El exprimer ministro llevaba 7 años en coma
Muere Ariel Sharón, uno de los 'halcones' más duros de la historia de Israel
sábado 11 de enero de 2014, 14:10h
El ex primer ministro israelí Ariel Sharón, uno de los políticos más laureados y a la vez controvertidos de la historia de Israel, falleció este sábado a los 85 años en el hospital de Tel Aviv en el que estaba ingresado desde 2006, informó el centro médico.
La salud de Sharón, que estaba
en coma desde que hace ocho años sufriera un derrame cerebral masivo,
comenzó a deteriorarse hace dos meses y medio, y en los últimos días
sufría una insuficiencia renal que afectó a varios de sus órganos
vitales y le mantenía en estado crítico, de acuerdo a los facultativos
del centro médico Shiva Tel Hashomer.
En el hospital permanecían
concentrados desde primera hora del día familiares, subordinados y
allegados tanto de su época como militar como político para acompañar a
los dos hijos de Sharón, Guilad y Omri.
Su hijo Guilad Sharón
agradeció en una breve comparecencia ante los medios en el hospital a
todos aquellos doctores, enfermeros y facultativos que estuvieron a
cargo de atender a su padre durante los ocho años de ingreso médico
tanto en el centro Tel Hashomer de Tel Aviv como en el Hadasa Ein Karem
de Jerusalén.
"Se marchó cuando él decidió irse", refirió antes
de agradecer "a todas aquellas personas en Israel y el mundo que se
interesaron por su estado". El que fuera uno de los más allegados
asesores en su etapa de primer ministro, Raanán Gissin, explicó a Efe
horas antes del fallecimiento que "Sharón es la misma reencarnación de
Israel en una sola persona desde 1948, y su legado e influencia abarcan
desde el campo militar, pasando por la política, la economía".
El
ex primer ministro israelí vivió siempre en medio de la controversia,
desde sus días como militar y ministro hasta llegar a la jefatura del
Gobierno israelí en 2001.Sharón gobernó el país hasta 2006 y un
año antes de sufrir el derrame cerebral creó un nuevo partido, el
centroderechista Kadima, con el que sacó adelante la evacuación de
colonos y soldados israelíes de Gaza
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26223 | ABEL REYES TELLEZ - 30/01/2014 @ 05:34:37 (GMT+1)
11 de enero
FALLESCIÒ EL EX PRIMER MINÌSTRO ISRAELÌ, ARÌEL SHARÒN (EL VIEJO HALCÒN DE LA POLÌTÌCA ISRAELÌ AL SÒ VUELO A LA ETERNIDAD.
ERA UN GRAN GURRERO Y LIDER MILITAR AH ESPRESADO EL LÌDER PRIMER MINISTRO ,BENJAMIN NETANYAHU, EL PRESIDENTE ,SHIMON PERES ,HA DESCRÌTO AL HALCÒN COMO UN VALIENTE SOLDADO DEFENSOR DE ISRAEL.
El ex-primer ministro Ariel Sharón, uno de los generales y políticos más laureados de la historia de Israel, falleció hoy a los 85 años en el hospital de Tel Aviv en el que estaba ingresado desde 2006, informó el centro médico.
Convertido en un vegetal tras ocho años en coma, a raíz de un ataque cerebral el 4 de enero de 2006, el estado del exdirigente de la derecha, se ha deteriorado bruscamente a consecuencia de una intervención quirúrgica.
los médicos detectaron un incremento de la actividad cerebral de Sharon, aunque certificaron que el veterano general y político no era consciente de sus circunstancias. A lo largo de su convalecencia fue tratado tanto en varios centros médicos y en su rancho de Havat Shikmin, en el desierto del Negev.
Combatió en la organización clandestina Haganá y en 1947, un año antes de crearse el Estado de Israel, fue el encargado de entrenar a la policía hebrea.
Desde 1948, en que participó en la primera guerra árabe israelí ha mantenido durante cincuenta años una guerra permanente contra los palestinos al frente del ejército hebreo en acciones de represalia contra los fedayin que hostigaban a Israel desde los estados árabes vecinos.
El alcòn de familia de judíos rusos emigrados a Palestina en hebreo, también conocido popularmente por su apodo Árik y de padre sionista (que cambió su apellido Scheinerman por el de Sharón), con 14 años se alistó en el Batallón Paramilitar de Juventudes.
