Ya llegó, ya esta aquí. La propuesta para
celebrar una consulta continúa su andadura democrática antes de iniciar, si
nadie lo frena, un camino por la senda de la ilegalidad. Ante la ausencia de
diálogo, y posturas alejadas que hoy quedarán manifestadas, sólo quedarán las
acciones.
Mariano
Rajoy se convertirá hoy en el defensor de la unidad de España,
mientras que la ausencia de
Artur Mas, no sé si por miedo a un "secuestro" o
un "abucheo" ha considerado permanecer en territorio
propio. Mariano Rajoy, un "especialista" en lo que viene siendo la
exposición pública, ha tenido a bien criticar esta decisión, argumentado algo
así como que tan importante no será si el president no considera acercarse por
el Parlamento. Recordemos que Artur
Mas tampoco participó en la celebración de la Vía Catalana.
El Congreso de los
Diputados recibe hoy con más diplomacia que intenciones la
iniciativa independentista. Está todo preparado a tiene todo preparado para
acoger un pleno dedicado expresamente a la proposición de ley del Parlament que
pide al Gobierno la competencia para poder celebrar una consulta soberanista.
Algunos dirán que es una muestra más de la intransigencia de este Gobierno,
otros dirán que es una muestra más de los
jocs florals que les agradan a los
catalanes para generar espectáculo. Y otros, los más incisivos dirán que es una
muestra más de la improductividad política en una época donde las distancias
por el bien común deberían acortarse en lugar de acentuarse.
HOJA DE RUTA
A las 16 horas la sesión plenaria se abrirá con el anuncio del debate con
la lectura, conforme al Reglamento, del escrito que registró hace unas semanas el Ejecutivo exponiendo su criterio contrario a la
propuesta, en el que decía que Catalunya no puede decidir unilateralmente su
futuro y que, por tanto, el referéndum sólo es "especulativo". El
Ejecutivo considera que es más democrático decidir sobre los demás que preguntar
a la ciudadanía.
El presidente Mariano
Rajoy ya argumentó que Cataluña
tiene luz roja para el proceso, y que cualquier acción en esa dirección
tendría consecuencias ¿ Cuales?. Aún no hemos escuchado cuales son las otras
hojas de ruta que el Gobierno está estudiando para ofrecer soluciones a un
problema que No ha creado pero que ha de dar solución.
A partir de ahí, la propuesta de delegar las competencias será presentada por
la delegación enviada por el Parlament, compuesta por representantes
de CIU, ERC y ICV. Cada uno de ellos dispondrá de diez minutos para defender la
propuesta.
Tras la delegación del Parlament intervendrán los grupos parlamentarios de la
oposición del Congreso, de mayor a menor, con 20 minutos cada uno.
Así, el primero en intervenir será el PSOE, cuyo secretario general,
Alfredo Pérez Rubalcaba, ya anunció su intención de tomar la palabra en el
debate. Le seguirán Josep Antoni Duran i Lleida CIU, y portavoces
de Izquierda Plural, UPyD, PNV y las distintas fuerzas del Grupo Mixto.
Cerrará el portavoz del Grupo Popular, Alfonso Alonso. La delegación del
Parlament tendrá quince minutos para responder (cinco minutos por cada diputado
autonómico) y los grupos del Congreso tendrán otros diez cada uno. El presidente
del Congreso, Jesús Posada, ha prometido una "interpretación
generosa" del Reglamento y se habla incluso de un tercer turno de
intervención por cada parte.
RAJOY Y SU DISCURSO
En todo ese programa hay que encajar la intervención del Gobierno, que,
conforme a los usos y costumbres parlamentarios, podrá producirse en cualquier
momento de la sesión. Mariano Rajoy aprovechará la oportunidad para
responder con rotundidad. El presidente que no se caracteriza por su facilidad
de palabra y agilidad dialéctica, ha criticado que el president Mas no haya
acudido al Congreso apoyando su propuesta.
El 86,28% de los
diputados del Congreso tiene previsto rechazar la tramitación de la proposición
de ley del Parlament que pide al Gobierno la competencia para poder celebrar la
consulta soberanista prometida para el próximo noviembre.
De los 350 que conforman el arco parlamentario, un total de 302 piensan decir
'no' a la iniciativa autonómica, los que suman el PP, el PSOE, UPyD, Foro
Asturias y UPN.
Por contra, la iniciativa catalana puede cosechar el respaldo de hasta 47
diputados, que suponen el 13,42% de la Cámara: los nacionalistas de CiU, el PNV
y BNG, los independentistas de ERC y Amaiur, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), y
buena parte del Mixto (Nueva Canarias, Compromís y Geroa-Bai). Coalición
Canarias, por su parte, optará por la abstención. De ese total, más de la
mitad, en concreto 25, procederán de parlamentarios ajenos a Cataluña aunque,
eso sí, proclives a promover referendos para que los ciudadanos decidan sobre
el futuro de sus pueblos.
