A principios del pasado mes de diciembre la producción de petróleo de
EE.UU. se elevó a 8 millones de barriles al día. Esto contrasta con los mínimos
de poco más de 5 millones de barriles al día que se producían a mediados de la
década de los 2000, lo que significa una reducción de la dependencia
tradicional de los EE.UU. de las importaciones de petróleo. Esa dependencia de
las importaciones de crudo se encontraba en el 16% del consumo de los EE.UU. en
2012 y se prevé que descienda al 4% en 2040.
El fracking, una de las principales
causas de este incremento
Las causas principales de este incremento en la producción de petróleo
crudo son el resultado del llamado "fracking", una técnica de fracturación hidráulica, y la perforación en
yacimientos de crudo esquisto utilizando agua a alta presión, de acuerdo con la
Administración de Información Energética del Departamento de Energía, encargada
de realizar el informe con la previsión anual.
El jefe de la Administración, Adam Sieminski, afirmó que el informe muestra que
las tecnologías avanzadas para la producción de crudo y gas natural siguen
aumentando el abastecimiento interno, reestructuran la economía energética de
EE.UU., y amplían el potencial de las
exportaciones de gas natural.
Los países
de la OPEP, vigilantes ante la situación de EE.UU.
El incremento de las expectativas en la producción de crudo en EEUU afecta
directamente a algunos países productores
de petróleo, particularmente a las 12 naciones de la OPEP, la Organización de
Países Exportadores de Petróleo. Los miembros de la OPEP producen alrededor del
40% del crudo mundial, con Arabia Saudita y Venezuela a la cabeza.
Para estas naciones es muy relevante tener en cuenta que una menor
producción generalmente deriva en un aumento de los precios del crudo. Sin
embargo Estados Unidos no es miembro de la OPEP y por tanto es libre de
producir tanto crudo como quiera o pueda.
El presente artículo no constituye
asesoramiento sobre inversiones.