Regeneración de la democracia y refundación del Estado
jueves 16 de enero de 2014, 09:00h
Vivimos
una emergencia nacional. La extensión de los casos y sospechas de corrupción en
las principales instituciones del Estado y en los partidos políticos de
gobierno y oposición, han convertido la profunda crisis política y económica en
una crisis de confianza en el sistema democrático.
Nuestra
democracia ha degenerado, alejando a las instituciones, y especialmente a los
viejos partidos políticos, de los ciudadanos y de sus problemas. Urge devolver
la política a los ciudadanos, sus legítimos dueños, y restaurar la confianza en
el buen funcionamiento del Estado. Porque la regeneración democrática no es sino
que las instituciones políticas funcionen y cumplan su obligación
constitucional.
Para
conseguirlo encontramos imprescindible:
1.-
Aprobar de modo inmediato Leyes eficaces contra la corrupción para acabar con
la impunidad de los responsables, y en concreto para:
a)
la inelegibilidad de las personas acusadas por delitos de corrupción política.
b) el delito de financiación ilegal de los partidos políticos.
c)
el delito de enriquecimiento ilícito de los cargos públicos.
d)
el delito de omisión o falsedad de la contabilidad y patrimonio social de los
partidos políticos y de los cargos públicos.
e)
reforzar la exigencia de responsabilidad por mala gestión a los cargos públicos
al frente de sociedades o entes públicos.
f)
limitar la discrecionalidad de los indultos otorgados por el Gobierno,
excluyendo a los condenados por delitos de corrupción.
2.-
Reforzar la independencia y autoridad sancionadora de los organismos
reguladores y de control público de la actividad económica privada y pública,
como el Tribunal de Cuentas, la Agencia Tributaria o el Banco de España, acabando
con su dependencia de los partidos políticos y del Gobierno.
3.-
Aprobar una Ley de Transparencia exigente que incluya a la Casa Real, a los
partidos políticos y sindicatos, y a cualquier institución que reciba ayudas
públicas, obligando a dar información detallada y actual de su contabilidad y
actividades, sin ampararse en el silencio administrativo o la justificación de
la petición de información, y que regule la actividad de grupos de influencia o
lobbies.
4.-
Implantar una auténtica justicia independiente, acabando con el reparto del
CGPJ entre las asociaciones de magistrados dependientes de PP y PSOE u otros
partidos, y dotando a la administración de justicia de medios humanos y
materiales suficientes.
5.-
Aprobar una Ley Electoral justa y proporcional que favorezca la representación
del pluralismo político existente, permitiendo la participación política real de
todos los ciudadanos.
6.-
Reformar la Constitución para que recoja las propuestas ciudadanas y resuelva
el modelo territorial del Estado con el reparto de competencias y su
financiación, mejore la separación de poderes, y asegure el derecho a la participación
política, la igualdad jurídica y de oportunidades y las libertades personales.
Consideramos
que todas estas medidas son imprescindibles para regenerar la democracia y
restaurar la confianza ciudadana. Porque sin ellas no será posible superar con
equidad la crisis económica, impulsar políticas activas de empleo y de creación
de empresas, invertir lo necesario en educación e investigación, mantener y
mejorar la sanidad pública y las pensiones, resolver el problema de los
desahucios o la carencia de una política energética racional.
Son
necesarias para racionalizar las administraciones públicas y suprimir el
despilfarro en duplicidades y entes superfluos que se reparten los viejos
partidos, o conseguir la regulación legal y transparente de las retribuciones a
cargos públicos. También para restaurar la igualdad de los ciudadanos, acabando
con los privilegios y con la discriminación por razones territoriales y
lingüísticas, o para eliminar las trabas a la movilidad laboral, la apertura de
empresas y el mercado único que lastran nuestra economía. Sin devolver España a
los españoles tampoco tendremos una implicación más activa en la necesaria
integración política, fiscal y económica de la Unión Europea.
Insistir
en fórmulas inmovilistas o ya fracasadas para preservar la vieja política
viciada que nos ha llevado a esta crisis no hará otra cosa que alejar a los
ciudadanos de la política y aumentar la frustración, la indignación y la
desesperanza, poniendo en peligro al propio sistema democrático.
Pedimos
un Pacto de Legislatura en el que los principales partidos parlamentarios se
comprometan públicamente a aprobar por vía de urgencia estas reformas legales y
a modificar la Ley Electoral para, a continuación, proceder a la convocatoria
de Elecciones Generales para abrir un periodo constituyente que ponga nuestra
democracia a la altura de las exigencias del siglo XXI y permita la refundación
del Estado según los procedimientos democráticos y con el protagonismo
ciudadano.
[*]
Manifiesto por la regeneración de la democracia y la refundación del Estado,
aprobado en el II Congreso Nacional de Unión, Progreso y Democracia (noviembre
de 2013)