De prepotencias y leyes innecesarias
martes 11 de febrero de 2014, 07:54h
En esta misma columna de articulistas, un colega acaba de
dar con la clave del "boom" susanista que nos invade como un tsunami,
arrastrando a lo más granado y serio de esta bendita profesión. El diputado del
PP, Gabriel Elorriaga, quien preside la Comisión de Hacienda y
Administraciones Públicas del Congreso, tras analizar la entrevista entre la
presidenta andaluza con Artur Mas, se pregunta y con razón "¿Quién
es y de que poderes dispone Susana Díaz para ofrecer nada a nadie fuera
de Andalucía? ¿Quién es o quien se cree que es para ofrecer cambios
constitucionales quien no está investida de ninguna competencia legislativa a
nivel nacional? ¿Quién es, dentro del partido socialista, para ofrecer nada en
nombre de un colectivo en que no ostenta la presidencia ni la secretaría
general? Quien ni tan siquiera ha sido aún elegida en unas elecciones
autonómicas, ni ha manifestado pretensiones a presentarse como candidata a las
elecciones primarias de su propio partido ni, mucho menos, si va a ser tenida
en cuenta como candidata socialista al Gobierno de España, se atreve, sin
embargo, a proponer diálogos sobre asuntos que no son de su competencia ¿es que
se considera a sí misma como la representante unitaria del socialismo,
interpretado como "iglesia triunfante" de un futuro
impredecible?". Efectivamente. A Susana el éxito en los foros políticos se
le ha subido a la cabeza y puede morirse de un ataque de autoestima, orgullo y
prepotencia. Y añade finalmente Gabriel Elorriaga,
""visionaria y profética, la gran Susana Díaz que,
inicialmente, ocupó su presidencia con sensatos propósitos de enmienda,
realismo y depuración, se le ha subido el cargo a la cabeza con síntomas
preocupantes y parece dispuesta a arreglar España entera de acuerdo con unos
principios federales que no se sabe en qué consisten ni en qué bases de opinión
se apoyan". Chapeau, diputado, lo has bordado. Se puede decir más alto
pero no más claro.
Y es que uno sigue sin entender que le han visto a esta señora tanto tirios
como troyanos para que todos, incluido incloso algún lider de la oposición, la
ensalcen de esta manera que ya hasta da grima. Desde Botín a Alierta pasando
por conocidos empresarios y líderes sindicales, todos se rinden a sus piés,
alaban sus encantos y te la colocan como una gran estadista. De los últimos se
comprende porque para eso los tiene en nòmina a base de subvenciones
millonarias, pero engañar a Botín me parece que es un empeño complicado
que sólo han conseguido hasta ahora Ferrari y Fernando Alonso.
Cómo será este peloteo que hasta el propio ABC de Sevilla, siempre tan belicoso
por definición contra los Ejecutivos socialistas de la Junta, le ha dedicado a
la gran Susana dos páginas el fin de semana ensalzando sus cambios de
"look" como si se tratara de una estrella de Hollywood. Pero, en fin,
a lo que iba, que por fin la presidenta le ha puesto fecha a la tan anunciada
Ley de Transparencia de Andalucía, que será aprobada por el Consejo de Gobierno
el próximo día 18 de febrero, una semana antes de la celebración, por todo lo
alto este año, del Día de Andalucía. Se desconocen de momento los artículos de
la citada ley, pero me da a mí que va a ser más de lo mismo. Porque la pregunta
que habría que hacerse es ¿para qué esa ley de transparencia si aquí no se han
respetado otras muchas leyes fundamentales en los últimos treinta años? O es
que hace falta una ley que le prohíba robar a los consejeros y los directores
generales de la Junta, o que impida que los responsables de la UGT hagan
facturas falsas para desviar a sus bolsillos el dinero de los parados. Aquí no
hace falta una nueva ley sobre financiación de los partidos políticos, lo que
hace falta son menos sinvergüenzas viviendo del cuento.
Estamos en una especie de vodevil que se va a intensificar conforme se acerque
la fecha de las Elecciones Europeas. Ya me veo a Susana Díaz nada más
comenzar marzo recorriendo toda España en apoyo de su amiga Elena Valenciano
y dando lecciones de europeismo, de abortismo y de buenas prácticas
democráticas a sus compañeros de partido y alresto de los españoles. Yo no sé
si son los años, pero a uno le pasa ya lo de Santo Tomás, que no cree
hasta que no ve una realidad. Y cuando esa realidad sea que los imputados en
los EREs fraudulentos o los de las facturas falsas de la UGT devuelvan los
cientos de millones defraudados al erario público, cuando los maletines
repletos de euros vuelvan a su sitio, entonces comenzaré a confiar en todo ese
rollo de depuración democrática que tanto acostumbra a vendernos la gran
Susana. Y me da a mí que me moriré antes de meter la mano en la llaga y de
contemplar que los parados reciben, por fin y aunque sea diez años después, el
dinero que le han robado no cuatro, sino cuatrocientos golfos que se van a ir
de rositas. Quizás entonces me convierta y me haga fan de Susana. Les prometo
que si ello ocurriera algún día podría hasta votarla. Lo juro.
P.D.-Voy a esperar que pase el miércoles, fecha tope de la
presentación de las candidaturas, para escribir sobre los aspirantes a presidir
el PP andaluz y suceder en el cargo a Juan Ignacio Zoido, que ese es
otro circo que nada tiene que envidiarle al del Sol. Las redes sociales, sobre
todo Twiter están que arden. Que manda huevos.