Ariel Sharón mostró durante su dilatada carrera en el ejército, que inició a los 17 años y donde fue herido en dos ocasiones, un gusto por los métodos expeditivos.
Y es que como ningún otro dirigente, este hombre con reputación de "halcón"
En 1945 realizó estudios secundarios e ingresó en la carrera militar, cursando un curso para oficiales. Tras la proclamación del Estado de Israel y el comienzo de la guerra abierta con los estados árabes, le fue asignado el mando de una compañía de infantería. En 1949, al concluir la guerra, pasó a los servicios de Inteligencia militar. El futuro militar y estadista estaba llamado a ser uno de los primeros sabrás, es decir, israelíes nacidos en Palestina, en alcanzar los más altos puestos dirigentes en el Estado de Israel.
En 1942, con 14 años, para escapar de las desavenencias entre sus padres, Sharón se alistó en el Gadna, un batallón paramilitar juvenil dependiente de la Fuerza de Defensa Judía o Haganah, el ejército clandestino concebido para la protección de la población judía frente a los ataques de los árabes y embrión de las futuras Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI, o Tzahal), que además estaba vinculado al mayoritario sionismo de izquierda.
Mientras cursaba la educación secundaria en Tel Aviv, Sharón fue admitido en la Haganah. En 1945 la organización le envió a un curso para la formación de oficiales y dos años después le encomendó la instrucción de unidades especiales para la vigilancia de los kibutz y demás asentamientos de colonización.
El 14 de mayo de 1948 concluyó el Mandato Británico de Palestina y Ben-Gurion proclamó el Estado de Israel; de inmediato, estalló la guerra abierta con los estados árabes que habían prometido liquidar la empresa sionista en Palestina. Al iniciarse las hostilidades, Sharón recibió el mando de una compañía de infantería en la Brigada Alexandroni.
Antes de terminar el mes entró en combate en Jerusalén, en el curso de la primera batalla para intentar romper el asedio de los residentes judíos por la Legión Árabe -el Ejército regular jordano-, resultando herido de gravedad.
En septiembre de 1949, una vez terminada la guerra con victoria para Israel (que se anexionó los territorios de Palestina adjudicados por la ONU a un futuro Estado árabe así como la parte occidental de Jerusalén), Sharón fue promovido a comandante de la unidad de reconocimiento de la Brigada Golani, también conocida como la 1ª Brigada de las FDI, y en 1951 se integró en la Inteligencia Militar, la Aman, donde recibió la misión de reunir información sobre las actividades guerrilleras palestinas en las fronteras con Siria y Líbano.
A partir de 1952, año en que fue exonerado temporalmente del servicio para tomar clases de Historia de Oriente Próximo en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Sharón comenzó a dirigir operaciones de comando contra territorio jordano a modo de represalias por los mortíferos ataques terroristas sufridos por numerosos asentamientos judíos en el área de Jerusalén. En agosto de 1953, ostentando el rango de mayor, recibió del primer ministro el encargo de organizar la Unidad 101, una sección de infantería de las FDI especializada en misiones encubiertas como sabotajes, asesinatos selectivos y otras acciones de castigo y venganza típicas de la guerra sucia que se libraba en la región. Al frente de esta controvertida unidad de élite, Sharón comenzó a cimentar su fama de militar expeditivo .
Sharón continuó en primera fila como comandante de la nueva brigada, que no tardó en demostrar sus letales capacidades. En febrero de 1955, una vez repuesto de las heridas sufridas seis meses atrás en una acción similar contra un puesto fronterizo cerca de Deir al-Balah, condujo personalmente un aparatoso raid contra posiciones egipcias en la franja de Gaza, con el resultado de 42 soldados enemigos muertos y ocho bajas propias. En octubre de 1956 el objetivo fue un fortín de la Legión Árabe en Qalqilya, Cisjordania, operación en la que perecieron 18 israelíes y cerca de un centenar de jordanos.
Pero la acción que consagró la nombradía del jefe de la Brigada Paracaidista fue la captura del estratégico paso de Mitla, corredor que comunica la desértica península del Sinaí y el extremo meridional del Canal de Suez, en noviembre de 1956, Como respuesta a la nacionalización del canal de Suez en 1956 por Gamal Abdel Nasser, estalla la guerra de Suez, en la que Sharón comanda la brigada 202 de paracaidistas. La brigada fue desplegada, tanto mediante lanzamiento desde aviones como por transporte terrestre, cerca del paso de Mitla.
