De Berlinchón a Borbullos. Un viaje de cuatro siglos
viernes 14 de febrero de 2014, 08:06h
Pedro de Medici, un violento sociópata y uxoricida con más
deudas que dinero pero con apellido protector, murió en Madrid agobiado por
deudas y pleitos. Su casa, la sede en la que ejercía de embajador de La Toscana
fue rematada en pública subasta por motivo de embargo. La adquirió Pedro de
Franqueza, sorprendente apellido de quien pasará a la historia como corrupto,
codicioso y desleal. Corren los primeros años del XVII.
La trama Gürtel de
nuestro siglo de Oro debió ser tal cual la contemporánea y el sistema utilizado
por ambas muestra bastantes similitudes. Entonces estaban con Franqueza-Bárcenas,
su jefe el duque de Lerma, el secretario de la Hacienda Real Ramírez
de Prado; Rodrigo Calderón, valido del valido Lerma y una larga
lista de importantes cargos.
Franqueza era útil para
Lerma y como Lerma, vendía cargos, nombramientos y encomiendas:
Franqueza
acumulaba las secretarías de Aragón y Castilla, las de Hacienda e
Inquisición y las de las Reales Haciendas de España y Portugal. Junto a
Lerma pronto
aprendió manejos más sutiles. La tupida red de
Franqueza le servía para comprar propiedades: eran sus hombres de una u
otra
secretaría quienes acusaban, condenaban, embargaban, subastaban y
adjudicaban a
su jefe las propiedades que este anhelara, docenas. A lo largo de los
años
adquirió los señoríos de Corpa, Tielmes, Romancos, Villamarchante,
Villalonga,
Benimeli, Navajas, Villafranqueza y Berninches; mansiones en Toledo,
Sevilla,
Segovia, Granada, Córdoba, Ávila, Guadalajara, Alcalá de Henares y
Lisboa, y el
palacio de Pedro de Medici por el 20% de su valor.
Por supuesto, la
maquinaria estaba engrasada hacia abajo: había cola para adquirir con el mismo
método los inmuebles que el jefe no compraba. Y hacia arriba también: regalos y
advertencias, soplos y confabulaciones para el de Lerma, para los consejeros de
todas sus secretarías, para cualquier poderoso. Y Ramírez de Prado/Correa
repartía juego.
De esta caspa venimos
y en este casperío andamos: ahora también se venden alcaldías y el Gürtel de
hoy, como el de antaño, llega a los rincones más insospechados, Berninches,
Guadalajara, entonces y Bormujos, Sevilla, hoy.
Cuando veo fugazmente
a Miguel Blesa detenido por corrupción presumida, uno de los peces
gordos del país, se me antoja que la corrupción debe seguir jerárquicamente
hacia más arriba. Si Franqueza acumuló
una fortuna fabulosa para la época -cuando fue detenido se le incautaron 5.000.000
ducados en su casa: las rentas de la corona, incluyendo los impuestos por la
Flota de Indias, eran entonces de 5.2 millones-, Lerma fue un maestro a cuyo
lado Franqueza resultó un principiante.
Valladolid fue devastada
por un incendio en 1561 y Felipe II la reconstruyó, la dotó de la
primera plaza regular de las Españas y le concedió el título de ciudad. Se
vivió un renacimiento esplendoroso, pero lejos de la corte. Desde 1590 Lerma fue
comprando inmuebles en Pucela y vertiginosamente durante todo el año de 1600.
Por fin en 1601 dio el gran golpe, el gran timo con el que todos los timadores
soñamos desde Nueve Reinas.
Lerma había estado
preparando su jugada durante al menos una década y ahora esperaba recoger sus
frutos. Como valido, Lerma gobernaba en nombre del rey, era su Primer Ministro.
Convenció al primo, en este caso su majestad, para trasladar la Corte y la
capitalidad del reino a Valladolid. Fue en 1601 y la cosa duró apenas hasta
1605, hasta que los barrocos monarcas se aburrieron de aquella ocurrencia de
trasladar la corte a provincias. Pero mientras tanto, Lerma vendió por auténticas
fortunas todas las propiedades que comprara baratas en Valladolid a los más
principales nobles del momento y, por supuesto, a su mejor cliente: el rey.
