Moreno no se puede quejar. Quería respaldo y lo tuvo no sólo de los
compromisarios que casi por unanimidad apoyaron su Ejecutiva, sino por
la pana mayor del Gobierno. Sevilla se convirtió el domingo en un puerto
en el que desembarcaron de golpe todos los pesos pesados del PP en un
singular apoyo al nuevo y flamante presidente del PP andaluz. Nada más y
nada menos que el presidente del Gobierno y del partido,
Mariano Rajoy, la vicepresidenta,
Soraya Saénz de Santamaría,
cinco ministros y algún que otro presidente de comunidad acudieron al
Palacio de Exposiciones y Congresos hispalense para mostrar su total
respaldo a la nueva figura emergente de la política andaluza,
Juanma Moreno.
Por extraño que parezca, después de semanas de pulsos y críticas, de
descalificaciones y puñaladas traperas, de presiones y amenazas, han
desaparecido de un golpe las banderías que pugnaban por hacerse con el
poder en Andalucía.
Si ha habido alguna nota disidente o al menos discordante en Sevilla ha sido la de la secretaria general del PP,
María Dolores de Cospedal, cuyas palabras en la inauguración del XIV Congreso sonaron frías y distantes. Incluso el gran perdedor de este pulso,
José Luis Sanz,
a quien sus principal valedora dejó solo y vendido a última hora, tuvo
la gallardía de despedirse elegantemente y sin alaracas de su puesto y,
aunque su rostro no podía ocultar el rictus de tristeza y decepción, se
puso a disposición de su contrincante "para lo que hiciese falta". Algo
que le honra después de lo que ha tenido que aguantar todo este mes de
febrero de muchos de los que decían apoyarle. Sanz ha sido una mera
marioneta manejada desde Ferraz que, una vez desautorizado por el gran
timonel, ha quedado arrinconada en el baúl de los recuerdos. Todo una
desperdicio el desaprovechar ahora su trabajo y entrega, sus
conocimientos de la política andaluza y las claves internas de un
partido que conoce a la perfección. Si Moreno apuesta por la unidad del
partido y limar las diferencias debería aprovechar todas sus bazas
disponibles. No hacerlo sería dejar abierta una puerta al resentimiento y
la venganza.
En fin, que alea jacta est, la suerte está echada y bendecida por el césar
Rajoy y no hay nada más que hablar. Llegó el comandante y mandó callar. Es lo que hay, le pese a quien le pese.
Juan Manuel Moreno Bonilla es,
desde el 2 de marzo de 2014, la cabeza visible y única del partido más
votado en Andalucía en las tres últimas elecciones celebradas,
municipales, generales y autonómicas. Su figura, todavía bastante
desconocida por sus paisanos, concita elogios internos por su capacidad
para conectar con los ciudadanos, su desparpajo oratorio y sus
ambiciones electorales. Su primer reto no está lejano. En la campaña
para las próximas eleccions europeas del 25 de mayo podrá demostrar su
valía y si sus valedores han encontrado una perla que iguale y mejore lo
conseguido por uno de sus padrinos,
Javier Arenas, el último
candidato del PP a la Presidencia de la Junta que logró el hito
histórico aunque pírrico de ganarle al PSOE en su cortijo electoral.
Rajoy ha
sido taxativo y claro: "El reto es San Telmo". Un reto harto complicado
que puede costar sangre, sudor y lágrimas al nuevo candidato popular
que, para colmo, no puede fogearse en el Parlamento andaluz contra su
contrincante. Su Ejecutiva es jóven y entusiasta, paritaria y curtida en
el municipalismo. La renovación generacional ha llegado también al PP y
esperemos que no sólo sea valorada por sus militantes sino por los
millones de ciudadanos que son quienes, a la hora de la verdad, deciden
con sus votos quién se sienta en San Telmo.
Ya tenemos el "quien",
Juanma Moreno,
y el "como", pateándose la comunidad desde Santa Elena a Tarifa y desde
Ayamonte a Adra. Falta saber el "cuando" que está exclusivamente en
manos de su principal oponente,
Susana Díaz quien va a sopesar
los pros y los contras de unas elecciones anticipadas para que se
celebren en el momento en el que más le convega al PSOE. ¿El próximo
otoño tras las primarias del PSOE? Mientras tanto el PP debería cuidar
mucho las formas y apoyar sin fisuras y con todos los medios a su
alcance a su candidato andaluz porque nos esperan un par de año de citas
electorales en las que el papel de Andalucía es crucial para que los
populares puedan renovar sus ultimos triunfos. Ya veremos si toda la
parafernalia exhibida este fin de semana en Sevilla se difunde por todos
los rincones de Andalucía y demuestra que ha valido la pena tanta
espera y tantos enfrentamientos. El futuro, y no solo del PP, sino de
buena parte de esta comunidad, está en manos ahora de
Juanma Moreno. Esperemos que cumpla.
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