lunes 10 de febrero de 2014, 10:22h
Es
comprensible que Doña Susana Díaz se crea la emperatriz de Andalucía y se
comporte como tal, tras haber llegado a la presidencia por vía sucesoria y sin
el filtro de una elección popular. Como Catalina la Grande se sentía dueña y
señora de todos los rusos, así Susana la Grande se puede sentir señora de todas
las provincias de su gran Comunidad Autónoma. Con la autoridad legítima que
ostenta es razonable que guste de celebrar visitas de cortesía a otras
autoridades constitucionales que se creen señores absolutos de otras
comunidades, cual es el caso de D. Arturo Mas.
Lo
que ya no parece tan comprensible es que los españoles perplejos, incluidos sus
correligionarios socialistas, hayan podido conocer, a través de los medios
informativos de la pasada semana que esta gran Susana le haya ofrecido al Sr.
Mas una salida a sus pretensiones soberanistas por medio de una reforma de la
Constitución vigente. Al parecer, se trata de una apuesta federal en torno a la
que el Sr. Mas podría estar dispuesto a dialogar si se concretase. Esto, por
inverosímil que nos parezca, es tan así que el Consejero de Presidencia de la
Generalitat Sr. Homs se ha visto llamado a pedir concreciones sobre esta
oferta: "que nos diga que ofrece el PSOE". También tendría Homs que preguntarse
¿Qué ofrece el Sr. Mas cuando pretende dialogar con el Gobierno central sin
contar con el voto de todos los españoles?.
¿Quién
es y de que poderes dispone Susana Díaz para ofrecer nada a nadie fuera de
Andalucía? ¿Quién es o quien se cree que es para ofrecer cambios
constitucionales quien no está investida de ninguna competencia legislativa a
nivel nacional? ¿Quién es, dentro del partido socialista, para ofrecer nada en
nombre de un colectivo en que no ostenta la presidencia ni la secretaría
general? Quien ni tan siquiera ha sido aún elegida en unas elecciones
autonómicas, ni ha manifestado pretensiones a presentarse como candidata a las
elecciones primarias de su propio partido ni, mucho menos, si va a ser tenida en
cuenta como candidata socialista al Gobierno de España, se atreve, sin embargo,
a proponer diálogos sobre asuntos que no son de su competencia ¿es que se
considera a sí misma como la representante unitaria del socialismo,
interpretado como "iglesia triunfante" de un futuro impredecible?
Hay
una leyenda humorística que atribuye a los andaluces cierta tendencia a la
exageración. Pero esta exageración bate todas las marcas. La gran Susana, en
nombre de todo el pueblo español, además de la alianza de todas las izquierdas,
del poder legislativo democrático y del poder autónomo de una Andalucía que aún
no ha tenido la oportunidad de votarla, se permite ofrecer apuestas federales a
otro señor que, también, quiere ejercer por su cuenta el derecho a la secesión
incumpliendo la Constitución vigente. De la megalomanía de Artur Mas está al
cabo de la calle toda la ciudadanía de España, de Europa y de todos los Estados
del mundo, incluida la Santa Ciudad-Estado del Vaticano. Pero la que no era tan
conocida era la megalomanía de Susana Díaz que se atreve a tratar "tête-à-tête"
sobre futuribles desde funciones que nadie le ha asignado y como si ya no
existiesen ni el Sr. Rajoy ni el Sr. Rubalcaba. Visionaria y profética, la gran
Susana Díaz que, inicialmente, ocupó su presidencia con sensatos propósitos de
enmienda, realismo y depuración, se le ha subido el cargo a la cabeza con
síntomas preocupantes y parece dispuesta a arreglar España entera de acuerdo
con unos principios federales que no se sabe en qué consisten ni en qué bases
de opinión se apoyan. Quizá lo hace con buena voluntad para evitar ese también
exagerado pronóstico de "choque de trenes" temido por ella y Artur Mas a la
par, que parecen desconocer que solo sería un choque entre una locomotora y una
motocicleta, que intentaría evitar Susana Díaz con su banderita de señales de
guardavías aficionada. Este síndrome de estadista prematura y preconcebida se
está "externalizando" con una rapidez tan alarmante que puede provocar la
frustración de todas sus ilusiones y vanidades.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
26504 | Asombrate de lo que lees - 10/02/2014 @ 12:53:01 (GMT+1)
Vaya memeces!!.Aqui,en DD,parece que escribe cualquier picaro.Yo comprendo,señor Elorriaga,que a usted,que ha sido el mas fiel delegado de la Dictadura del General Franco,esto de la Democracia Parlamentaria no le convenza.A usted,Gobernador Civil franquista,jefe de la policia represora y amiga de la tortura,parece que no le entra en la cabeza que en la España democratica al ejecutivo lo elige un Parlamento votado por todos los ciudadanos.Y asi ha sido ahora con la señora Diaz en Andalucia,el señor Gonzalez en Madrid o antes con Esperanza Aguirre.El sufragio universal sirve para estas cosas.Diriase que a usted, Don Gabriel "Gurtel" Elorriaga lo unico que entiende son las dietas,sueldos,prebendas y todo lo que aprovecha a su parentela enchufada,Tamayazos mediante.Ande con cuidado,preste atencion al suelo no se le haya caido a alguien uno de esos sobres de dinero negro que repartia el tesorero Barcenas entre el corrupto Partido Popular de Madrid.
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