Informe Funcas: La tendencia del crédito al sector privado podría cambiar en los próximos meses
miércoles 26 de marzo de 2014, 13:11h
Los
últimos datos publicados por el Banco de España sugieren que la
evolución del crédito podría marcar un punto de inflexión en los
próximos meses y en la primera mitad de 2015 el crédito nuevo al sector
privado podría superar a las devoluciones del crédito pendiente. Esta es
una de las conclusiones del artículo que Santiago Carbó y Francisco Rodriguez publican en el último número de Cuadernos de Información Económica, editada por la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
En
el artículo se analiza la evolución del sistema financiero español
tomando como base los resultados de 2013 de los 15 principales grupos
bancarios.
Entre las conclusiones destaca la contracción de los
balances en un 10,5% en 2013 como consecuencia del proceso de
desendeudamiento, materializado en la enajenación de activos de muchas
de las entidades estudiadas tras la puesta en marcha del Memorando de
Entendimiento, y por el descenso de los créditos a clientes, que se han
reducido un 3,8% el año pasado. Otro de los datos analizados es la
evolución de los depósitos que crecieron un 4,3% en 2013, lo que pone de
manifiesto que los bancos han estado diseñando estrategias para
reforzar su base de clientes y la liquidez de las entidades
Los
autores destacan además la vuelta a los beneficios en 2013 con un ROA
(rentabilidad sobre activos) positivo en 2013 (un 0,23% frente al -3,14%
en 2012) y la mejora de la eficiencia, con una ratio del 49,2% frente
al 50,4% en 2012. La solvencia de los bancos analizados también se ha
visto reforzada y la ratio core Tier 1 ha pasado del 9,35% en 2012 al
11,54% en 2013.
Otro
de los artículos de este número de Cuadernos de Información Económica
analiza la sostenibilidad de la deuda pública española. Joaquín Maudos
señala que se ha multiplicado por 2,6 desde el inicio de la crisis,
pasando de suponer el 36,3% del PIB en 2007 al 93,9% en 2013, como
consecuencia de los seis años consecutivos de fuertes desequilibrios en
las cuentas públicas. Una reducción de la ratio deuda pública/ PIB solo
será posible si el crecimiento nominal de la economía se sitúa por
encima del tipo de interés de la deuda y se consiguen superávits
primarios.
En los próximos años no parece probable que se cumpla ninguna
de estas premisas, por lo que el peso de la deuda pública sobre el PIB
podría seguir aumentando hasta 2018. El autor advierte de que asegurar
una reducción de la deuda pública en España a medio plazo requerirá un
permanente esfuerzo fiscal.
Sara Baliña, Cristina Colomo y Matías Lamas
estudian el efecto que la inestabilidad reciente en los mercados
emergentes puede tener sobre la recuperación económica en la Unión
Europea, en general, y en España en particular. Detectan tres posibles
vías de contagio sobre España: la actividad comercial, el valor de las
inversiones de las empresas españolas en esos países y los ingresos
provenientes de su actividad en ellos.
Aunque no creen que las
perspectivas de crecimiento en España se vean afectadas por una
intensificación del estrés financiero en las economías emergentes, sí
alertan de los efectos de una desaceleración intensa en la zona, ya que
la demanda interna no está todavía preparada para tomar el relevo del
sector exterior como motor del crecimiento de la economía.
Arturo Rojas y Pablo Mañueco
escriben sobre la última reforma del sector eléctrico. La nueva norma,
en caso de aprobarse, asignará a las instalaciones diferentes ingresos
en función de características específicas (tipo de energía, tecnología
utilizada, ubicación), lo que dará lugar a 1.276 tipologías de
instalaciones, cada una de ellas con una retribución diferente. Por otra
parte, la reforma que se está planteando tiene uno de sus ejes en la
reformulación de la retribución a las energías renovables con una
reducción considerable.
Ello perjudicará a los propietarios actuales de
las instalaciones en la medida en que hayan pagado una cantidad superior
a la inversión inicial teórica. No obstante, los proyectos renovables
siguen siendo viables puesto que su alta generación de caja, y en el
caso de las plantas fotovoltaicas, la ampliación en cinco años de la
vida útil, permitirá amortizar la totalidad de la deuda.