Las órdenes de Sharón prohibían expresamente tomar dicho paso, aunque tras reiteradas consultas logró que se le permitiera enviar una fuerza de reconocimiento para comprobar si había tropas enemigas en dicho paso o no; esta fuerza de reconocimiento quedó atrapada bajo fuego enemigo y Sharón ordenó al resto de su brigada tomar el paso, dando lugar a uno de los enfrentamientos más sangrientos de toda la guerra. Durante la invasión del Egipto nasserista en paralelo a la intervención militar franco-británica para hacerse con el control del Canal.
Tácticamente brillante aunque estratégicamente imprudente y de hecho innecesario, el asalto aeroterrestre montado por Sharón costó 38 bajas en las filas israelíes. La acción de Mitla fue el episodio más vistoso por parte israelí de esta breve guerra que se saldó sin ganancias territoriales para el Estado judío, pero a Sharón le acarreó una severa amonestación del Estado Mayor de las FDI, entonces encabezado por el general Moshé Dayan, por desobedecer las órdenes y actuar por su cuenta.
Esta indisciplina, que, aguijoneada por el fragor de la lucha, iba a manifestarse de nuevo en el futuro, entorpeció el ascenso en el escalafón de Sharón, que de lo contrario, considerando su historial repleto de medallas y servicios distinguidos, tal vez habría llegado a la cima, esto es, la jefatura del Estado Mayor de la FDI. La llegada del general Yitzhak Rabin a la jefatura del Estado Mayor en 1964 fue el revulsivo que la estancada carrera militar de Sharón necesitaba.
Ese mismo año fue nombrado jefe del Comando Norte, que vigilaba al Ejército sirio, y en 1966 fue puesto al frente del Departamento de Instrucción del Ejército. La guerra de los Seis Días, iniciada el 5 de junio de 1967 como un ataque sorpresa de las FDI contra Egipto, Siria y Jordania, empujó hacia arriba la trayectoria castrense de Sharón, siempre deseoso de entrar en acción.
Durante la Guerra de los Seis Días, en 1967, Sharón comandó una de las tres divisiones (la 38ª) del frente de Sinaí. Tras tomar en el segundo día de guerra el desfiladero de Jiradi y la localidad de Jan Yunis, dirigió sus fuerzas contra Umm Qatef, unos de los principales bastiones egipcios en la península del Sinaí, cuyas defensas había estudiado durante su etapa en la sección de entrenamiento del ejército. En Umm Qatef se produjo una de las batallas de tanques más importantes de toda la guerra, durante la cual los egipcios perdieron 400 hombres entre prisioneros y muertos, frente a 41 israelíes prisioneros y 14 fallecidos.
Tras la Guerra de los Seis Días, Sharón fue nombrado Comandante del Frente Sur (o Frente Egipcio, o del Sinaí)
Sus intentos por perseguir a las unidades egipcias en retirada durante el tercer día de guerra se vieron frustrados cuando sus tropas se cruzaron con otra de las tres divisiones israelíes del frente del Sinaí, la del general Yoffe.
En los días siguientes, Sharón, con miles de soldados y cientos de tanques de refuerzo bajo sus órdenes, profundizó su incursión en la retaguardia egipcia en varias decenas de kilómetros, llegando hasta los arrabales de Ismailía y cortando la carretera El Cairo-Suez, lo que completó el cerco del III Ejército egipcio adelantado en el Sinaí, que vio yuguladas sus líneas de suministros. La perspectiva de una catástrofe militar egipcia que Sharón, con su furioso arrojo, estaba a punto de provocar, apremió al presidente Anwar as-Sadat a aceptar un armisticio que fue firmado el 11 de noviembre.
En el cuarto día de guerra, último en el que se produjeron combates de importancia en la península del Sinaí, las unidades egipcias trataban de huir hacia el lado occidental del Canal de Suez, ya que el alto mando israelí había ordenado a sus tropas no tomar el canal por miedo a que se repitiera la intervención conjunta anglo-francesa que acabó con la Guerra de Suez. La división de Ariel Sharón tendió varias emboscadas a dichas tropas egipcias, capturando a oficiales de alto rango.
