sábado 05 de abril de 2014, 15:22h
El ministro de Justicia, Alberto
Ruiz Gallardón,
está yendo muy lejos en sus reformas
legislativas, toda una revolución. Más bien, toda una involución. No
solo se
plantea acabar con el derecho de las mujeres al aborto, pasando de una
ley de
plazos como la actual a una ley de supuestos como la anterior, pero más
restrictiva, sino que ahora se propone silenciar a los jueces y a los
medios de comunicación, además de poner fin a los jueces estrella de la
Audiencia Nacional. En cambio, parece haberse olvidado de las fechorías
de quienes, delinquiendo, convierten a ciertos jueces
en estrellas.
En un país democrático como
España, resulta que el Consejo General del Poder Judicial podrá ordenar a un
medio de comunicación, un político u otro juez que deje de informar, escribir o
hablar sobre el trabajo de otro magistrado o tribunal, según establece un
anteproyecto que acaba de presentar Gallardón. Con un
lenguaje impropio de una democracia, se habla de "ordenar" a un medio
de comunicación que "perturbe o inquiete a los jueces el inmediato cese en
dicha conducta". Pero hay más. "La continuación o reiteración de tal
comportamiento tras recibir la orden de cese será constitutiva de delito contra
la Administración de Justicia previsto y penado en el apartado 1 del artículo
464 del Código Penal", dicta el articulado de Gallardón.
Además
de este claro ataque a los derechos de la prensa, en España se corre el riesgo
cierto de que vuelva la censura, porque Gallardón quiere prohibir a todos los
jueces y a las asociaciones judiciales valorar los casos abiertos en los
juzgados. Por cierto, con contradicciones impropias de la era digital. Resulta
que Gallardón pretende
decidir quién coarta o no el derecho fundamental de expresión y, en un
alarde de generosidad propio de las 'dictablandas', se escuda en que les permitirá
hacer comentarios de índole doctrinal en publicaciones especializadas para no
atacar su "libertad de investigación científica". ¿Y por
qué se prohíbe hacer valoraciones jurídicas en medios generalistas pero no en
publicaciones especializadas? El delirio de Gallardón se detiene esta vez ante "el
derecho a la libertad de investigación científica recogido en la Carta de
Derechos Fundamentales de la Unión Europea", pero no ante la Constitución.
A la vista de medidas jurídicas
de este tipo y de ciertas políticas económicas, sociales y laborales, España podría
convertirse en el paradigma del proceso de desdemocratización descrito hace ya
unos años por la profesora estadounidense Wendy
Brown, con el hándicap de que la izquierda española carece actualmente de
pensadores e ideólogos capaces de brindar una verdadera alternativa política
progresista ante el tsunami de la impetuosa ideología neoliberal.
@J_L_Gomez
Fundador y editor de Mundiario, también es columnista de la agencia Europa Press. Tertuliano de TVG y Radio Galega, colabora en La Región. Dirigió Capital, Xornal y La Voz de Galicia. Ex director editorial de Grupo Zeta. Autor del libro Cómo salir de esta. Coeditor del Anuario del Foro Económico de Galicia.
Twitter: @J_L_Gomez
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