Expertos de la UE aseguran que la igualdad salarial se alcanzará dentro de 70 años
martes 29 de abril de 2014, 10:21h
Tenía la esperanza de que cuando mis hijas accedieran al
mercado laboral lo harían en plena igualdad de condiciones con los hombres. Son
aún adolescentes y me parecía que existía suficiente margen para que
alcanzáramos la equiparación salarial, incluso que, si trabajaban mucho,
podrían llegar a sentarse en algunos de esos mullidos sillones de los consejos
de las empresas que, hoy por hoy, están ocupados por hombres. Pero la Comisión
Europea ha roto por completo mis expectativas. No sólo mis hijas no
disfrutarán de ese privilegio sino que ni siquiera creo que lo podrán
hacer mis nietos. El último informe sobre Igualdad de Género de la
Comisión Europea es demoledor.
Dicen los expertos europeos que al ritmo que vamos se
necesitarán 70 años para conseguir la igualdad salarial y 30 para alcanzar el objetivo
del 70% de empleo femenino. Incluso si mis queridas niñas desearan
dedicarse a la política (cosa que nos les recomiendo) sólo dentro de 20 años
habría paridad en los parlamentos de la Unión. Y todo esto en Europa, donde de
cada 10 alumnos que estudian en nuestras universidades, 6 son mujeres. Ya se
pueden imaginar ustedes cómo estarán las cosas en el resto del planeta.
En un intento de no quedar tan mal parado, el estudio
elaborado por los especialistas incide en que hemos avanzado mucho y que los
más de 3.200 millones de euros invertidos entre el 2007 y el 2013 para promover
la participación de las mujeres en el mercado laboral ha dado sus frutos, pero
lo cierto es que estamos a años luz del objetivo.
Podemos dejar que las cosas vayan a su ritmo y que -como
algunos propugnan- la igualdad llegue con el transcurso natural de la evolución
de las sociedades. Si elegimos esta vía estaremos perdiendo todos. Estaremos
desperdiciando parte de la energía creativa, la capacidad empresarial, la
curiosidad intelectual, artística y científica de medio mundo. Y ese es un lujo
que una sociedad moderna no se puede y no se debe permitir.
Por ello no sólo es necesario dar un empujón a las políticas
en materia de igualdad, es imprescindible forzar la maquinaria para que este
paseo de tortugas, lento y parsimonioso se convierta en una carrera, en un
spint que permita dar un salto cualitativo. No hay tiempo que perder, no
podemos seguir esperando otro siglo más en una Europa rica, moderna y avanzada
a que las cosas se produzcan de manera natural. De igual manera que en otros
ámbitos la UE impone y obliga, castiga y multa, en materia de igualdad también
debe actuar con la misma contundencia.
La propia Canciller Ángela Merkel -que hasta ahora había
mostrado su completo rechazo a la imposición de cuotas mínimas de presencia
femenina en los consejos de administración de las grandes empresas- parece que
acepta cambiar de estrategia y hoy valora las recomendaciones de la Comisión.
Carla Reyes Uschinsky
Periodista. Colaboradora de MUNDIARIO