El general tenía puesto el ojo en la jefatura del Estado Mayor, pero en diciembre de 1971 el Gobierno laborista de Golda Meir se decantó por David Elazar como recambio de Haim Bar-Lev. Frustrado, en julio de 1973 el héroe del Sinaí decidió pasar a la reserva militar, montar un negocio agropecuario en el desierto del Neguev, para lo que adquirió una inmensa hacienda, y, más importante, meterse en política.
En parte porque guardaba resentimiento a las elites laboristas que habían gobernado el Estado desde la independencia y con cuyos ideales de hecho había simpatizado, Sharón se ofreció a la oposición derechista como un fichaje del que andaban muy necesitados: un héroe de guerra con tirón popular para encabezar una lista de candidatos.
A pesar del atentado de Beersheba que hirió a 67 israelíes y que estuvo a punto de poner fin a las negociaciones entre palestinos e israelíes en Wye Mills (Washington), las perspectivas de un acuerdo interino eran bastante aceptables. La figura principal del encuentro en la capital norteamericana no fue ni Netanyahu, primer ministro de Israel, ni Arafat, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, sino Ariel Sharón, el recién nombrado ministro de relaciones exteriores israelí.
La llegada del general Yitzhak Rabin a la jefatura del Estado Mayor en 1964 fue el revulsivo que la estancada carrera militar de Sharón necesitaba. Ese mismo año fue nombrado jefe del Comando Norte, que vigilaba al Ejército sirio, y en 1966 fue puesto al frente del Departamento de Instrucción del Ejército.
La guerra de los Seis Días, iniciada el 5 de junio de 1967 como un ataque sorpresa de las FDI contra Egipto, Siria y Jordania, empujó hacia arriba la trayectoria castrense de Sharón, siempre deseoso de entrar en acción.
Al frente de la unidad 101 de los comandos y después de las unidades de paracaidistas, lanzó operativos de castigo, el más sangriento se saldó en 1953 con la muerte de cerca de sesenta civiles en la localidad palestina de Kibia. En 1969, este amante de la mano dura quebró debilitó por mucho tiempo la resistencia palestina en Gaza con operativos de comandos.
Durante la guerra de octubre de 1973, volvió a demostrar sus capacidades militares al atravesar el canal de Suez y rodear al ejército egipcio con una audaciosa maniobra.
Sharón fue nuevamente llamado a filas al comienzo de la Guerra de Yom Kipur en octubre de 1973. Durante esta guerra, se le encomendó el mando de una división de tanques de la reserva; sus fuerzas no combatieron directamente a los egipcios, pero localizaron una brecha en la línea de éstos, tras lo cual, Sharón recibió la orden de aprovechar esa brecha para romper las líneas egipcias, cosa que hizo el 16 de octubre de 1973.
Más espectacular aún fue su intervención en la Guerra del Yom Kippur (octubre de 1973), en la que volvió loco a su jefe de Estado Mayor, David Eleazar, con la idea de romper las líneas egipcias por su centro y atacar su retaguardia atravesando los Lagos Amargos. Esa maniobra, que terminaría con la ventaja conseguida por los árabes en su ataque sorpresa del comienzo de la guerra, a punto estuvo de frustrarse por sus intentos de realizarla antes de acumular los medios adecuados y por su deliberada desobediencia a las instrucciones recibidas. Sharon siempre ha presumido de su hazaña, que lo fue en cuanto a decisión y arrojo, pero no en lo que respecta a imaginación, pues años después se conoció que era un supuesto táctico muchas veces estudiado por el Estado Mayor desde la ocupación del Sinaí en 1967. Su éxito -unido al desprestigio de los altos responsables del Ejército, que se dejaron sorprender por el ataque árabe- le evitó un consejo de guerra. Esa fue su última campaña como conductor de tropas: tenía sólo 45 años y había contribuido a la victoria israelí en cuatro campañas.
Obviando los límites de las órdenes recibidas, Sharón usó su unidad para cortar los suministros del Tercer Ejército Egipcio, llegando a cruzar el Canal y a situarse a 101 kilómetros de la capital de Egipto, El Cairo, lo que forzó al Tercer Ejército a rendirse.
