Baleares afronta unas elecciones europeas con olor a petróleo y a independentismo
lunes 21 de abril de 2014, 13:09h
Llegan
unos comicios europeos especiales para Baleares. Nada tendrán que ver con el
aburrido trámite de convocatorias anteriores donde los reyes eran la abstención
y la abulia. Esta vez no. Hay factores propios que hacen atractivo el debate y
el paso por las urnas. Son dos factores que aparentemente no tienen nada que
ver entre sí, pero que tienen como denominador común la desconfianza de la
política que se hace en Madrid que en nada tiene en cuenta los intereses del
Archipiélago.
Por
un lado la gente irá a votar oliéndose que justo después el Gobierno central
aprobará las prospecciones petrolíferas en el Mar Balear. Dicen que hay un
dineral bajo las algas próximas a las costas de Ibiza. Oro negro puro y en
cantidades más que notables. Oficialmente estas prospecciones están sujetas a
los preceptivos informes del Ministerio de Medio Ambiente. Su titular, el
proteccionista Arias Cañete, se va a Bruselas. Y no se confía demasiado
en su sucesor. Por su parte, el ministro de Energía, el canario José Manuel
Soria, quiere sacar petróleo en Baleares, paso previo para luego hacer lo
propio en el Atlántico, cerca de Fuerteventura.
En
Baleares todo el mundo trina. "Madrid se llevará el petróleo, el dinero y
nos dejará el chapapote", comentan en todas partes, comenzando por los
hoteleros, que tiemblan ante la perspectiva de soportar aguas teñidas de negro
en un mar cerrado. El presidente Bauzá ha aparcado por una vez su probadísima
lealtad a Madrid y se ha levantado contra estas prospecciones (en
realidad explosiones submarinas). Per lo cierto es que en Madrid la Ley de
Hidrocaburos fue modificada el pasado otoño y en su disposición final se coló
el poder conceder permisos para buscar combustible en el fondo de las aguas
territoriales.
Los
políticos isleños de todos los colores harán bandera contra estas
prospecciones. Quieren llevar el asunto a Bruselas. El Archipiélago vive del
monocultivo turístico. Y le va bien. Hay cabreo porque la balanza fiscal es un
desastre y cada año se van a Madrid más de 2.000 millones que no regresan
jamás. La financiación autonómica se considera injusta. Pero al menos las
playas están cristalinas y al servicio de millones de alemanes, británicos,
italianos, españoles peninsulares y, últimamente, muchos rusos. Ya se otea la
salida de la crisis. Pero el turismo es frágil. Un chapapotazo made in
Soria sería una catástrofe irreversible. La ruina.
Por
otro lado, Esquerra Republicana de Catalunya ha decidido jugar fuerte en
Baleares. Su lista europea, encabezada por Terricabras y Maragall, incluye a
seis baleares. No están en puestos de salida, pero harán campaña activa. Son
cuatro de Mallorca, uno de Menorca y otro de Ibiza. Entre ellos se encuentra
Margalida Miquel, que en el pasado fue alto cargo gubernamental por el extinto
partido Unió Mallorquina. ERC ha tenido suerte en Baleares. Será la única
opción nacionalista que se presente. El centro regionalista, encuadrado en el nuevo
partido PI no presenta lista. Tampoco lo hacen los nacionalistas tradicionales
del PSM, ahora encuadrados en la coalición Més,que dan libertad de voto a su
gente. De esta forma, los independentistas catalanes de Esquerra pueden hacer
una buena cosecha en el Archipiélago, donde harán campaña propia centrada en
los problemas insulares, comenzando, como es natural, por el petróleo. Ese
petróleo que como Madrid no se ande con tacto puede provocar un incendio en
notables proporciones.