Los coleccionistas japoneses
de porcelana antigua empiezan enseñando la peor pieza que tienen. A medida que
uno demuestra sabiduría el coleccionista va enseñando mejores piezas y cuando
te dice que ya no hay más, la desazón es grande pensando cuántas piezas habremos
dejado de ver. La capilaridad de la
corrupción que estamos contemplando solo es posible habiendo calado también
hasta muy arriba. Pregunto, ¿Quién es el Lerma de Bárcenas? ¿Y el jefe del jefe?
¿Cuándo se acaban los jefes? ¿Cuántos jefes quedarán impunes y ocultos cuándo
dejemos de hacer preguntas?
@manuelpascua
Foro asociado a esta noticia:
Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (5)
26575 | nerea73 - 14/02/2014 @ 12:52:15 (GMT+1)
este articulo me pone nerviosiña. que nos roban ya lo supe hace rato pero que nunca sabremos quien roba me jo d e la verdad
26574 | pascuamejia - 14/02/2014 @ 12:42:22 (GMT+1)
y eso, Kroker, que no se me ha ocurrido todavía meter la variable "país católico" vs "país luterano": por qué los más corruptos y donde menos se persigue a la corrupción es en los países católicos? ¿Tendrá que ver con que unos piden perdón a un cura y ya está todo arreglado mientras los otros no tienen esa opción y si pecan o cometen una maldad es de por vida?
26573 | pascuamejia - 14/02/2014 @ 12:40:31 (GMT+1)
A cada uno según sus necesidades y de cada uno según sus capacidades: La verdad es que la pérdida desconocida es un buen termómetro de la capilaridad de la corrupción y el ejemplo del cajero... bueno, no sé: hay una banda -alguna vez he escrito de ello- que organizó el robo más grande del mundo poniendo simultáneamente a cerca de 2.000 cajeros en todo el planeta a escupir dinero. Si yo pasara por delante y me callera un fajo ¿Lo devolvería al banco? No lo sé: me jodería ser tan lelo y devolverle la pasta a quien más roba, pero por otra parte, quedármela es igualmente obsceno. De todas formas, creo que kroker pone el dedo en la llaga: la cosa está en la impunidad de los corruptos españoles.
26572 | kroker - 14/02/2014 @ 10:50:28 (GMT+1)
Interesante artículo, la intrahistoria es incluso más apasionante que la historia de los libros de texto, o que la recogida en sesudos trabajos. No creo necesario autoflagelarse, pues unos más otros menos, en todos lados el que puede mete la mano en la cacharra del gofio; que en España es algo que a determinados estamentos de poder va asociado, bueno, tampoco descubrimos el Mediterráneo. Nadie parece recordar porque tuvo que dimitir el último Presiente de la RF Alemana, o determinado ministro en Suiza, o los escándalos en U.K. alias la pérfida Albión. La diferencia quizá estriba, en que mientras en otros lugares se los pule la justicia o dimiten, en España es más difícil ver a un corrupto en la cárcel, y mucho menos que dimita. El caso de Fabra es emblemático, pues como ya se ha dicho, cuando un corrupto gana unas elecciones, los ciudadanos han pasado de ser víctimas a ser cómplices, no hace falta la prueba de la cartera.
26571 | Cada cual según su capacidad y a cada cual según sus posibilidades - 14/02/2014 @ 09:41:47 (GMT+1)
9 de marzo de 2013: Cientos de personas acudieron a los cajeros de CajaCanarias en Tenerife porque corrió el rumor de que la entidad no registraba las entregas de dinero por un error informático. Lo mismo hubiera pasado en cualquier otra ciudad española, por supuesto.
Según el estudio, el comercio minorista registra en España unas pérdidas desconocidas (aquellas provocadas por hurtos de clientes o empleados, fraude de proveedores o errores internos) de 2.617 millones de euros, cifra similar a la de un año antes y que equivale al 1,4% de las ventas totales del sector (186.900 millones). En España, el 50% de la pérdida desconocida corresponde a hurtos externos, el 27% a hurtos de empleados, el 5% proveedores que "sisan" y el 18% a errores administrativos.
España pierde al año 15.900 millones de IVA por fraude.
25 de septiembre 2013: Como la prueba del algodón, pero con billetera. La revista mensual estadounidense 'Reader's Digest' ha querido saber cuál es la ciudad más honrada del mundo. Para ello, ha desarrollado un curioso experimento: ha abandonado 192 carteras en 19 metrópolis de todo el planeta y ha esperado a ver cuántas eran devueltas. Madrid, la única ciudad española, ha quedado peor que los rumanos de Bucarest, peor que Bombay, Budapest, Moscú, Varsovia o Praga.
|
|