Sharón, ya ampliamente conocido como Arik, salió de su cuarta guerra más aureolado que nunca, de manera que en las elecciones legislativas del 31 de diciembre no tuvo dificultad para ganar el escaño en la Knesset o Parlamento. Pese a la animosidad general contra el Partido Laborista (Avoda) de Meir, Dayan y Shimón Peres, y los mandos militares por su imprevisión y desaciertos en la reciente contienda, el Likud, con 39 escaños, volvió a perder. Al inquieto Sharón le debió aburrir la actividad como diputado de la oposición, ya que al cabo de un año, el 23 de diciembre de 1974, dejó la Knesset y, aspirando a puestos de más enjundia, se aproximó al Avoda en el poder.
Sharón aceptó comandar un cuerpo de la reserva acorazada de las FDI y como tal se encargó de la pacificación de la franja de Gaza, densamente poblada por palestinos. Sharón es considerado como un halcón de la política israelí y de hecho nunca aceptó la negociación con Yasser Arafat a quien considera aún como "terrorista" Cuando Begin, vencedor en los comicios, se dirigió a él en busca de aliados para dotar de mayoría absoluta a su futuro gobierno, Sharón no se lo pensó dos veces y fusionó el Shlomtzion en el Likud, que presentaba planteamientos nacionalistas muy similares.
En el Gabinete de amplia coalición y de fuerte perfil derechista y religioso que Begin alineó el 21 de junio, Sharón figuró como ministro de Agricultura y además se hizo cargo del Comité interministerial de Colonización, que tenía jurisdicción sobre los asentamientos en Cisjordania, y tomó asiento en el Comité interministerial de Defensa. Cuando Begin fue preguntado por las razones del nombramiento, el veterano líder conservador declaró: "los árabes respetan la fuerza, y Sharón la encarna".
Mientras Begin negociaba un Tratado de Paz por separado con Egipto que iba a requerir la devolución del Sinaí arrebatado en 1967, Sharón se encargó de acelerar la construcción de colonias en Cisjordania, política de hechos consumados que incumplía flagrantemente la segunda demanda de Sadat, cual era la creación de una autonomía para los palestinos en los Territorios Ocupados, la cual daría lugar eventualmente a una entidad soberana.
El ministro de los bulldozers, como se hizo llamar a pulso, concitó las iras de los palestinos al arrasar poblados árabes de Judea, Samaria y Galilea para levantar con la misma rapidez asentamientos judíos, los cuales llegó a duplicar mientras estuvo en el cargo.
El celo expansionista de Sharón le llevó muchas veces a anticiparse a las decisiones de la Knesset, e incluso a tolerar la colonización salvaje del Sinaí que perseguía boicotear su devolución a Egipto tal como estipularon los Acuerdos de Camp David de septiembre de 1978, aunque tras la firma del Tratado de Paz de marzo de 1979 no tuvo más remedio que colaborar con el Ministerio de Defensa, encabezado por el propio Begin desde 1980, para la desocupación escalonada del territorio.
Igual actitud colonizadora, aunque esta vez con el respaldo del Gabinete, adoptó el general retirado en el Golán, como prolegómeno de su anexión formal el 14 de diciembre de 1981. Aunque no era entonces ni lo iba a ser después un hombre religioso, el ministro apoyó al Gush Emunim, el Bloque de los Creyentes, un movimiento político-religioso que esgrimiendo argumentos mesiánicos y bíblicos perseguía la absorción por el Estado de todos los territorios poseídos por los antiguos reinos hebreos.
Después de las elecciones del 30 de junio de 1981, en las que renovó su escaño, Sharón recibió de Begin la codiciada cartera de Defensa en premio a su contribución a la ajustada victoria del Likud, que con el 37,1% de los votos y 48 diputados prácticamente empató con el Avoda. El 5 de agosto el temible halcón de halcones de la política israelí se puso al frente de los asuntos de la milicia con su traje de civil, alta posición desde la que daría pábulo a la controversia y, finalmente, al escándalo.
Nostálgico de las campañas guerreras que habían puesto a Damasco, Ammán o Suez en la mirilla del Tzahal, y enemigo jurado de cualquier concesión a los palestinos (en junio de 1994 aseguró "lamentar" que Israel no hubiera tenido éxito en el pasado en sus "grandes esfuerzos" por matar a Arafat), el incombustible Sharón se mantuvo en la reserva política, aguardando el momento en que el electorado reclamara el retorno del Likud al poder.
