Constitucionalicemos el Estado del Bienestar
jueves 09 de enero de 2014, 09:17h
Llegamos los últimos pero nos vamos los primeros. A
nadie se le escapa que tras 40 años de dictadura, España llegó muy tarde a la
construcción del Estado del Bienestar. En tan sólo 30 años de democracia hemos
construido un Estado del Bienestar. Hoy con una crisis económica mundial, el Gobierno del PP nos dice que el Estado del Bienestar ya
no es sostenible. Lo que ya no puede sorprender a nadie es que estas dos épocas
históricas han estado lideradas por la derecha española: la dictadura del
General Franco y el "gobierno popular" de Mariano Rajoy.
Claro está, el PP ha vuelto a utilizar la vieja técnica de buscar un
enemigo y un culpable para justificar su ataque a los derechos de los
ciudadanos y ciudadanas. Aquellos que hoy nos culpan a los socialistas de
los males económicos de nuestro país y al mismo tiempo exaltan la insostenibilidad
del Estado del Bienestar son los mismos que en su día se oponían a que estos
derechos fueran para todos y todas.
La creación del Estado de Bienestar no es un
capricho ni una invención, es el garantizar unos derechos que nos permiten
disponer de una calidad de vida digna. Hoy ante los ataques y menosprecio que
hacen los dirigentes del PP y algunos sectores mal llamados neo-conservadores, se
hace necesario recordar a qué llamamos Estado del Bienestar, que nos están
negando.
La creación del Estado del Bienestar vino a dar
respuesta a la necesidad de cubrir tres de los riesgos que como personas
podemos tener a lo largo de nuestra vida. Situaciones que ponen en riesgo
nuestros proyectos de vida y consecuentemente que nos imposibilitan ser libres:
el riesgo de caer enfermo, el riesgo de perder nuestro empleo y el riesgo a
envejecer. Era necesario que el Estado cubriera esos riesgos garantizando así unos
derechos básicos para todos y todas.
La sanidad pública cubría el riesgo de caer enfermo,
garantizando que cualquier ciudadano o ciudadana tuviera una atención sanitaria
de calidad y no dependiera de sus recursos económicos para ser atendidos. Una
sociedad justa e igualitaria se mide por la calidad de su sanidad. Ejemplo de
ello es la apuesta que está realizando el gobierno de Obama para garantizar una
sanidad pública; pero, claro está, los sectores más conservadores no se lo
están poniendo fácil.
El seguro de desempleo pretendía ofrecer recursos
económicos a aquellos trabajadores y trabajadoras que por circunstancias no
achacables a ellos habían perdido su empleo. El Estado les acompañaba en este
tránsito hasta encontrar un nuevo empleo garantizándole un subsidio temporal
para que pudiera hacer frente a sus obligaciones. Sencillo y claro. Para el PP
esto sólo ha servido para crear desempleados parásitos y tampoco incentiva la
búsqueda de trabajo por parte de los desempleados, sino que genera fraude y una
mala utilización.
El sistema de pensiones garantizaría que aquellas
personas que durante su vida habían trabajado y aportado al fortalecimiento de
nuestra economía, dispongan de una renta que les permita asegurarles una
calidad de vida después de su actividad laboral. No se trataba de una
recompensa ni de tan siquiera de un premio, era simplemente, la materialización
de un derecho adquirido a lo largo de los años. El PP les amenaza diciéndoles
que no es sostenible, que el Estado no puede hacerse cargo de ello.
Sanidad pública, seguro de desempleo y pensiones
dignas, tres derechos que constituyen los pilares básicos del Estado del
Bienestar, derechos que nos permiten disponer a todos y todas de las mismas
oportunidades para desarrollar nuestro proyecto de vida.
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no sólo
afianzó el Estado del Bienestar, sino que generó un nuevo derecho que
constituiría el cuarto pilar. Ante el riesgo de padecer una discapacidad que
nos incapacite para poder trabajar, el último gobierno socialista aprobó la Ley
de la Dependencia. Una ley que ha sido bombardeada por parte de las
instituciones gobernadas por el Partido Popular y que hoy el gobierno de
Mariano Rajoy se ha encargado en firmar su acta de defunción. Para el PP el Estado
no se puede permitir hacerse cargo de las personas con algún tipo de
dependencia, no es sostenible para el Estado y mucho menos se le debe reconocer
un derecho de vida.
Esta es la realidad. Que no nos engañen. El PP nunca
creyó, ni cree que todos seamos iguales, ni que ante las dificultades que nos
podemos encontrar a lo largo de nuestra vida, el Estado debe diseñar los
instrumentos que faciliten que podamos seguir adelante en nuestro proyecto
vital. Pero los instrumentos y políticas se fundamentan en algo que debe ser
irrenunciable, el establecimiento de un Estado de derechos para todos y todas.
Llegamos tarde a la democracia y al Estado de
Derecho. A pesar de ello, España es el país que más ha avanzado en tan solo 35
años de democracia. Pero en tan sólo dos años, con argumentos económicos, se
están limitando y negando derechos que nos costaron 35 años conquistar. Los
derechos de todos y todas no pueden ser los primeros paganos de la crisis. Ante este nuevo ataque de la
derecha, debemos aprender algo: todo puede volver atrás. Por eso, sigamos la
lucha y sobre todo constitucionalicemos los derechos que nos hacen iguales a
todos y todas.
El Estado del Bienestar es patrimonio de los
ciudadanos y por lo tanto debemos incluirlo en nuestra Constitución como un Derecho
Fundamental, algo que nadie podrá volver a tocar. La educación que nos permite
ser ciudadanos, la sanidad pública y universal, el seguro de desempleo que nos
ayude a reincorporarnos a la vida laboral, la protección de aquellos que
necesitan ayuda de los demás para vivir y las pensiones que nos garanticen una
calidad de vida hasta el final. Constitucionalicemos el Estado del Bienestar,
que la derecha de siempre no nos vuelva a negar nuestros derechos.
[*] Federico
Buyolo García es diputado del PSOE por Alicante, portavoz adjunto de la
Comisión de Educación y Deporte y secretario de Movilización del PSPV-PSOE