La iniciativa del presidente de
la Generalitat, Artur Mas, de forzar las costuras de la organización
territorial del Estado con el debate soberanista le ha colocado en un "camino
peligroso", ya que debe enfrentarse con la fuerza que tiene un Estado. Así lo
reconoció en la sesión de control del Parlamento catalán.
"He notado en mis carnes que
me he puesto en un camino personalmente peligroso", dijo en respuesta a la
líder del PP catalán,
Alicia Sánchez-Camacho.
Según él, es "evidente
que hay un conflicto" entre Cataluña y el Estado, por lo que pide votar
para resolverlo, y ha lamentado que el Gobierno central opte por imponer sus
tesis, que en su opinión son absolutamente minoritarias entre los catalanes.
Sin embargo,
Artur Mas confesó unas
horas antes a la prensa extranjera que se ve más a sí mismo "como el
presidente del referéndum que como el presidente de la independencia" y afirmó
que en democracia "no hay mayor frustración que la de querer votar y no
poder".
Así las cosas, aseguró que convocará un referéndum no vinculante
sobre la independencia de Cataluña "dentro de un marco legal" y adelantó
que si el Gobierno central lo bloquea irá a unas elecciones plebiscitarias.
"La consulta se va a convocar, y dentro de un marco legal. El Gobierno
central puede intentar anularla. Pero eso no depende de mí", indicó Mas.
En su opinión, la
Constitución española permite a Cataluña convocar un referéndum consultivo y
por eso pide al Ejecutivo de
Mariano Rajoy que "al menos permita al pueblo
catalán expresarse democráticamente, de acuerdo a la ley catalana" y que
no "intente bloquear un proceso meramente participativo para que podamos
conocer la opinión catalana".
Mas no precisó qué hará en caso
de que el Tribunal Constitucional tumbe la futura ley catalana de consultas con
la que pretende amparar la consulta de noviembre, aunque, según el 'Financial
Times', sugirió que no celebrará ningún referéndum que sea ilegal.
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