Aunque seguía concitando bastante rechazo entre sus paisanos, más por temor a sus excesos que por verdadera animadversión, no dejó de cultivar una abultada base de simpatizantes en el campo más derechista, en el movimiento colonizador y entre los religiosos ultraortodoxos, a los que ofrecía perspectivas de su agrado con talante populista, no obstante ser un judío totalmente secularizado.
El 29 de mayo de 1996 el Likud, beneficiado por el ambiente de frustración y ansiedad instalado en la opinión pública israelí a raíz del asesinato de Rabin por un fanático ultranacionalista en noviembre de 1995 y de la brutal campaña de atentados terroristas suicidas iniciada en abril de 1994 por el movimiento islamita palestino Hamás contra objetivos civiles de dentro del Estado, ganó las elecciones generales por partida doble: en la votación a primer ministro, Netanyahu, cuyo lema era Paz con seguridad, batió por la mínima al titular del oficialismo que aspiraba a la reelección, Peres, mientras que en las legislativas, la lista conjunta formada con los partidos Gesher de David Levy y Tzomet del ex general Eitan sacó una exigua mayoría de 32 escaños con el 25,1% de los sufragios.
El 18 de junio Netanyahu alineó con la pléyade de partidos, siete, del arco ortodoxo-derechista un Gobierno de coalición en el que no podía faltar Sharón, que, con su sexto mandato parlamentario consecutivo recién estrenado, recibió un ministerio creado ex profeso para él, Infraestructuras Nacionales.
El nuevo primer ministro y superior partidista, de hecho, hablaba su lenguaje: no al Estado palestino, no a la devolución del Golán a Siria, no a la partición de Jerusalén, irrenunciable "capital eterna e indivisible" de Israel, y no al principio de paz por territorios, que era el leitmotiv de los Acuerdos de Oslo.
En una recapitulación de las acciones del halcón, el periódico The London Independent recuerda una de las hazañas del para entonces general Sharon como jefe del Comando Sur israelí creado para "pacificar" la Franja de Gaza, precisamente después de la guerra del 67.
Para Netanyahu y Sharón, y para el segundo aún con fuertes reticencias, lo más que cabía negociar con Arafat era una paz a cambio de paz, que otorgaría a su pueblo una autonomía de tipo administrativo, limitada en competencias y en territorios. Lo esencial de Cisjordania debía permanecer bajo la soberanía política y el control militar israelíes.
Netanyahu y Arafat sellaron el acuerdo en Wye Plantation, Estados Unidos, el 23 de octubre de 1998, 14 días después de nombrar el primero a Sharón ministro de Asuntos Exteriores en sustitución del dimitido (la renuncia se remontaba a enero) David Levy, un nombramiento que aplacó a los elementos de la coalición más escorados a la línea dura. Titular de la oficina desde el 13 de octubre, a tiempo para integrarse en las enfebrecidas negociaciones de Wye, Sharón retuvo la cartera de Infraestructuras, una concentración de atribuciones que le convirtió en el número dos indiscutible del Gabinete.
Casualidad o no, el aumento de la influencia de Sharón coincidió con la decisión por Netanyahu, en diciembre, de dejar en suspenso la aplicación del Memorándum de Wye entre acusaciones a la ANP de incumplir las garantías dadas sobre la no proclamación del Estado palestino y la anulación de la amenaza terrorista que suponían Hamás y la Jihad Islámica, pese a que muchas de sus infiltraciones suicidas partían de territorios no transferidos.
En las elecciones generales del 17 de mayo de 1999, anticipadas con el visto bueno de Netanyahu para oxigenar un curso político asfixiado por las turbulencias del Gobierno, pasto de las defecciones y los escándalos, y por las graves trifulcas internas de su principal integrante, el Likud y el primer ministro fueron derrotados por el Avoda y su nuevo líder, Ehud Barak, otro general retirado con una hoja de servicios atiborrada de méritos y condecoraciones -aunque sin los desacatos y baldones de Sharón, lo que le había permitido alcanzar la jefatura del Estado Mayor- y considerado el heredero político del malogrado Rabin.
Netanyahu presentó de inmediato la dimisión y Sharón asumió con carácter interino la jefatura de un partido minado por las disputas y las deserciones sufridas en los últimos años, que protagonizaron dirigentes del calibre de David Levy, Benny Begin, Dan Meridor y Yitzhak Mordechai, todos ellos ministros dimitidos o cesados.
