El acuerdo anunciado ayer de Repsol con el gobierno argentino sobre el derecho de la compañía a percibir 5.000 millones de dólares en bonos
como compensación a la expropiación del 51% de las acciones de YPF que ha gustado mucho allende los amares, ha puesto en pie de guerra a las redes sociales argentinas.
Lejos de reconocer el mérito del gobierno argentino y de su ministro de economía,
Axel Kicillof, las redes tachan de 'bajada de pantalones' el trato y rechazan sus declaraciones de 'alegría'. Kicillof se ha mostrado extrañado porque se haya "armado mucho alboroto" en
relación al pago por la expropiación. "No era el interés perjudicar a
Repsol", dijo
Mientras arden los mensajes en internet, Kicillof, ha manifestado este miércoles, que con el pago de
la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF a Repsol se
cumple el "mandato de la ley de Soberanía Hidrocarburífera" que
precisaba que la controversia debía resolverse "mediante la ley de
Expropiaciones", en base a lo dispuesto por el Tribunal de Tasación.
La critica está servida!
En referencia a la negociación y la nacionalización de YPF, Kicillof indicó que sólo se tomó el 51% de las acciones "para tomar el control de la compañía, pero no se avanzó más en ello porque no era el interés perjudicar a Repsol". "Lo que no se le iba a pagar a Repsol era la cifra que reclamaba que estaba lejana a la realidad de la compañía.
Cuando se expropia un bien, se tiene en cuenta cuál es su valor", agregó. Inicialmente, la firma reclamaba un pago cercano a los 10.000
millones de dólares por los activos expropiados.
El ministro de Economía aclaró, por otra parte, que "no puede" dar detalles sobre el acercamiento con la petrolera española, debido a las cláusulas de confidencialidad que rigen para los negocios privados de firmas que cotizan en bolsa.