El voto

Estimado lector, usted ya puede elegir entre votar o abstenerse. Sí, sí el proceso electoral para el Parlamento Europeo ya está en marcha. Si usted cree que el día de las votaciones no va a poder ir a las urnas ya, desde esta semana, tiene abierto el plazo para solicitar el voto por correo

Eso sí, tendrá que ser un auténtico creyente de la democracia. Lo digo porque para animarse a votar, a pedir el voto, lo normal es que uno ya se sienta atraído por un candidato. Solo hay un problema en España para esa reflexión. El señor presidente del Gobierno y del PP no cree que sea necesario que usted conozca al candidato popular para que usted se ponga en marcha...

Sé por experiencia que movilizarse para pedir el voto por correo requiere tiempo, del que no nos sobra, e interés por la política del que tampoco estamos sobrados.

Así las cosas, no puedo entender que el señor Rajoy nos desprecie tanto a los electores como para no intentar movilizarnos desvelando ese mirlo blanco que debe ser su candidato. Nosotros, pobres mortales, ya podemos ir a correos, ponernos en una cola, demostrar con el DNI ante un funcionario que somos quienes decimos ser, ya podemos rellenar un impreso solicitando que nos envíen las papeletas para votar, podemos tramitar ese impreso, pero....podemos hacer ese consciente ejercicio de la democracia sin que el señor presidente del Gobierno se haya molestado en decir el nombre de su elegido.

No será porque no se supiera la fecha de las elecciones, en el caso del Parlamento Europeo, los plazos están fijados con sobrada antelación. La indecisión de Rajoy no es debido a que le hayan sorprendido con una convocatoria no prevista, no, no es ese el caso.

La desidia del presidente del PP mas bien parece ser un verdadero desprecio a los electores y a la democracia. O bien piensa que designe a quien designe aunque, como decía un amigo, se trate de una cabra, tienes las elecciones ganadas. O también puede creer que las tiene perdidas y le da igual el nombre que encabece la lista del PP para que se lleve la bofetada de protesta contra sus políticas. Claro que podría hacer una tercera razón, que nadie quiera llevarse en su cara ese bofetón del castigo.

Sea el que sea el motivo, señor presidente, yo como votante, me siento ninguneada por su falta de interés por atraer mi apoyo a su candidato, por su falta de interés por el Parlamento Europeo y ante todo, por su falta de interés por la democracia. Esa democracia que con la muerte de Suárez todos hemos recordado que costó mucho recuperar. No nos merecemos, señor presidente su desidia. Lo suyo es una tomadura de pelo al ciudadano, señor presidente