El 6 de julio Sharón cesó en el Ejecutivo con la asunción del Gobierno de Barak -Levy le relevó en Exteriores- e inició su andadura, por el momento sólo provisional, como líder de la oposición y, por ende, candidato hipotético a primer ministro, perspectiva que nadie habría creído factible hacía unos pocos años y que, desde luego, era vista con aprensión por la mayoría, tanto árabes como judíos.
La ambición política perseguida sin disimulos desde hacía más de una década estaba a punto de hacerse realidad. El 2 de septiembre de 1999, finalmente, Sharón fue confirmado en la presidencia del Likud con el 53% de los votos efectuados por los militantes, derrotando las postulaciones del alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, y el ex ministro de Finanzas Meir Sheetrit.
Tras la caída de Ehud Barak, Ariel Sharón fue electo Primer Ministro en el año 2001, revalidando su mandato en las elecciones del año 2003. En ambas ocasiones, careció de los votos necesarios para formar gobierno en solitario, formando como es acostumbrado en la democracia israelí, una coalición de gobierno de corte derechista, laica y neoliberal, que dio paso más tarde a un gobierno de coalición nacional con el Laborismo.
En febrero de 2001, Ariel Sharón fue elegido primer ministro de Israel. Cuatro meses antes de su elección, visitó Haram esh-Sharif (Monte del Templo), lugar sagrado de los musulmanes en Jerusalén. Los palestinos tomaron esta acción como una provocación y proclamaron el inicio a la segunda Intifada, intensificando los ataques terroristas contra el estado de Israel.
Ante el conflicto del estado de Israel con la OLP, la política de Sharón ha estado abiertamente orientada a buscar soluciones militares antes que soluciones políticas. Ariel Sharón pertenece a una de las corrientes del Sionismo que intenta reconstruir las fronteras bíblicas de "Erez-Israel"
La decisión política más destacada de su gobierno fue la retirada unilateral de la Franja de Gaza, llevada a cabo en agosto de 2005, que contó con una oposición minoritaria aunque activa y ruidosa dentro de Israel, y que implicó el desalojo unilateral de los colonos israelíes residentes en el área. Por otra parte, prosiguió la planificación y construcción de la Barrera de defensa israelí o valla de separación, una barrera en su mayoría de alambrada y en un diez por ciento de muro, según los distintos tramos de su recorrido, que separa a Israel de la mayor parte de los territorios palestinos de Cisjordania.
Según el gobierno de Sharón, la valla fue uno de los principales motivos de la drástica disminución de las víctimas de atentados suicidas, al dificultar la infiltración de los terroristas al territorio israelí; mientras que el Tribunal de la Haya opinó, en un dictamen no vinculante, que la edificación de la barrera en el trazado elegido es contraria al derecho internacional, y recomendó desmantelar los tramos al oriente de la «Línea Verde», por considerarlos como una apropiación indebida de territorio palestino.
El gobierno de Sharón continuó con la controvertida política de sus predecesores de «eliminaciones selectivas, sikul memukad) de miembros de las organizaciones terroristas, incluyendo a los líderes del Hamás Ahmed Yassin y Abdel Aziz Rantisi.
A finales de noviembre de 2005, Sharón se vio obligado a disolver la Knéset, al retirar el nuevo líder laborista, Amir Péretz, su apoyo a la coalición que le mantenía en el poder.
La disolución de esta coalición y la radicalización del Likud, sobre todo debido a las presiones del líder del ala más derechista de la formación, Benjamín Netanyahu, provocaron que Sharón decidiese escindirse de su partido, para crear una nueva formación de centro, denominada KADIMA, LIDERIADO ACTUALMENTE POR TZIPI LAVNI, ex primer ministro Ariel Sharón, figura Política, Analistas citados por la prensa local consideraron que Livni, al igual que lo fue la histórica dirigente laborista Meir, es una mujer de gran carácter, capaz de ocupar algún día el sillón de primer ministro. Su objetivo prioritario es preservar el carácter judío del Estado de Israel frente a la galopante demografía palestina en los territorios. "Estoy aquí por el objetivo supremo, que es un Estado judío y democrático", le gusta repetir.
