jueves 10 de abril de 2014, 14:46h
El
presidente de los médicos españoles, Rodríguez
Sendín, se lo ha puesto a huevo al Gobierno para que siga estrujando a los
ciudadanos al proponer que se multe por la utilización indebida de la asistencia
médica: una vez más, que se rasquen el bolsillo los usuarios, como con el
copago y otras fechorías.
¿Por
qué nuestro hombre no ha propuesto, en cambio, que se persiga el soborno de los
médicos por las compañías farmacéuticas o se castigue a los directivos
sanitarios que infrautilizan costosísimos materiales hospitalarios o descuidan
su mantenimiento en perjuicio del contribuyente?
Nos
encontramos al revés que en la mitología romántica, en la que nobles
salteadores de caminos, como Robin Hood
o Dick Turpin, robaban a los ricos
para dárselo a los pobres. Ahora son las instituciones quienes asaltan a los
pobres para dárselo, por ejemplo, a unos consejeros de bancos y cajas de
ahorros que los han estafado con participaciones preferentes o deuda subordinada.
Asimismo, el creciente desfase de la sanidad pública se atribuye a los enfermos
y no a unos gestores de la cosa pública ineficaces e imprevisores.
Reconozco,
no obstante, que es más fácil robar a los pobres que a los ricos. Éstos, para
proteger sus bienes, ya no necesitan, como antaño, tener a su lado pesadas
cajas fuertes de complejas estructuras. Ahora poseen SICAVs y otros
instrumentos financieros y quienes guardan sus tesoros lo hacen en paraísos
fiscales, con cuentas cifradas, limpias de polvo y paja.
Así
no hay manera. Lo peor de todo es que hasta los modosos funcionarios de antes,
como Cristóbal Montoro, se han
apuntado a la moda de esquilmar a los pobres, ideando nuevas figuras
tributarias, mientras que amnistían periódicamente a los que se llevan su
dinero a Suiza.
¡Si
Robin Hood y Dick Turpin levantasen la cabeza!
Diplomado en la Universidad de Stanford, lleva escribiendo casi cuarenta años. Sus artículos han aparecido en la mayor parte de los diarios españoles, en la revista italiana Terzo Mondo y en el periódico Noticias del Mundo de Nueva York.
Entre otros cargos, ha sido director de El Periódico de Barcelona, El Adelanto de Salamanca, y la edición de ABC en la Comunidad Valenciana, así como director general de publicaciones del Grupo Zeta y asesor de varias empresas de comunicación.
En los últimos años, ha alternado sus colaboraciones en prensa, radio y televisión con la literatura, habiendo obtenido varios premios en ambas labores, entre ellos el nacional de periodismo gastronómico Álvaro Cunqueiro (2004), el de Novela Corta Ategua (2005) y el de periodismo social de la Comunidad Valenciana, Convivir (2006).
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