¿Es nuestro sistema
educativo un sistema obsoleto? ¿Por qué estamos a la cola en la lista con
mejores resultados educativos? Hemos querido hablar con dos expertas en este
tema, Mireia Long y Azucena Caballero, creadoras de la
Pedagogía Blanca,
una empresa de apenas dos años de existencia pero que ha crecido un 42% en el
2013 gracias a su sistema revolucionario en la pedagogía, una pedagogía blanca
basada en el máximo respeto a los niños y que funciona. Trabajan especialmente
impartiendo cursos (online) con padres pero, sobre todo, con educadores. Están
siendo una gran revolución en las redes y crecen día a día. Actualmente son más
de treinta expertos asociados a ellas.
¿Por qué falla el
sistema educativo español? Long y Caballero lo tiene claro: "Los jóvenes, maestros,
familias y sociedad son víctimas de un
sistema educativo mal diseñado, obsoleto, variable, ideologizado
y absurdo que tiene unos resultados vergonzosos: tasas
de fracaso escolar y de paro juvenil altísimas unas cifras de analfabetismo funcional evidentes y sobre todo, una notable
incapacidad de mantener a los estudiantes entusiasmados con su propio
aprendizaje" Para ella la solución pasa por
"cambiar el sistema
educativo español: facilitar el homeschooling, dar mayor
libertad a los padres y cooperativas para crear centros educativos con
pedagogías alternativas, reforzar
a los maestros dándoles más autonomía" Y no sólo
eso, añade, "apostar
por la creatividad y el aprendizaje vivencial y
significativo, eliminar la memorización y los exámenes, flexibilizar el
curriculum, reducir
radicalmente las ratios en vez de aumentarlas y
dar un verdadero impulso a la educación emocional, la personalización y la
atención a las necesidades individuales"
Para ambas se falla fundamentalmente
en la formación de los profesores, no de los alumnos porque "el sistema sigue
exigiendo aprender sin placer y sin comprensión real. A un chico que no quiere
aprender, que aborrece estudiar, que no entiende lo que estudia ni cree que
valga para nada es muy difícil recuperarlo con este sistema memorístico y
disfuncional que prioriza contenidos y no habilidades y talentos. Tampoco apoya
realmente al alumno con altas capacidades o intereses especiales. Hay que
mencionar que existe un 10% de superdotados en la población escolar y se
calcula que el 80% terminarán en fracaso escolar. Es vergonzoso desperdiciar así
su intelecto"
Tampoco el sistema
es bueno para aquellos alumnos que tienen menores aptitudes por lo que sea. En
este aspecto la creadora de la Pedagogía Blanca señala que "tampoco recibe
verdadera atención personalizada el niño que
tiene dificultades reales de aprendizaje o necesita aprender de manera
más activa. Terminará etiquetado con algún trastorno o provocándoselo el propio
sistema inmovilista, pero sin darle un apoyo real adaptando el aprendizaje a
sus necesidades"
Principales fallos en el sistema educativo
español:
En Infantil:
separación temprana de sus figuras de apego, mala adaptación, fichas
interminables y obligación de normas que impiden al niño su actividad natural
de juego, movimiento y experimentación.
En Primaria: memorización y estandarización, deberes y más deberes,
exámenes que no valoran la creatividad y la curiosidad y sí la capacidad de
estudiar exactamente lo que pone en el libro. Y eso sí, muchos castigos como si
los castigos fueran a despertar su amor al saber.
Y así, llegarán a Secundaria hartos, forzados a seguir poniendo horas a
aprender lo que otros exigen necesario y sin capacidad de preguntarse sobre
ellos mismos, sin tiempo libre, agotados y sin capacidad de pensamiento
crítico.
Por supuesto hay
alumnos que mantienen la pasión y la capacidad de investigación y maestros con
una enorme vocación dispuestos a seguir dándoles a los niños las herramientas
para aprender a pensar. Pero con un currículo cerrado, contenidos prescriptivos,
homogeneidad y valoración de resultados en exámenes memorísticos, con la amenaza
siempre de los suspensos y la Selectividad, bien difícil lo tienen los que
quieren un cambio del paradigma.
¿Qué habría qué hacer? ¿Qué mejoras serían
útiles?
·
Una renovación total del concepto de enseñanza
y de organización de esta. Un aprendizaje vivencial, creativo, diverso y con
mucha mayor flexibilidad es lo necesario.
·
Mayor autonomía del maestro y una mejor educación emocional de los profesionales que entiendan que lo que
cuenta no es que el niño esté callado, sino que sienta pasión por lo que va a
aprender y que se le permita trabajar con la idea de que no todos deben
aprender lo mismo a la vez.
·
Fomento
por el placer por leer, cada uno a
su ritmo. La que ofreciera una verdadera enseñanza personalizada, orientada a
las áreas de interés del alumno y a sus necesidades reales. La que aprovechara
las horas lectivas y no precisara dos o tres horas de trabajo adicional en
casa. La que permitiera aprender sin memorizar libros de texto. La que
consiguiera que los niños disfrutaran aprendiendo y lo hicieran, sobre todo, mediante
la experimentación, la vida y el juego.
·
Aprender
de los sistemas
alternativos, analizando las ventajas con las que
trabajan y escuchar a los grandes expertos que opinan que el
sistema educativo es obsoleto y
está acabado.
·
Preparación
continúa de los maestros, clases reducidas y un concepto el éxito educativo que
no se
midiera en exámenes memorísticos sino en el conocimiento diario. No más horas de clase, sino mejores clases. No más
autoridad del maestro, sino más respeto por el
saber y sus trabajadores.
·
Respeto a
sus procesos madurativos, fomentando su curiosidad natural, su espíritu crítico
y su creatividad.
·
Enseñanza también para padres y educadores
que solamente al ser capaces de liberarse de sus ideas erróneas pueden
recuperar la confianza en el proceso natural del aprendizaje.
·
El niño nace dotado de grandes capacidades, de
inteligencias múltiples y de un deseo enorme por aprender. Pero esto puede torcerse si dañamos sus
emociones, si chantajeamos, si valoramos resultados estandarizados.
Mireia Long y Azucena Caballero concluyen con que "en la Pedagogía Blanca creemos que un cambio
del paradigma educativo es indispensable y que son los padres
y educadores los que pueden realizarlo, impulsando cambios reales en sus
aulas y hogares, sin esperar a que los legisladores les den permiso,
empoderados de su propia responsabilidad como educadores, creemos que los castigos son antipedagógicos y
que deben usarse otras herramientas para ayudar a que los niños se relacionen
respetuosamente y aprendan. Además, es que los niños deben ser respetados en su ritmo de aprendizaje
y sus intereses, siendo contraproducente obligarles a leer o escribir de
forma prematura o haciendo que todos deban leer los mismos libros"