Asimismo,
el máximo responsable del Ministerio público recomendó, aunque sin citarla en
ningún momento, a la jueza
Mercedes Alaya, que instruye la causa de los EREs en
Andalucía, que eleve ya al Tribunal
Supremo (TS) la parte de la causa referida a los ex presidentes
autonómicos andaluces
Manuel
Chaves y
José
Antonio Griñán, así como a otros cinco ex consejeros regionales durante
los años 2000 y 2011 que también están aforados en la actualidad.
El
encuentro informativo con el Fiscal general despertó mucha expectación.
Torres-Dulce fue 'presentado' por el ministro de Justicia,
Alberto Ruiz
Gallardón, quien prácticamente habló el mismo tiempo que el invitado estrella
del evento. La intervención del titular de Justicia llamó la atención porque,
al contrario que muchos compañeros de su partido, reconoció lo mal que se trató
al ex presidente
Adolfo Suárez aunque celebró las "rectificaciones" que han
tenido lugar tras su muerte.
De esta
forma, el ministro destacó la "gran rectificación" que a su juicio
necesitaba la figura de Suárez, ya que si echáramos la vista atrás se verían
"con sorpresa y quizá a veces también arrepentimiento" las cosas
dichas de él por parte de sus rivales políticos e incluso compañeros de
partido.
"Ahora han llegado las rectificaciones
para tener testimonio de gratitud a quien tanto contribuyó a que seamos un
estado social y de derecho", ha celebrado Gallardón. Con él ha coincidido
Torres-Dulce, quien ha señalado a Suárez como autor del Estado constitucional
del que hoy disfruta España y ha pedido que cualquier rectificación de él
"no olvide nunca ese estilo de gobernar para todos desde el acuerdo y la
tolerancia".
El fiscal general del Estado, quien contó que
conoció al expresidente en Ávila siendo niño y las familias de ambos estuvieron
"muy unidas", insistió en la labor realizada por Suárez para
"construir desde el consenso y la tolerancia un pleno Estado de derecho
para todos los españoles".
"Utilizó
el consenso para la creación de un régimen de garantías y derechos
fundamentales que asegurasen una convivencia en paz", indicó al tiempo que
advertía que pagó por ello "un alto precio personal" que "aceptó
con generosidad y altura de miras".
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