La actual crisis económica, política y social, muestra
el desgaste de un sistema que ha generado profundas desigualdades, y que, por
lo tanto, provoca injusticia y sufrimiento en la inmensa mayoría de la
población. Para cualquier sociedad desarrollada, democrática y cohesionada, avanzar
en igualdad no es un lujo sino que resulta ser una necesidad.
Con las propuestas avanzadas en su Conferencia
Política, el PSOE demuestra que está en la vanguardia de la lucha contra las
desigualdades y contra la discriminación. Aunque la desigualdad afecta a toda
la población, en este artículo quisiera referirme de manera específica a la que
se sustenta en el género, afectando a las mujeres, puesto que poner fin a esta
desigualdad es imprescindible para afrontar cada una de las crisis que nos
aquejan.
Desde hace algún tiempo venimos acuñando una frase
en relación con la conquista de la igualdad: es como una bicicleta, si te paras,
retrocedes. Desgraciadamente el PP no sólo ha parado la bicicleta, sino que la
ha empujado hacia atrás, y lo ha hecho mediante políticas que están provocando
un enorme retroceso en ese camino que la sociedad española, con las mujeres a
la cabeza, decidió emprender hace años.
En la Conferencia Política hemos afrontado el debate
sabiendo que debemos trabajar para mantener lo conseguido, pero además, y
puesto que el objetivo es seguir avanzando en igualdad real y efectiva, hemos aportado
nuevas ideas y propuestas que la hacen posible en todos los ámbitos, tanto los económicos,
como los políticos, sociales, culturales y vitales.
En este escenario, hemos entendido que la Constitución,
nuestro más alto y preciado marco de convivencia, debe incorporar los avances
en igualdad logrados por la sociedad española durante sus 35 años de vigencia. La
paridad, la igualdad en el acceso a todos los derechos de ciudadanía y
servicios públicos, la libre decisión de las mujeres, su derecho a la salud y
la vida, e incluso el matrimonio entre personas del mismo sexo, deben ser
tenidos en cuenta en la futura Constitución de un país que ya ha asumido con
normalidad tales conquistas, y que debe asegurarlas para su mayor estabilidad y
la tranquilidad de su ciudadanía.
El objetivo de esta propuesta es profundizar en
nuestra Democracia, como es también el objetivo al que responde la propuesta de
"listas cremallera", una representación al 50% de mujeres y hombres en orden
alterno en las listas electorales. Desde que el PSOE iniciara el debate de la
cuota, en el año 1988, hasta el momento actual, podemos decir claramente que
con la incorporación de las mujeres a la política ha ganado la Democracia. Ahora
podemos asegurar que la Democracia seguirá ganando cuando se haga realidad otra
de nuestras propuestas; la que pretende la incorporación de las minorías a las
listas electorales.
La discriminación muestra un déficit democrático
claro, y representa un ataque a los derechos fundamentales de las personas. Sin
duda, atajar la crisis de la política pasa por ampliar en ella la presencia de
los ciudadanos y ciudadanas sin discriminación.
La democracia a la que aspiramos cuenta con todas
las ideas y capacidades, puesto que busca mayor participación, cercanía y
transparencia, como también la economía que queremos debe contar con toda la
población. Por este motivo, hemos propuesto un modelo económico y social que busca
el bien común en lugar del enriquecimiento de unos pocos, y que, por lo tanto,
incorpora a todas las personas en igualdad.
La realidad, sin embargo, es todavía muy diferente. Las
mujeres son la mayoría de las personas pobres y la minoría de las ricas, viven
con salarios inferiores a los de los hombres cuando trabajan, tienen menor
protección por desempleo cuando están en paro y cuentan con pensiones más bajas
cuando se jubilan. Para superar la llamada "brecha salarial" hemos propuesto
una ley que elimine la discriminación en el salario a la vez que incide sobre
aquella que provoca el trabajo a tiempo parcial, la temporalidad y las lagunas
de cotización por motivos de cuidado.
En contra de la dinámica que ha impuesto la Reforma
Laboral del PP, es imprescindible avanzar en propuestas que insistan sobre la
corresponsabilidad y la protección social adecuada de la maternidad. No es sólo
una cuestión de justicia social, si queremos contar con todas las personas se hace
imprescindible un modelo de Estado de Bienestar que incorpore el valor social
del cuidado como un derecho de ciudadanía. Ni la maternidad, ni la atención a
las personas en situación de dependencia, pueden seguir siendo un lastre para
la vida profesional y el derecho a la igualdad de las mujeres.
Pero además, afrontar la crisis económica y social contando
con todas y todos, supone combatir la discriminación que aún persiste en la vida
cotidiana de muchas personas por ser negras, gitanas, inmigrantes, tener una
discapacidad, o ser transexuales, bisexuales, gays o lesbianas. La igualdad de
trato y oportunidades en la educación, el empleo, la cultura, en la vida
política y social, se convierte en una actuación necesaria para avanzar en esa
sociedad desarrollada y cohesionada a la que aspiramos.
Por cierto, una sociedad que en su apuesta por la
igualdad y la libertad no puede convivir con fenómenos tan cotidianos como la
violencia de género o la trata de personas con fines de explotación sexual. En
las resoluciones de la Conferencia Política queda claro que no queremos un
modelo de convivencia en el que todo se pueda comprar, incluido el cuerpo de personas
esclavizadas, al igual que apostamos por combatir el racismo, la xenofobia o la
homofobia con todas las herramientas del Estado de Derecho, incluida la
ilegalización de organizaciones y partidos que promueven el odio.
Podríamos creer que son sólo las personas que durante
los últimos años han visto mermar sus derechos a pasos agigantados quienes
necesitan propuestas claras y radicales a favor de la igualdad, y sin embargo,
creemos que es el conjunto de la población quien la reclama, puesto que somos
la inmensa mayoría quienes queremos salir de esta crisis política, económica y
social con más desarrollo económico y democrático, prosperidad, cohesión social
y paz. Sin duda, estas políticas solo pueden hacerse desde el Gobierno de la
izquierda, es decir, del PSOE.
[*] Purificación Causapié es secretaria de Igualdad del PSOE
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