Diariocrítico ya ha
puesto en marcha, con motivo de la celebración de sus diez años de existencia,
una tribuna de opinión en la que están participando figuras relevantes de la
política, de la economía y de la pura sociedad civil. Ahora, iniciamos una
tribuna informativa sobre el discurrir de las precampañas electorales,
incluyendo las que afectan a sectores no estrictamente políticos, como la
patronal.
Nuestros delegados en las distintas autonomías, nuestros
colaboradores por todo el territorio nacional, además de alguna importante
incorporación a nuestro 'staff' político, conducirán esta iniciativa, con la
que nuestro periódico quiere prestar un nuevo servicio a sus lectores. En los
próximos días anunciaremos más detalladamente nuestros proyectos. Gracias por
seguirnos.
1.-Pongamos que
hablo de Madrid.
"La de Madrid
suele ser la madre de todas las batallas electorales"
Fernando Jáuregui
Madre mía, la que se está
armando en Madrid. La de Madrid suele ser la madre de todas las batallas
electorales. Llevo muchos años de mirón de la cosa política, y he comprobado
que todos los partidos, casi sin excepción, están aquejados de una calidad
profesional en la capital digamos que algo más cuestionable que la media
nacional, lo que ya es decir. Por eso, las batallas que se juegan en el tablero
político con escenario en la Villa y Corte y en la Comunidad de su entorno
suelen ser más broncas, más inexplicables, que en comunidades más pacíficas, si
es que el término 'pacífico' puede emplearse en esta España desbocada, y
despeñada tantas veces hacia la insensatez.
Ya sé, ya sé, que,
teóricamente, la mayor insensatez se centra en el conflicto catalán. Pues ¿no
se le ocurre a alguien equiparar el referéndum en Crimea con el que prepara
Artur Mas? Pero lo de Madrid es otra cosa: puñaladas de pícaro por doquier,
componendas, ciertas corruptelas -menores, sí, que en alguna otra parte--,
malas artes y peor talante suele ser la tónica del discurrir de la vida
política a escala madrileña, que es vida política que va paralela a la
nacional, muchas veces sin tocarse ni mancharse mutuamente. Ahí tenemos, por
ejemplo, esas elecciones del próximo lunes para la presidencia de la
Confederación empresarial madrileña, la CEIM, que más parecerían, por el ruido
que están haciendo, unas primarias en los Estados Unidos que un relevo, o una
confirmación, al frente de la patronal en una región, por muy importante
económicamente que esta región sea.
Porque ¿qué es lo que hay
tras estas aparentemente inocuas elecciones en la organización empresarial
madrileña? No se trata solamente de un primer paso hacia el relevo en la
patronal nacional, la CEOE, donde la cabeza de
Rosell pende, dicen, de un hilo.
Es algo más. En el fondo, está en juego una enorme operación política, por
cierto de no muy altos vuelos, en la que se pone sobre el tablero quién podría
ser el candidato del Partido Popular a la presidencia de la Comunidad y hasta
quién podría serlo para la Alcaldía, porque, en estos momentos, y por razones
diversas, nadie apuesta un solo euro por la permanencia al frente de las listas
de los titulares actuales,
Ignacio González y
Ana Botella, respectivamente. Y
ahí están, como aguardando una oportunidad, figuras tan señaladas en el partido
gobernante como la ex presidenta de la CAM
Esperanza Aguirre, persona, como
todo el mundo sabe, no demasiado bien vista en su partido, al menos en los
estamentos directivos de su partido. ¿Va a presentarse Aguirre, irrumpiendo de
golpe en los planes 'digitales' de La Moncloa y de la sede de Génova?
Solamente unas primarias,
como la propia Aguirre está pidiendo, aclararían un panorama de juegos
subterráneos en el pantanoso terreno político madrileño, que es, si usted
quiere, una caricatura de lo que está ocurriendo en otras comunidades, pero una
mala caricatura. Pero esa hipótesis no parece estar demasiado presente en el
seno del partido que gobierna a los españoles. Y, en el PSOE, donde sí se
contemplan, con cierta desorganización, pero al menos se contemplan, esas
primarias, el panorama a escala madrileña no va mucho más allá. Tomás Gómez,
hasta ahora el único candidato a encabezar la lista socialista para presidir la
Comunidad, es una figura cuyo peso específico se desinfla gracias a sus propios
errores y a una política de comunicación por lo menos deficiente. En cuanto al
Ayuntamiento, tres personas de calibre no demasiado grueso 'suenan' hasta ahora
para competir en unas primarias el otoño que viene. En este marco, ¿a quién le
extraña que militantes de terceras formaciones puedan irrumpir en el enrarecido
panorama, tan local, tan garrulo, madrileño.
Nada de personalidades
descollantes, excluida, claro está, la imprevisible 'lideresa' Aguirre, que
prestó siempre su apoyo, y volvamos al comienzo, a uno de los candidatos en la
lucha por la CEIM,
Arturo Fernández, contra quien se estrellan estos días
acusaciones de todo tipo, fundamentadas o no, mientras el otro candidato , que
quiere desalojar al hostelero Fernández del cargo,
Hilario Alfaro, quiere poner
en cuestión el propio engranaje electoral. Mal comienzo para esta madre de
todas las batallas electorales que se avecinan de aquí hasta ese 20 de
noviembre de 2015, que es cuando se conmemorará, por si algo faltaba para
avisarnos de que entramos en una nueva era, nada menos que el 40 aniversario de
la muerte de Franco y, por tanto, de la asunción del Rey al trono. Menudos
meses nos esperan; ojo a lo que ocurre en la capital, que es todo un síntoma de
la decadencia.
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ESPECIAL: La regeneración política>>