Cataluña espera atenta, no una resolución, sino una argumento más
para agarrarse a ese espíritu antidemocrático y dictatorial que según
ellos se ejerce desde Madrid. Una realidad que nunca fue tan
solicitada, y al mismo tiempo, nunca fue tan negada.
PARELISMOS CON EL PLAN IBARRETXE
Cuando se presentó el Plan Ibarretxe, el presidente José Luis Rodríguez
Zapatero fue el primero en responder y para hoy se calcula que
Mariano Rajoy tampoco esperará al final de la sesión. Y tras los debates, que
podrían durar hasta seis horas, se procederá a la votación, donde sólo
participan los miembros del Congreso.
De hecho, los representantes del Parlament deben abandonar en ese momento
el Salón de Plenos. Un Salón cuyas tribunas de invitados, dada la expectación
que ha levantado el debate, estarán repletas. El president catalán, Artur Mas
ya ha avanzado que no acudirá a Madrid para presenciar el anunciado rechazo a
la iniciativa catalana. Equivocaión manifiesta ya que pierde una oportunidad
para seguir ofreciendo su imagen de mártir al mismo estilo que Juana de Arco.
El señor Mas está consiguiendo adeptos a "su" causa, y no a
"la" causa, no por méritos propios y argumentos convincentes, sino
por demérito del Gobierno y la escasa flexibilidad dialogante que ha provocado
una germinación del sentimiento independentista.
Volviendo al paralelismo con el Plan
Ibarretxe. No es lo mismo, pero se le parece mucho.
Curiosidad que fue también un martes por la tarde, pero en este caso la
del 1 de febrero de 2005.
Sobre el papel, ambas citas se basan en iniciativas legislativas distintas;
entonces se planteaba una reforma radical del estatuto de autonomía vasco
vigente, conocido como el de Guernika; ahora se presenta una propuesta legal
para asumir una competencia que es exclusiva de la Administración del Estado.
Sin embargo, formalidades al margen, de ambas citas subyace un mismo sustrato:
dilucidar el principio de soberanía que exige una nacionalidad histórica en el
marco del Estado español. Ni más ni menos.
Aquel debate fue largo, muy largo; casi ocho horas de parlamentarios envueltos
en una tensión contenida. Sin embargo, en ningún momento hubo una palabra más
alta que otra. Un silencio sepulcral rodeó siempre lo que decían unos y otros.
El diario de sesiones de aquella tarde apenas recoge unos pocos
"rumores" y los consabidos aplausos de los correligionario tras cada
orador. El presidente de la cámara, Manuel Marín apenas tuvo de recordar a un
par de parlamentarios, entre ellos al propio Ibarretxe en su segunda
intervención, que su tiempo se había agotado.
El lehendakari, situado en el "balconcillo", en la bancada popular,
fue saludado incluso por varios diputados de la formación conservadora situados
en la escalera de acceso. Durante su intervención, que se ajustó
milimétricamente a los 30 minutos tasados, no se oyó ni una tos o carraspeo. Al
final, los diputados nacionalistas vascos y los de CiU y de ERC le aplaudieron.
El resto de la cámara no movió un músculo.
Los conceptos esgrimidos en aquella sesión están de plena actualidad ante el
debate de hoy: desde el derecho a decidir por parte de la ciudadanía hasta la
existencia de un problema de encaje de Euskadi en el conjunto del Estado
español, pasando por no pocas referencias históricas aportadas en defensa de
las respectivas tesis. Se pronunciaron frases en euskera y en catalán en
repetidas ocasiones sin que ello alterase la tranquilidad de la sesión. No fue
así en otras ocasiones.
"Si vivimos juntos, juntos tenemos que decidir",
dijo Ibarretxe "... vengo a ofrecer la mano tendida de la sociedad
vasca para negociar un nuevo marco de convivencia. No desaprovechen esa
oportunidad dando un portazo...", dijo el lehendakari Ibarretxe.
Los nacionalistas catalanes de CiU y de ERC apoyaron la propuesta de Ibarrexte.
Duran apeló.
Todo seguirá adelante. El president
Artur Mas asegura que tiene previsto cuatro caminos a modo de
alternativa. Las embajadas de la Unión Europea ya están avisadas que el
proceso continuará pese al esperado NO rotundo del Congreso. Siguen amparándose
en el artículo 122 del Estatuto de autonomía de Cataluña donde se les permite a
las instituciones catalanes la convocatoria de una consulta no vinculante,
pero en lo que se está trabando en ampliar la propuesta. Pronto aparecerá un
nuevo actor al que en este caso "Sí que está y se le espera"; el
Tribunal Constitucional.