que Europa se puede construir a
través del funcionalismo, la construcción económica va necesariamente a
construir la construcción política, es mentira. Lo que se ha demostrado es que
puede ser un espacio para mercaderes y especuladores, pero no es el de la
mayoría ni el de los sectores productivos, lácteos, mineros, etcétera y tampoco
el de los derechos sociales. Está justificada esa sensación de alejamiento y
reproche de los ciudadanos.
No será fácil la regeneración de Europa, pero pasa
en primer lugar por atajar el riesgo de fractura social -desempleo, precariedad
y pobreza, y luego promover un proceso de reconstrucción. La que se ha
construido no es democrática y es despótica y por tanto es imprescindible
recuperar la presencia de los ciudadanos. Europa no debe ser una comisión que
representa a los bancos. Todo esto se debate en estas elecciones que no son una
más; son las elecciones de la crisis de Europa o bien de la refundación.
A la
vista de los primeros avances para que el bipartidismo aún sigue bastante vivo.
Aunque los dos grandes se desploman, el
bipartidismo es algo más, es un bipartidismo institucional, económico y muy
arraigado a las oligarquías económicas y por tanto es muy difícil que
desaparezca. Pero se desploman mientras a nosotros nos vaticinan que nos
multiplicamos por tres. ¿Es suficiente? No, por la fortaleza de la contestación
en la calle debería tener una mayor representación política. El resultado más
esperanzador de estas elecciones es que haya un bloque muy relevante que haga
frente a la troika, que se oponga y denuncie esas políticas y que evite la
quiebra entre el norte y el sur, en puertas. Un bloque de los ciudadanos del
que queremos formar parte.
Ya por último, estas elecciones ¿serán un avance de lo que
acontecerá en las urnas en 2015?
PSOE
y, en especial, PP pretenden que estas sean unas elecciones en frío, de baja
intensidad porque sospechan que si fueran unas elecciones con una amplia
participación serían una enmienda a la totalidad a sus políticas de ajustes. Y
el PSOE, que no se está en condiciones de ser alternativa porque no ha llevado
a cabo un proceso de regeneración, también está de acuerdo con el modelo de
baja intensidad. Sin embargo creo que son unas elecciones eminentemente
políticas, que deben servir para parar los pies a la troika, y también
para desautorizar el programa del PP que
ha incumplido a los ciudadanos y para desautorizar una austeridad que es una
ley del embudo; una minoría sale muy bien de la crisis y la inmensa mayoría
paga esa crisis provocada por esa minoría.
El gobierno dice que estamos
saliendo de la crisis cuando la gente está más dolorida; el gobierno se ríe de
ese dolor y nos parece inaceptable. Yo no renuncio a que estas elecciones sean
una censura a la política del Partido Popular.