Mariano Rajoy, que se proclamó
un hombre previsible, al final resulta tan imprevisible que hasta se han
amortizado las habituales especulaciones acerca de una crisis de Gobierno. Y,
si las hay, tienen alcance limitado: no se produciría porque una parte
considerable del elenco ministerial esté quemado, como señalan, machaconas, las
encuestas, sino porque el presidente acaso -acaso-- necesite a un
ministro,
Miguel Arias Cañete, titular de Agricultura, para encabezar la
candidatura electoral europea del PP, y eso propiciaría algún cambio más. No es
que los rumores sobre quinielas ministeriales hayan cesado: es que se han
aburrido. Y, sin embargo...
Y, sin embargo, la crisis está
ahí, se reconozca o no oficialmente, se le dé o no carta de naturaleza a una
realidad palpable: varios ministros no llegan ni siquiera a un suspenso digno
en la valoración ciudadana, ni encuentra demasiados comentaristas y analistas
que defiendan ciertas gestiones llenas de 'ocurrencias', de
descoordinación, de meteduras de pata, de falta de transparencia y exceso de
prepotencia. Rajoy, que sigue insistiendo en sus discursos en el concepto de
que (casi) todo va bien, no puede, empero, ser ajeno a la evidencia de que en
algunos ministerios, que prefiero ahora no señalar, cunde el desconcierto:
falta alguien al timón que dé la sensación de que sabe cuál es el rumbo a
seguir.
Yo creo, aunque confieso
decirlo sin demasiados datos, que, al final, Mariano Rajoy, que está demostrando
buen temple en variadas cuestiones, acabará por hacer una remodelación más
amplia de lo que él mismo va dejando entender. Porque no puede ser que
determinados ministros estén enfrentados de manera parece que irreversible con
los sectores a los que tendrían que gestionar, desde los togados a los
docentes, desde las compañías eléctricas hasta los inspectores tributarios. Es
un desgaste lógico, contemplado en los manuales políticos: veintisiete meses
con este ritmo es mucho para según qué departamentos, según qué reformas, según
qué legislaciones...y según qué personalidades. Pero ya se ve que Rajoy
prefiere leer otros libros, como el Guinness de los records, por ejemplo: está
a punto de batir el de mantenimiento a ultranza de un equipo gastado. ¿Quizá
esta misma semana, cuando debería anunciarse quién encabezará la lista 'popular'
del PP, veremos alguna luz acerca de cuáles son los planes presidenciales? Este
lunes, comité ejecutivo del PP; el comité de listas para las europeas se cierra
el 9 de abril, y ya se ve que a Rajoy le encanta agotar los tiempos, así que
hasta puede que, contra toda lógica, lo de Arias Cañete -o quien sea-aún
deba esperar .
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El blog de Fernando Jáuregui: 'Cenáculos y mentideros'>>