miércoles 15 de enero de 2014, 07:42h
España ha vivido durante
muchos años bajo la influencia de la gran superpotencia norteamericana, lo que
ha supuesto efectos positivos y otros negativos. El apoyo que recibió la
dictadura de Franco por parte de Washington a cambio, entre otras razones, de
unas magníficas y operativas bases militares en suelo español condicionó la
opinión de la España de los vencidos. Históricamente, este reproche a los
políticos norteamericanos es totalmente fundado y lógico, además de coincidente
con otras actuaciones similares o peores en países de América Latina, por
ejemplo, donde el caso chileno es aterrador. La transición democrática en
España abrió muchas puertas a base de esfuerzo por demostrar la calidad de la
nueva democracia española y por ser un aliado fiel en la OTAN.
Una vez
normalizadas las relaciones tras el acuerdo de utilización conjunta de algunas
de las bases en territorio español, las relaciones políticas se engarzaban con
los intereses económicos, empresariales y comerciales. Y destacaría un aspecto
que resulta muy clarificador cuando se hablaba de un notable antiamericanismo
en la sociedad española: vestimos ropa americana, comemos hamburguesas, vemos
el cine de Hollywood, escuchamos su música, hacemos turismo en Nueva York y
miles de jóvenes españoles estudian en Estados Unidos. Podemos hablar de
cambio generacional que aparca los malos
tragos de la memoria y apuesta por una realidad arrolladora en la forma de vida
que tiene actualmente su culminación con las nuevas tecnologías de la
comunicación procedentes de Estados Unidos, que han transformado el mundo.
España tiene el eje de su política exterior entre dos aguas, según el partido
que esté en el gobierno más Europa o más Estados Unidos. Ahora con Mariano Rajoy,
tras la experiencia sufrida por el egoísmo alemán y francés con la crisis,
volvemos a poner la proa rumbo al otro lado del Atlántico con la confianza de
que no se atraviese otra guerra como la de Irak. La visita a la Casa Blanca
pretende ser un espaldarazo a las reformas y a la salida de la crisis. Hay
mucho más en juego. Toda la estrategia de la política exterior del Reino de España,
que debería ser consensuada para evitar bandazos.
Periodista. Director de 'Atalayar, entre dos orillas'. Colaborador en diversos medios como Punto Radio, Onda Cero, COPE, El Independiente y Colpisa. Colaboro en COPE, Colpisa, TVE, RNE y Diariocritico. Es autor de libros como 'Casco azul soldado español' o 'Misión: Líbano'. También fue director de los estudios 'Cómo informar sobre infancia y violencia' y 'Cómo informar sobre violencia contra la mujer en las relaciones de pareja' en colaboración con el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia.
|
|
|
|