El BCE mostró ayer
una mayor predisposición para usar
cualquiera de los instrumentos que están a su disposición para garantizar que
la baja inflación no se prolongue durante mucho tiempo. Las palabras del
Presidente del BCE abren la puerta a que
se utilicen medidas no convencionales tales como la compra de deuda pública
o privada. En la reunión de ayer se ha producido un intenso debate al respecto,
lo que supone una novedad en relación a
la reunión del mes de marzo en la que esta posibilidad no había sido
tratada. También se analizaron otras medidas como la de reducir los tipos de
interés que actualmente están en el 0,25% y el pasar a negativo los tipos de
depósito, aunque finalmente optaron por no realizar ninguna acción al respecto.
El Presidente señaló que la posición
de los miembros del BCE a poner en marcha medidas extraordinarias es unánime y resaltó la dificultad que supone implementar en
los 18 países de la zona euro medidas de alivio cuantitativo, por lo que un
programa de compras de activos necesitaría ser diseñado para ajustarse a la
realidad financiera e institucional de Europa, que es diferente a la de Estados Unidos. El presidente señaló que necesitan más información para tomar una decisión. Esto significa tiempo para analizar las
posibles medidas a adoptar y ver la evolución de la inflación y de otros
indicadores económicos. Aunque sin adoptar ninguna medida, la mayor
transparencia y predisposición han servido para que los mercados reaccionasen
con mayor tranquilidad que tras la reunión del mes de marzo.
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