martes 28 de enero de 2014, 14:24h
El presidente de la Comunidad de Madrid,
Ignacio González ha dado ,finalmente, carpetazo
a su proyecto estrella esta
legislatura: la privatización de la gestión de seis hospitales, y el que ha pagado los platos rotos ha sido su consejero Javier
Fernández-Lasquetty que en una decisión que le honra ,en un país donde nadie dimite, se ha manchado ,reconociendo que ha
fracasado en el intento.
La decisión
de paralizar el asunto se tomó
horas después
de que la sección tercera de la sala de lo contencioso administrativo del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid decidiera mantener la medida cautelar contra de suspensión de la privatización. El tribunal
no entra en el fondo de la cuestión pero es cierto que alargar en el tiempo una
medida cautelar como esta , es un
despropósito que dice bien poco una vez más
de la justicia española y hubiera creado una inseguridad jurídica
en las empresas implicadas.
Ahora
las preguntas que surgen son varias. De
un lado cabe cuestionarse si estamos ante una la intromisión judicial que llevado a
otros asuntos podría suponer la suspensión de cualquier medida de
gestión política tomada por los representantes de los ciudadanos que han
recibido la bendición de las urnas . Con esa perspectivas nos podemos preguntar , legítimamente porque los
tribunales no decretaron una suspensión cautelar en temas de
tanto o mas enjundia como por ejemplo,
el Estatuto de Cataluña recurrido ante el Constitucional. Si el poder
judicial tiene capacidad para paralizar cautelarmente cualquier decisión
de los políticos nos podemos encontrar
con que nuestros votos no sirven de nada y el compromiso de los partidos lubricado en su programa electoral tampoco.
Quien votó al PP en Madrid aplaudió la privatización de la gestión sanitaria y su mayoría fue tan amplia que el
gobierno autonómico estaba perfectamente legitimado para llevar a cabo la medida. Tan peligroso resulta la politización de la Justicia y ,de eso vemos casos sobrados todos los días, como la judicialización de la política.
Los jueces no son seres asépticos desprovistos de ideología
pero si deben ser escrupulosos a la hora
de emitir sentencias justas e imparciales con la ley en la mano. Su poder es
tal que si no se despojan ideológicamente
de sus convicciones serían simplemente un apéndice más de los partidos políticos y podrían hundir a cualquiera que no opine como ellos, lo que haría
tambaleares al estado de derecho.
Otra incógnita
a resolver es porque esta paralización se ha llevado a
cabo en estos seis hospitales de Madrid cuando
ya hay tres funcionando de esta manera con un elevado nivel de éxito y lo mismo ocurre en
otras autonomías como Cataluña, donde hay 32 centros
sanitarios externalizados, en Asturias que tiene 38 y así en otros muchos lugares
como Andalucia... etc ¿ También se van a llevar ahora estos casos ante la Justicia?
Vaya por delante que yo soy una firme una
gran defensora de la sanidad pública española, que para si quisieran muchos de los países más desarrollados del planeta. La sanidad es buena pero cara y desde
luego no debe convertirse en un tema tabú , ni por parte de los profesionales ni por parte
de los políticos. Unos y otros deben hacer autocrítica y en
tiempos de crisis controlar el gasto y maximizar la eficacia
debería ser una obligación de todos. Igual
que no es de recibo las interminables
listas de espera o contemplar esas imágenes denigrantes de los
pacientes en los pasillos de los hospitales
tampoco lo es la mala gestión de lo público y no sé porqué
la exigencia profesional ha de ser menor que en lo
privado.
Es evidente
que Ignacio Gonzalez ha tomado
esta medida con la mirada puesta en las próximas
elecciones , y es muy probable en su decisión haya pesado más
tener un final de legislatura tranquilo que ser coherente con lo que piensa. No
creo que haya cambiado de opinión ni que su
criterio sea ahora distinto al que
figuraba en el programa electoral del
PP. pero no quiere tener al sector
en" pie de guerra" de aquí a las autonómicas del 2015... ¿Es esa la erótica del poder o algo más?