TZIPI es una mujer de convicción, inteligente y de paz. La respeto profundamente sé que mucho tiempo después de nuestra salida de la escena mundial seguiremos siendo amigas", dijo de ella la ex secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice. Ariel Sharón se casó dos veces, la primera con Margalit, con la que tuvo un hijo, Gur Sharón. Margalit falleció en un accidente de tránsito en el año 1962, y su hijo Gur murió accidentalmente en 1967, cuando jugaba con el rifle de su padre. Sharón se casó posteriormente con Lily, hermana menor de Margalit, con la que tuvo dos hijos, Omri y Gilad. Lily Sharón murió en el año 2000.
El 18 de diciembre de 2005, sufrió una recaída por un leve infarto cerebral. Dos días después se recuperó, y aunque con una serie de restricciones médicas volvió a sus labores diarias. El 4 de enero de 2006, solo días más tarde de su primera recaída, Sharón sufrió una grave hemorragia cerebral mientras descansaba en su residencia en el Desierto del Néguev. Se lo atendió por varias semanas en el Hospital Ha-Dasah de la ciudad de Jerusalén. Sharón permanece en coma profundo y en virtual estado vegetativo desde entonces.
El gobierno israelí reconoce a Sharón su papel determinante en la renovación de las relaciones diplomáticas con las naciones africanas. Asimismo, se le concede el apoyo que brindó a miles de judíos de Etiopía para llegar a Israel a través de Sudán. Entre 1984 y 1990,
Las elecciones de febrero del 2001 llevaron a Ariel Sharon a la jefatura del Gobierno israelí, y desde allí puso rápidamente en práctica su política militar. Para abril, el ataque contra los territorios palestinos en la Franja de Gaza y Cisjordania, noticia de primera página desde entonces.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, decidió el envío de una comisión investigadora encabezada por ex presidente finlandés Martti Ahtisaari, e integrada, además, por Cornelio Sommaruga, ex presidente de la Comisión Internacional de la Cruz Roja, y Sadako Ogata, ex comisionada de la ONU para los Refugiados.
Y es que como ningún otro dirigente, este hombre con reputación de "halcón" puso en entredicho su sueño del "Gran Israel" al ordenar la evacuación de la franja de Gaza, en 2005, tras 38 años de ocupación. Nadie hasta entonces se había atrevido a tocar la política de la colonización para desmantelar asentamientos.
Lo más sorprendente es que había sido el paladín de la colonización. Pero llegó a la conclusión de que Israel tenía que renunciar a mantener todos los territorios conquistados en la guerra de 1967 si quería seguir siendo un "Estado judío y democrático". Algunas decisiones suscitaron el odio de los palestinos, el oprobio de la comunidad internacional y vivas críticas en Israel.
No fue sin embargo el final político de Sharon, gran superviviente de la política israelí. Fue su visita en 2000 a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, en plena campaña electoral, la mecha que prendió la segunda intifada, ejecutada en gran parte con ataques suicidas en centros de población civil de Israel y en los asentamientos. Sharon ganó aquellas elecciones y le devolvió el poder al partido conservador Likud, pero no por mucho tiempo.
Desde el poder, Sharon dijo, sorprendiendo a propios y extraños, que uno de sus principales cometidos era la consecución de la paz. Era una extraña afirmación viniendo de alguien que como ministro de Vivienda había aprobado precisamente hasta 100 nuevos asentamientos en zona palestina ocupada. En 2005 logró consumar una retirada unilateral de Gaza, evacuando a la fuerza a más de 9.000 colonos. Luego abandonó el Likud; fundó Kadima, un partido de marchamo centrista, y convocó elecciones para 2006. El infarto cerebral le impidió presentarse. Su sucesor, Ehud Olmert, ganó y formó gobierno.
Precisamente el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha expresado su pesar por la muerte. "Era un gran guerrero y un gran líder militar. Su recuerdo perdurará por siempre en el corazón de la nación", ha afirmado Netanyahu, según recoge su portavoz.
El presidente de Israel, Shimon Peres, también ha reaccionado a la muerte de Sharon, a quien ha descrito como "un valiente soldado" y defensor de Israel.
Ariel -Arik- Sharon, emblema de los halcones de Israel, es una rotunda figura de pelo blanco, un "sabra", un judío nacido ya en Palestina, de un matrimonio de emigrantes de primera hora.
Hay quienes consideramos al halcòn , Sharon un héroe,
ABEL REYES TELLEZ
PRESIDENTE NACIONAL
PARTIDO SOCIAL CRISTIANO NICARAGUENSE. PSC.
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