Pensamiento cero, ignorancia supina
miércoles 19 de marzo de 2014, 16:30h
No hay un debate serio, de fondo, sobre casi nada. Casi toda la cultura es kleenex, de usar y tirar, de 140 caracteres, sin ideas brillantes, alternativas, provocadoras. En la política, sin duda alguna porque cuando se debaten los asuntos que ocupan las primeras páginas de los periódicos -la anexión de Crimea por Rusia, parapetada en un referéndum con soldados armados en las esquinas; el futuro de la justicia universal; la política de inmigración y el cierre imposible de las fronteras del sur; la voluntad secesionista del gobierno catalán burlando las leyes, por no citar otros muchos- las respuestas, si las hay, nunca afrontan el fondo del problema, sólo lo rozan superficialmente. Todos, los ciudadanos, los políticos nacionales o europeos, los líderes del mundo como Obama o Putin, esperan simplemente que aparezca otro nuevo asunto que aleje definitivamente el anterior como si no hubiera existido. Y los ciudadanos lo aceptamos. ¿Alguien recuerda que ha pasado después de la invasión de Libia, qué sigue sucediendo en Siria o cómo sobrevive Lampedusa, después de la tragedia? Vivimos el instante y olvidamos la esencia. El mundo camina, pero no se detiene a pensar.
El pensamiento se ha sustituido por la acción, aunque no conduzca a ninguna parte. La reflexión se ha cambiado por un twit que aspira a ser "trending topic" durante diez minutos: Las ideas han dejado paso a las descalificaciones. Los programas a los resultados. La Universidad busca desesperadamente más alumnos matriculados y más másters, pero no más cultura, más reflexión y más debate. La desregulación se ha convertido en una religión que deja de practicarse cuando interesa que el poder controle todos los recursos. No hay filósofos ni pensadores y si existen están escondidos debajo de las piedras o han sido sustituidos por tertulianos que gritan y que hablan de lo que no saben.
No se enseña a pensar en los colegios ni a discrepar, a tener ideas propias, a ser autocríticos. Después, tampoco. Uno de los pocos filósofos que escriben en los medios y que están activos, Francesc Torralba, se queja de cómo han sido relegados los estudios humanísticos en la educación y denuncia "con temor y temblor la ignorancia supina de los nuevos universitarios en materias como filosofía, literatura universal, lengua y cultura bíblica... Universitarios que no han leído los referentes de la civilización occidental, ni siquiera saben escribir sus nombres... Estamos hospedando jóvenes en la Universidad que no disponen de las herramientas elementales para descifrar lo que hemos sido como civilización". Muchos alumnos, añade, llegarán, llegan, a las aulas "sin tener la menor idea de quiénes fueron Sócrates, Platón, San Agustín, Pascal, Descartes o el mismo Nietzsche". ¿Para qué si no juegan al fútbol ni están en Facebook ni han inventado nada en el ciberespacio?
Existe una brecha social cada vez más grande, pero también una brecha humanística que da ventaja a los que detentan el poder. Es fácil mover a una ciudadanía gregaria; es imposible derribar a los que son capaces de pensar por sí mismos. Por eso han fusilado la filosofía y la ejemplaridad.
francisco.muro@planalfa.es
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
27087 | Rosa Paredes - 19/03/2014 @ 22:39:35 (GMT+1)
Sr. Muro: Me quedo con muchas de las frases que enumera en su artículo plagado de crudas realidades y que se intentan disfrazar al máximo: "Vivimos el instante y olvidamos la esencia. El mundo camina, pero no se detiene a pensar...
¿Sabe qué le digo analizando estas palabras que Vd. ha pensado para más tarde escribirlas? Lo malo del asunto es que en estos momentos que vivimos de incertidumbres, desasosiegos, desamparo de la justicia que tiene poco de justa, ruina en toda la extensión de la palabra, abuso de poder por parte del Gobierno que nos vapulea y hace de los ciudadanos un pandero donde tocar al son que ellos quieren,et.etc., que caminamos, por inercia, sin saber a donde nos lleva "ese grupo" que no saben muy bien como manejar la batuta para que los seres que habitamos el planeta, podamos dar pasos firmes que nos conduzcan a una vida segura y sin trasiegos. Por desgracia y viendo lo que colea alrededor y por mucho que nos duela reconocerlo, lo que nos rodea en estos momentos "en la plana mayor", son una pandilla de ineptos que tienen muchas lagunas en cuanto a gobernar bien un pais se refiere. Barrunto /expresión gallega/ que tal y como tenemos el panorama musical, vamos a terminar dando trompicones que nos van a dejar relegados a ras de suelo. ¡Le aseguro que es mucho lo que se podría contar que hace que vivirlo y sufrirlo, llegue a hervir la sangre!
Pregunto: Si no se cultiva la cultura¿qué es lo que nos queda para que la nación pueda seguir avanzando y no se de paso al aborregamiento y los humanos se queden achicados simplemente a esos 140 caracteres y demás pamplinas que no llevan a parte alguna?
Menciona en su artículo "Que la reflexión se ha cambiado por un twit que aspira a ser "trending topic" durante diez minutos. ¡ Eso es lo que prima por encima de todo y en lo que se pierde miserablemente el tiempo! ¿y qué decir de ciertas cadenas de televisión en las que todo gira en torno a escandalizar y horrorizar al espectador para que la audiencia "suba"? Es todo cuestión de trueque. La "cúpula" lo tiene todo estudiado.: ¡Cuantas más sordideces, ordinarieces, y miserias nos cuentes, más ceros ponemos en el cheque a ingresar en tu cuenta! La conclusión está muy clara. Hay que dar carnaza al borrego para que siga alimentándose el lobo. ¡ Cierto que la cultura y todo lo que ayude a cultivar e ilustrar, está en desuso!
¡En fin, ahora me llamarán resentida socia! Lo que siento muy dentro de mí, es una gran sensación de derrota.
Llego a la conclusión sopesando toda la basura que nos rodea y de la que no se hace nada para despejar el horizonte y poder respirar un aire limpio y puro, que es más fácil morir que vivir.
Dijo Descartes: Pienso, luego existo.
Prefiero no pensar para poder seguir existiendo.
Don Francisco, mi agradecimiento por su artículo. Un saludo cordial.
Rosa Paredes
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