miércoles 09 de abril de 2014, 16:24h
Decía Antonio Garrigues hace unos días que tenemos que estar agradecidos porque vivimos en primera fila una época intelectual y sociológicamente fascinante, el brusco final de una era y el comienzo de otra que no sabemos, que casi no tenemos ni idea de cómo va a ser. Y tiene razón. Y seguramente será, como lo es ya este tiempo, el mejor momento de la humanidad. No es cierto que cualquier tiempo pasado fue mejor. Todo lo contrario. Fue peor para casi todo el mundo. Las condiciones de opresión, el derecho de pernada de los poderosos, la falta de libertades, las guerras terribles, la mortalidad infantil, las plagas y las pestes, la hambruna, la falta de derechos de la mujer, la esclavitud, un ni siquiera imaginado Estado del bienestar son realidades que están muy cercanas, sólo a unas décadas de distancia. El mundo de hoy es injusto, pero el de ayer era una selva. Los Derechos Humanos son de ayer mismo, de 1948 y aún no hemos acabado de integrarlos en las legislaciones del mundo y, sobre todo, en las conciencias de los seres humanos.
Esta época fascinante, sin embargo, está llena de injusticias, de corruptos, de miserias, de campos de refugiados, de vallas que separan las fronteras, de desigualdades, de falta de natalidad, de un envejecimiento progresivo de la población, de individualismos, de relativismo moral o ético. Hay un millón de refugiados sirios en Líbano, la mitad de ellos niños, y el mundo mira hacia otro lado. Allí ha muerto ejecutado el último misionero católico, un jesuita de 75 años, y los Gobiernos siguen sin intervenir. Hay una epidemia del virus de Ébola en el centro de África y nadie quiere saber nada. En Venezuela se encarcela a la oposición por el mero hecho de serlo y el mundo no quiere enterarse. Un país como Rusia se apodera de una parte de Ucrania por la fuerza y la comunidad internacional amenaza con hacer "algo" si sigue adelante... Hay países que ignoran descaradamente las violaciones de los derechos humanos que cometen otros y venden su silencio por dinero, por exportaciones o por inversiones multimillonarias. En España ponemos vallas con cuchillas en las fronteras, dejamos que otro país "se haga cargo" de quienes ya están en territorio español o liquidamos la Justicia Universal y ponemos en la calle a narcotraficantes.
La única ventaja frente a épocas anteriores es que los dictadores saben que no van a prevalecer; llegará su hora y la democracia, antes o después. Que los corruptos saben que tarde o temprano acabarán en la cárcel y que la sociedad ya les condena. Que no hay fronteras que puedan sostenerse durante décadas porque acabarán siendo derribadas por la realidad social. Nos siguen faltando, eso sí políticos que asuman el reto de este cambio, instituciones que no actúen con la hipocresía de los intereses y ciudadanos que se comprometan a no callar más ante la injusticia. Esa es la otra fascinación de esta época.
francisco.muro@planalfa.es
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
27519 | Rosa Paredes - 09/04/2014 @ 21:34:19 (GMT+1)
Siempre hay algo que enturbia la felicidad del momento. Tras comer un suculento bocadillo de jamón serrano de oferta, uno de mis diccionarios de la Lengua Española, me dio un toque de atención:
- ¡Amiga, has metido una "pifia" en tu escrito que figura abajo y has puesto "encomilladas", cuando tenías que haber escrito "entrecomilladas". Rectifica rápidamente el error si no quieres quedar en mal lugar!
Aquí queda escrito. La neurona que se va oxidando con el paso del tiempo y de vez en cuando te la juega... ¡no pasa nada¡
27518 | Rosa Paredes - 09/04/2014 @ 20:34:57 (GMT+1)
¡ Mira que me han recomendado que no me altere porque el corazón que late y del que soy dueña, no está contento, pero no puedo evitar leyendo, viendo y escuchando tanta sandez y estupidez, que me hierva la sangre y termine crispándome!
Estos "pensadores intelectuales que tenemos en este santo pais y sacan la lengua a pasear", hablan por boca de ellos y con esa verborrea gratuita y sin sentido alguno, da la horrible impresión, hablando vulgarmente, que se están cachondeando de nosotros. Frases rimbombantes prefabricadas con el más burdo panel, y que dan lugar a pensar que son dignas de ser encomilladas, resaltadas con negrita, y para finalizar, poner más de tres puntos suspensivos........ aunque ello se considere incorrecto.
En esa larga lista de intelectuales y señores importantes, no falta ninguno y sobran todos... banqueros de renombre que nos instan a través de la pantalla del televisor y con tez rubicunda, que "ahorremos", como han hecho ellos en su día, pesetita a pesetita, y de esa manera han ido llenando las arcas; políticos con todo tipo de pelaje y condición que se han subido al carro y nos prometen a los que estamos en la acera de enfrente, incienso, oro y mirra y ya para ponerle la guinda al pastel y tenernos conformados, contentos e iluminados, nos mencionan ese túnel con luces... Confieso que me siento burlada, estafada , engañada y asqueada por todo lo que nos rodea.
Sr. Muro, mucho de lo que he leído escrito por Vd. me ha llenado de profundo horror. Por desgracia nada cambia. Todo sigue igual. Finalizando de leer el extenso artículo, se menciona la palabra frontera. Desafortunadamente para el ciudadano de a pie y ante toda la desvergüenza de la que estamos siendo objeto, no se abren fronteras para que podamos llegar a parte alguna. Al contrario, nos cierran barreras. ¿A donde vamos a parar?
Ayer noche escuchando un programa de radio, se hablaba de la felicidad. La única conclusión que saqué sobre esa palabra es: "Felicidad es aprender a vivir con la Infelicidad que nos rodea"
Un saludo
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