miércoles 12 de febrero de 2014, 13:46h
La educación está
cambiando tan deprisa que a veces los pedagogos y siempre los políticos no
alcanzan a seguir el rastro. Me decía un editor que conoce perfectamente el
sector que la enseñanza será digital o no será, que los libros de texto en papel
han muerto para siempre, que las fórmulas para aprender son y serán diferentes
en el futuro inmediato. Pero que hay una resistencia muy fuerte al cambio. Por
eso, las leyes educativas impuestas sin debate o la formación del profesorado
como si la educación fuera la misma de principios del siglo XX nos lleva a un
desastre como país porque la única posibilidad de jugar un papel en la sociedad
del siglo XXI es a través de una educación diferente y de excelencia. El primer
cambio debería ser tener los mejores profesores, los mejores maestros.
¿Y dónde estamos hoy? Un
70 por ciento de los aspirantes a estudiar Magisterio en Cataluña y un 30 por
ciento de los que quieren ser profesores en Madrid suspendió alguno de los
exámenes de lengua o de matemáticas en la selectividad y, a pesar de eso, están
estudiando primero de Educación y, lo que es peor, serán profesores de
preescolar, de primaria o de lo que sea dentro de poco. En Madrid, en las
últimas oposiciones, de los 14.110 candidatos, sólo 1.913 aprobaron la prueba de cultura general. Algunos no sólo
tenían faltas de ortografía, sino que dejaron por escrito que la gallina es un
mamífero o no sabían distinguir entre "basta" y "vasta". Y los ciudadanos les
confiarán sus hijos con la esperanza de que les instruyan, no digo yo que les
eduquen, que también deberían. ¡Pobres!
Ahora, las Facultades de
Educación de Cataluña y Madrid van a hacer una revolución para afrontar el problema. En Cataluña los que se examinen
de selectividad y pretendan acceder a las Facultades de Educación tendrán que
sacar ¡más de un 4! en lengua -catalán y castellano- y ¡una media de 5! En
Madrid se exigirá esa media de 5 en lengua y matemáticas y los aspirantes
tendrán que pasar una prueba específica con alto contenido de estas materias.
Me quedo más tranquilo, mucho más tranquilo. Para ser profesor sobra con un 5.
En Finlandia exigen una
nota media de 9 en Bachillerato para poder acceder a los estudios de
Magisterio. En España basta con saber juntar las letras. Todos los informes
internacionales -y el sentido común o el seny-
indican que la calidad de un sistema educativo depende de la calidad del
profesorado (y de que los políticos interfieran lo menos posible). Deberíamos
tener los mejores profesores si queremos tener un gran país donde los
ciudadanos sean críticos y autocríticos y no se dejen gobernar por cualquiera. Las
reformas que inician Cataluña o Madrid -en otros sitios es peor- son
modestísimas. España necesita un examen de acceso y un MIR docente para
seleccionar a los mejores profesores y formarlos adecuadamente. Me temo que la
miopía política y social nos dejará donde estamos. En un agujero negro.