¿Qué tenemos que reformar urgentemente en España?
viernes 17 de enero de 2014, 09:22h
Nuestra Constitución cumple 35 años de vigencia. En
su haber hay que destacar su carácter pactista, lo que en buena medida explica
que haya sobrevivido y llegado a nuestros días prácticamente sin haberse sido
tocada.
Ha sido el fundamento esencial de nuestra
convivencia durante un periodo tan rico como el finaldel siglo XX y casi el
primer cuarto del siglo XXI. Pero en su debe empieza a pesar que muchísimos
ciudadanos no habían nacido cuando, en 1978, se elaboró, se pactó y se sometió
a las urnas para su aprobación en referéndum.
Aspectos como la forma del Estado, la estructura
territorial y las Comunidades Autónomas, la separación de poderes, el abanico
de libertades públicas, la universalización de la Educación y de la Sanidad, la
regulación económica, el sistema parlamentario y electoral son los ejes de la Constitución.
No cabe duda de que el desarrollo
de la vida social, política y económica ha provocado cierta erosión en su
espíritu.Una norma que ha sido fiel al espíritu de concordia
que marcó la transición española, no puede considerarse inmutable e inamovible.
De hecho, ya se le ha sometido a cambios en la regulación de la vida económica,
determinados por nuestra pertenencia a la Unión Europea.
En los próximos años y tras muchas reformas
estructurales y trascendentes, propias de Ley, va a ser conveniente reformar algunas cuestiones relativas
a la regulación de la Corona, la organización de la estructura territorial y la distribución del poder político, la ley
electoral o la propia composición de las Cortes, entre otras.
Las reglas básicas de nuestra convivencia, demandan
un espíritu necesariamente pactista, presidido por la renuncia de posiciones
partidarias marcadas por la intransigencia, que imposibilita o dificulta el
nacimiento de una Constitución de nuestro tiempo.
[*]
Enrique Álvarez Sostres es diputado de Foro Asturias